Mientras Argentina y Venezuela enfrentan un impasse diplomático por culpa de un avión iraní retenido en Buenos Aires, y pocos días después de conocerse que otra aeronave iraní aterrizó en Santiago de Chile, el vicepresidente de la República Islámica de Irán llegó a Bogotá, como uno de los invitados especiales al juramento de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia, originando alertas tanto dentro como fuera del país, debido a la prevención que despierta esta república islamista, señalada de albergar, e incluso financiar, a grupos terroristas como Hamas, Hezbollah y la Yihad Islámica.
El año anterior, se dio un conato de crisis entre la nación islámica y Colombia, después de que el saliente ministro de Defensa calificara a Iran como antagonista de Colombia. “Aquí tenemos un enemigo común y es el caso de Irán y Hezbolá que opera en contra de Israel, pero también apoya el régimen de Venezuela. Por lo tanto es un esfuerzo importante intercambio de información e inteligencia el que desarrollamos con las fuerzas militares y el Ministerio de Defensa en Israel”, aseguró Diego Molano.
Previo a las declaraciones de Molano, ya se había advertido una preocupación en el país por una negociación de armas entre Irán y el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, que habría tenido como primer resultado la llegada a Caracas de otro avión iraní con 1.500 misiles, 400 bombas, 500 cohetes, 30 contenedores y 35 radares, que serían parte de lo que la dictadura venezolana llamó operación Escudo Boliviano 2021.
Recientemente, según versiones de ONGs, Nicolás Maduro viajó a Teherán con el fin de suscribir un acuerdo bilateral de 20 años, que incluye compromisos económicos y militares entre los dos régimenes, lo cual despertó una vez más las alertas en Bogotá, ante una posible alianza entre los dos países que podría afectar la seguridad de Colombia.
Las cosas parecen estar cambiando también en ese aspecto con la llegada al poder del izquierdista Gustavo Petro, si se tiene en cuenta el alto nivel de la delegación iraní en la ceremonia que se realiza este domingo, y la cual no ha estado alejada de polémicas, que incluyeron la sorpresiva reunión que el importante funcionario del régimen de Raisis sostuvo con antiguos cabecillas de la guerrilla de las Farc.
“El día de hoy hemos atendido varias reuniones importantes con la comunidad internacional. Estuvimos reunidos con el Vicepresidente de la República Islámica de Irán Seyed Mohammad Hosseini. La paz y la construcción de un mejor país como temas en la agenda política”, anunció en su cuenta oficial de Twitter la exsenadora Sandra Ramírez, quien fuera la última compañera sentimental de Pedro Antonio Marín, más conocido como Manuel Marulanda o ‘Tirofijo’, otrora máximo jefe guerrillero de las Farc.
Previo a este encuentro, en la mañana el funcionario iraní se reunió con Álvaro Leyva, quien será desde esta tarde el canciller del gobierno de Gustavo Petro.
“En la mañana de hoy el Canciller (d) sostuvo un diálogo sobre temas estratégicos de la relación bilateral con el Vicepresidente de la República Islámica de Irán en asuntos parlamentarios, Seyed Mohammad Hosseini”, publicó en Twitter, el entrante encargado de la diplomacia en Colombia.
Estos estrechos contactos entre el gobierno entrante de Colombia y el régimen fundamentalista de Irán ya han comenzado a preocupar en la región. La ONG Proyecto de Investigación sobre el Terrorismo (IPT, por sus siglas en inglés) ya había advertido la amenaza que, para la seguridad continental significan los reiterados intentos iraníes de aprovechar la corrupción que afecta los sistemas políticos del continente para, por ejemplo, lavar millonarios recursos destinados posiblemente a financiar el terrorismo.
Funcionarios e incluso mandatarios o exmandatarios de los gobiernos de Chile, Paraguay y Argentina ya han sido vinculados con supuestas operaciones ilegales del régimen iraní, que ahora parece decidido a multiplicar sus intereses en Colombia, gracias a las buenas relaciones que tendría con el nuevo gobierno.
SEGUIR LEYENDO: