Este 7 de agosto se llevó a cabo la posesión del presidente Gustavo Petro, en la que estuvieron presentes varios dignatarios como el primer mandatario de Chile, Gabriel Boric y el rey de España, Felipe VI, así como otros representantes de diferentes países de América Latina.
El evento que tuvo lugar en la Plaza de Bolívar, con el pueblo presente que coreaba al unísono el nombre del nuevo mandatario de los colombianos tuvo algo en particular que llamó la atención de los espectadores y fueron los atuendos que utilizaron Verónica Alcocer, primera dama y sus hijas, además, de la pinta de la vicepresidenta, Francia Márquez.
En esta oportunidad, Alcocer optó por una pieza que reúne un gran significado para las artesanías y la orfebrería de los colombianos, lo que representó un encuentro del país que hoy reciben. Un atuendo completamente en color blanco, lo que evoca la paz que tanto sueñan los ciudadanos de las diferentes zonas agobiadas por el conflicto armado.
Un diseño compuesto por un enterizo elegido para la ocasión y diseñado exclusivamente para la primera dama de los colombianos, que sobre sus hombros lleva una capa con tres botones de plata de joyería artesanal de filigrana Momposina, en corte ‘full lenght’. El pantalón tipo palazzo en tela de crepe ivory, que sobre él lleva un fino forro de seda en duchesse.
Un detalle que no pasó desapercibido por la audiencia fue el broche con la imagen de la Virgen de la Milagrosa, símbolo de la devoción y la fe engastada con filigrana a juego con los botones de plata y fabricada en Santa Cruz de Mompox, que reúne el acervo indígena.
Verónica Alcocer busca lucir a los artesanos, que están presentes y que su excelso saber es parte esencial de Colombia ante el mundo. Lo que ellas y ellos han tejido y perpetúan en sus comunidades, gracias a la protección y herencia de su invaluable legado. Joyas artesanales Metalero, bolso de la diseñadora Adriana Ureta y los zapatos regalo de Norberto y Antonio.
Sofía Petro lució un top de chumbes tejido en telar vertical en el valle de sibundoy Putumayo, por la comunidad Indígena KÄMENTSÁ. Está adornado con mini tejidos en chaquiras amarillas hechas por la comunidad Embera Chami, que simbólicamente unen a todas las comunidades indígenas del país.
La chaqueta de Sofía hecha en crepé de seda, está bordada artesanalmente con la técnica de tela sobre tela y que deja registrado la vida cotidiana de los campesinos colombianos. En sus mangas están bordadas también las frases Justicia Social y Justicia Ambiental, como gritos de manifestación y alerta para tomar conciencia en el cuidado de nuestra humanidad
Este bordado es realizado por las artesanas Adriana Gómez y su mamá María Elsy Guzmán que viven en ciudad Bolívar, en Bogotá.
El vestido de Antonella Petro es una manifestación de amor por su padre. En el diseño gráfico de su vestido están registradas las palabras y frases de puño y letra del presidente Gustavo Petro, quien le escribió una carta a su hija, el día de su cumpleaños. Esta carta se imprimió digitalmente en textiles de poliéster reciclado en tercer uso.
Sobre el vestido utiliza un chaleco wayúu, diseñado por artesanas de esta comunidad que habitan el alta guajira.
Las siluetas de los pantalones y los enterizos son una suerte de homenaje a los caminos recorridos por decenas de miles de mujeres en Colombia y en el mundo, cuando debieron cubrir los espacios laborales de sus esposos en tiempos de guerra o cuando eligieron, con autonomía, una prenda que era libertad, comodidad y autonomía. Y cuando marcharon sin descanso para que las mujeres tuvieran derecho al voto. Una prenda sin género, que une antes que separar.
En qué estaba inspirado el vestido de Francia Márquez
La vicepresidenta, Francia Márquez, empleó un vestido del diseñador Esteban Sinisterra, mejor conocido como Esteban African, que en diálogo con SEMANA reveló que este estaba inspirado en la violencia de su territorio en el Pacífico colombiano, empleando simbología de la mujer y el pueblo que representa.
Los colores utilizados como el mostaza, los boleros blancos y el fondo en morado, son en protesta de la violencia que vive esta zona del país a lo largo de los años. Para esta ocasión, también dejó plasmado su sello personal, pues en cada aparición de Márquez suele usar colores encendidos que son parte de la escala de colores que quiere imponer.
Con esto, busca darle relevancia a las nuevas situaciones que ocurren en los diferentes territorios que fueron olvidados por el gobierno saliente, así como evocar la inseguridad que se vive en las calles, las amenazas contra líderes indígenas y las muertes.
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