“La guerra contra las drogas fortalece las mafias y debilita a los Estados”, así comenzó Gustavo Petro, presidente de Colombia, su discurso acerca de unos de los temas más importantes para el país y que genera controversia.
El mandatario aseveró que es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, ya que deja por ahora un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año.
“La guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados. La guerra contra las drogas llevó a los estados a cometer crímenes y a evaporar el horizonte de la democracia. ¿Vamos a esperar que otro millón de latinoamericanos caigan asesinados y que se eleven a 200.000 los muertos por sobredosis en Estados Unidos cada año? O más bien, cambiamos el fracaso por un éxito que permita que Colombia y Latinoamérica puedan vivir en paz!, subrayó.
También habló de la paz. Dijo que para que la paz sea posible es necesario terminar de una vez y para siempre con seis décadas de violencia y conflicto armado.
Además, aseguró que su gobierno cumplirá con el Acuerdo de Paz de La Habana, seguirá a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad y trabajará de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia, para que, según él, este sea recordado como el gobierno de la vida, de la paz.
Diálogo social
Petro aseveró en su discurso que la paz es posible si “desatamos en todas las regiones de Colombia el diálogo social, para encontrarnos en medio de las diferencias, para expresarnos y ser escuchados, para buscar a través de la razón, los caminos comunes de la convivencia”.
Por eso, aclaró que es la sociedad toda la que debe dialogar sobre cómo no matarse entre ella misma y sobre cómo progresar.
Precisó que en los diálogos regionales vinculantes convoca a todas las personas desarmadas para encontrar los caminos del territorio que permitan la convivencia.
“No importa los conflictos que allí alla. Se trata precisamente de evidenciarlos a través de la palabra, de intentar sus soluciones a través de la razón. Es más democracia, más participación lo que propongo para terminar con la violencia”, anotó.
Ante ello, dijo que convoca a que los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado y a aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia y a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones.
“Para que la paz sea posible en Colombia, necesitamos dialogar, dialogar mucho, entendernos, buscar los caminos comunes, producir cambios”, añadió.
Sostuvo que la paz es posible si se cambia, por ejemplo, la política contra las drogas, pues es vista como una guerra por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas.
Colombia necesita igualdad
Petro indicó que el 10 % de la población colombiana tiene el 70 % de la riqueza, lo que, por supuesto, no aporta a la paz y es un despropósito y una amoralidad. “No naturalicemos la desigualdad y la pobreza. No miremos para otro lado, no seamos cómplices. Con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia vamos a hacer una Colombia más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas”, remarcó.
A su vez, aclaró que la igualdad es posible si se es capaz de crear riqueza para todos y todas, y si se es capaz de distribuirla más justamente. Por eso, propone una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. “Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia. El llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirle las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud., no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio”.
Según el mandatario, es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna.
“Si somos capaces de llevar una parte de la riqueza que se crea, a los niños y niñas desnutridas a través de algo tan simple como pagar los impuestos de ley, seremos más justos y estaremos más en paz. No es un asunto solo de caridad, es un asunto de solidaridad humana. La solidaridad es lo que ha permitido que los pueblos sobrevivan y logren las máximas conquistas de la cultura y de la civilización.
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