El martes 9 de agosto la Fiscalía General de la Nación informó que profirió resolución de acusación contra Jacinto Alberto Soto Toro, alias Lucas, por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado y tentativa de homicidio por la masacre de Juradó, Chocó, ocurrida el 11 de mayo de 1996, en la que murieron ocho personas. Además, el señalado era el jefe financiero de los hermanos Castaño Gil.
De acuerdo con el ente acusador, distintos testimonios certifican que alias Lucas habría asumido la logística, el transporte y los recursos para que se ejecutara la acción criminal que dejó ocho jóvenes muertos y un menor de edad herido.
Según se lee en la acusación de la FIscalía, el acusado coordinó el desplazamiento terrestre de un grupo paramilitar de Turbo a Santa Fe de Antioquia y dispuso de un helicóptero para que lo trasladara al caserío Coredó, en Juradó (Chocó).
En este punto, los hombres armados interceptaron a nueve personas, las llevaron a la playa y les dispararon a quemarropa. Posteriormente, escaparon en una lancha por las aguas del Pacífico colombiano.
La investigación por la que está siendo investigado alias Lucas se está llevando a cabo en el marco de la Ley 600 de 2000, en la que se estableció que las víctimas eran civiles y las AUC, supuestamente, los asesinaron para “demostrar capacidad y control sobre otras estructuras ilegales que delinquían en la región”. En la decisión se reafirmó la calificación de crimen de lesa humanidad de la masacre de Juradó.
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De acuerdo con el portal Rutas del Conflicto, la masacre de Juradó fue ordenada por Freddy Rendón Herrera, alias el Alemán, quien creó el grupo el criminal Los Velengues, y en 1995 se unió a las Autodefensas Unidad de Colombia (AUC) de los hermanos Carlos y Vicente Castaño. En 1997 este grupo paramilitar cambió su nombre a Bloque Élmer Cárdenas y delinquió en el Urabá chocoano, donde asesinaron a cientos de civiles inocentes hasta su desmovilización en 2005.
Jacinto Alberto Soto Toro, alias Lucas, fue capturado en abril de 2021 por su posible responsabilidad en los asesinatos de tres investigadores del CTI, sucedidos entre 1997 y 1998 en Medellín.
En 1998, un grupo del CTI y la Fiscalía encontró varios documentos que mostraban la financiación de este grupo paramilitar por parte de varias empresas privadas, razón por la cual, el delincuente habría dado la orden de acabar con la vida de los funcionarios.
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El Tribunal Superior de Medellín, en 2015, recordó que allí se encontró información de 496 cuentas bancarias de varias empresas como Comfenalco, Coltejer, Leonisa, Empresas Varias de Medellín, Tennis y Transportes Botero Soto, entre muchas otras, cuyos vínculos con los paramilitares aún no se han esclarecido.
Alias Lucas también era conocido por su participación clave en el caso del Parqueadero Padilla en Medellín, un lugar que sirvió de fachada para la contabilidad de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, que eran lideradas por los hermanos Castaño.
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