Hablando de posesiones presidenciales: la relación entre moda y política en la historia de Colombia, circo o expresión cultural

Aunque la historia de la humanidad y el crecimiento de las civilizaciones ha sido acompañada por la moda, todavía hay quienes piensan que se trata solo de una conversación trivial que irremediablemente insiste en poner la mira en las mujeres

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El análisis del protocolo y
El análisis del protocolo y la moda de la vida pública política de Colombia ha evidenciado interesantes contrastes y mensajes, no solo para los colombianos, también para la comunidad internacional

Dentro de la actividad mediática que dejó el cubrimiento de la pasada instalación del Congreso de Colombia, las redes sociales y los medios de comunicación manifestaron sus apreciaciones sobre la jornada en materia de protocolo, historia, el desarrollo del orden dispuesto para ese día y como es habitual, también se hicieron las correspondientes reseñas de moda, unas más conocedoras que otras, dando espacio para analizar al detalle de los atuendos de las parlamentarias, pero no tanto a los parlamentarios.

Desde la manta Wayuú fabricada por artesanas de La Guajira y la diseñadora Blanca Fernández que lució la senadora Martha Peralta destacando la paleta de colores y también los detalles florales que el traje llevaba bordados, el cinturón artesanal elaborado por Tejidos Chakana, firmantes de paz acompañando su vestido negro diseñado por la colombiana Manuela Álvarez que vistió a la representante María Fernanda Carrascal que complementaba su atuedo con sus pañuelos morado y verde en el puño, o los tacones del representante a la Cámara por el departamento de Putumayo por el Pacto Histórico, Andrés Cancimance.

Martha Peralta Facebook
Martha Peralta Facebook

El orden del día era conducido por los actos protocolarios, pero también con el mensaje enviado al mundo sobre el inicio de un nuevo tiempo, en el que una serie de prendas y accesorios representan la presencia permanente de quienes firmaron el acuerdo de paz, de las luchas feministas y el respaldo a la comunidad LGTBIQ+ que han sido violentada y discriminada.

El representante de Putumayo, Andrés
El representante de Putumayo, Andrés Cancimance, asistió en tacones a la posesión del nuevo legislativo

Para muchos el ejercicio de observación y análisis fue interesante, de hecho, hasta entretenido, era novedoso ver toda una vuelta de cabeza en el lenguaje visual e iconográfico transformado en un recinto viciado por las polémicas, los fraudes y los desmanes; para otros resultó exagerado, incluso al nivel de un circo como lo dejaría ver Gabriel de las Casas, uno de los periodistas, presentadores y directores más reconocidos del país que declararía en su cuenta de Twitter “Parte del circo es el desfile de modas en que empezaron a convertir la instalación del congreso. Es el legislativo no la Gala del Met.”

Aunque la historia de la humanidad y el crecimiento de las civilizaciones ha sido acompañada por la moda, es evidente que todavía hay quienes piensan que se trata solo de una conversación enteramente trivial que irremediablemente insiste en poner la mira en las mujeres para señalar, desvirtuar o cuestionar sus elecciones, superando los estereotipos de forma, pasamos a observar una crítica sobre las movilizaciones que se expresan más allá de la palabra a viva voz y que busca generar reflexiones. ¿Por qué es molesto? ¿Por qué es excesivo?

Emperadores, patricios, damas, héroes y
Emperadores, patricios, damas, héroes y dioses componen la colección de la familia Torlonia, la mayor privada de escultura greco-romana y que ahora puede verse por primera vez desde 1940 en los Museos Capitolinos de Roma. EFE/ Gonzálo Sánchez

Los registros de comentarios sobre protocolos y moda no nacieron con los programas de variedades o en las secciones de entretenimiento al cierre de los noticieros, encontramos el rastro de esta observación desde tiempos ancestrales, como lo señala Jeniffer Varela, periodista colombiana especializada en estidios de Moda, co fundadora del blog http://www.modadospuntocero.com “la moda especialmente en temas políticos están involucrada desde los tiempos de Luis XIV que fue el primer rey que incluyó la moda como parte de la actividad nacional, o sea, él quería todo hecho en Francia, entonces significaba que desde el pan hasta los zapatos fueran hechos en Francia para hacer parte de la identidad nacional y el nacionalismo si lo quieren llamar así.”

Luis XIV, rey de Francia
Luis XIV, rey de Francia
Versalles Cartón de tapicería encargado
Versalles Cartón de tapicería encargado por Luis XIV, Claude-Guy Hallé, 1715

Este no es el único ejemplo, según Varela, Norteamérica tuvo lo propio “George Washington en su primera posesión pidió que la lana del abrigo que llevaba fuera de lana estado cultivada en Estados Unidos porque se acababan de independizar; en Inglaterra con la Reina Isabel que se casó justo después de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron especial cuidado en que los gusanos que hicieron la seda de su vestido fueran de la India y no fueran de ningún otro lugar porque podían considerarse como una asociación con aliados de la guerra.”, agregó la especialista.

¿Exageraron los escritores históricos de estas épocas al registrar tal información?

Sin ir a otros continentes en Colombia tenemos nuestros propios registros, en plena campaña de independencia enmarcando los fusilamientos de las fuerzas insurgentes representadas por las mujeres que servían a la causa como espías, comandantes e incluso soldados, el caso puntual de Policarpa Salavarrieta (1795-1817) que fue registrada por el cronista de la Independencia Jose María Caballero y que puede encontrarse en el libro Diario de la Independencia (1743-1819) con la descripción detallada de la joven mientras era llevada al cadalso “Iba en camisón de zaraza azul, mantilla de paño azul y sombrero cubano”, con un preámbulo aún más detallado “Era esta muchacha muy despercudida, arrogante y de bellos procederes, y sobre todo muy patriota; buena moza, bien parecida y de buenos prendas.”

Jose María Caballero, Diario de
Jose María Caballero, Diario de la Independencia (1743-1819)

Jose María Caballero no era un periodista de moda, mucho menos un analista político, sin embargo para los efectos que lo llevaron a participar en las batallas con las tropas de Antonio Nariño en una compilación de crónicas reunidas en un texto titulado originalmente ‘Libro de varias noticias particulares que han sucedido en esta capital de Santa Fe de Bogotá’, con una descripción fiel de las hazañas en las campañas militares, los acontecimientos importantes que presenció y episodios de la vida cotidiana durante nueve años del proceso de emancipación; sin embargo sus observaciones son testimonio del país que éramos en ese entonces, del exterminio de jóvenes que creían en una nación libre de tiranía, como vestían y hasta qué declararon a viva voz justo antes de morir.

Aunque resulte inverosímil para algunos, existen investigaciones académicas serias sobre estos episodios de la historia colombiana, tal es el caso de “El camisón de zaraza azul, fusilamiento y muerte de Policarpa Salavarrieta” de la historiadora Paula Ronderos en donde encontramos una pregunta que tiene todo que ver “y me pregunto ¿eran fusiladas las mujeres con trajes de zaraza y mantilla? Mujeres fusiladas. Rebusco entre las fuentes usuales. Mención del fusilamiento sin descripción. Ni sonido. El olor de la cárcel, frío entre las rendijas. Tortura y patíbulo (...) Interesante contradicción que da origen a un híbrido, una combinación de profundas virtudes espirituales y de atractivo sexual. Estas cualidades loadas en la literatura son castigadas en las mujeres por la sociedad en general, pues ¿qué hubiera sido de esa mujer arrogante, por más bien parecida?”

Como complemento de los registros escritos tenemos también el testimonio visual por medio de la pintura, uno de los más reconocidos es el retrato de José María Espinosa (Bogotá, 1796-1883) llamado La Pola en capilla, ca. 1857, actualmente en custodia del Museo Nacional de Colombia, probablemente una de las imágenes de Salvarrieta más reproducidas de este momento histórico.

José María Espinosa (Bogotá, 1796-1883)
José María Espinosa (Bogotá, 1796-1883) llamado La Pola en capilla, ca. 1857, actualmente en custodia del Museo Nacional de Colombia

Así la historia registró la muerte de uno de los símbolos de la presencia femenina en la campaña libertadora, considerando que las ejecuciones en su momento también hacían parte de los actos protocolarios, con todos los elementos que tienen los de hoy, solo que adaptados a su momento histórico.

Cabe mencionar que hasta la imagen del mismo Simón Bolívar fue transformada en una versión más “napoleónica” para encajar en los imaginarios que hicieran más creíble la historia de un libertador en América y de esta manera conseguir el apoyo que requerían sus lides. ¿La imagen no es política?

Una mujer negra del Pacífico colombiano, líder social y ambiental, rompiendo el código marcado por su anfitriona, en un acto de completa coherencia con el discurso que por años ha defendido y sobre todo, con su pasado como una de las “niñas” a las que se refirió Marta Lucía Ramírez, ¿es excesivo apreciar el momento en cámara lenta y reflexionar sobre lo que representa para la historia de un país como Colombia? ¿Será excesivo detallar que en pleno siglo XXI las empleadas llevan uniformes que evocan alguna suerte de etiqueta de guantes blancos al estilo de una monarquía?

Desde el cabello trenzado como mapa para los esclavos en camino a San Basilio de Palenque, hasta las Panteras negras se ha buscado comunicar no por el ruido social que esto pudiera generar, sino sobre todo porque el comunicar a partir de la presencia se constituye un medio de comunicación para narrar tanto la individualidad como la colectividad como acto de reivindicación, como militancia y estandarte.

400 años de la muerte
400 años de la muerte del líder cimarrón. (Rebelión.org)

La expresión de lo bello se llevó progresivamente en el tiempo como un conjunto de signos relegados a la enunciación del estatus, de la uniformidad y de un epistemicidio, la destrucción misma de los saberes propios de los pueblos a causa del colonialismo, es así como “la cultura del museo” y de los cánones de la etiqueta heredada de las monarquías que no alcanzamos siquiera a imitar y que curiosamente resultan simular una puesta en escena.

Al respecto, Ana María Olivos, docente universitaria y Magister en Historia del Arte señala la necesidad de reformular la utilidad de estos espacios entorno a la reflexión de nuestra cultura “el cuestionar de hecho estas instituciones como poseedoras totales de de la cultura, porque guardan algunos que es algunos tesoros históricos, o sea, todo objeto de valor, para quién, cómo llegaron esos objetos ahí, qué representan, a quien sí y a quién no hace parte de un necesario estudio alrededor de nuestra cultura como nación…”

La imagen de un relevo histórico de un gobierno hegemónico al primer gobierno popular en la historia de Colombia tiene trascendencia, Francia Márquez llegando a la casa vicepresidencial en su característica sencillez, rompiendo la uniformidad protocolaria que dictarían los cánones para una ocasión como esta y la postal que dejaría para la historia mientras, en su recorrido por las instalaciones, priorizaba el saludo a las empleadas domésticas -una por una- mientras la vicepresidenta vigente en aquel entonces continuaba dejando la escena a sus espaldas.

Colombian Vice President-elect Francia Marquez
Colombian Vice President-elect Francia Marquez speaks during a symbolic swearing-in ceremony, along with Colombian President-elect Gustavo Petro (not pictured), organized by social, popular, ethnic and ancestral organizations of Colombia, in Bogota, Colombia August 6, 2022. REUTERS/Luisa Gonzalez

¿Cómo podría considerarse un circo ver como la herencia de siglos de historia de esclavitud, dolor e injusticia histórica se ven reivindicadas con la distinción de mayor dignidad en la política de un país como Colombia?

En el proceso de decolonizar la imagen del país en medio de una revolución cultural que cambia el relato de nación tal y como lo conocemos, Esteban Sinistrerra, un joven diseñador encargado de gran parte del guardarropa de Francia, elaborando a partir de su propuesta artística en diseño un poderoso testimonio para su generación, llevar los colores de su herencia afro, en telas importadas de África, haciendo presencia de un legado de siglos en las pasarelas y ahora en la humanidad de la Vicepresidenta del país en el desarrollo de los actos protocolarios más importantes de la política en una líder sin igual.

Crédito: Manuel Pose Varela
Crédito: Manuel Pose Varela

Quizás la propuesta de un nuevo tipo de elegancia, la que que está ligada a la identidad, al simbolismo, un nuevo estatus hecho de reflexión sobre la sociedad en la que vivimos, sobre narrarnos a partir de una iconografía original, actual, respaldada por un poderoso legado no heredada de patrones ajenos a los principios bajo los que se identifican.

Edward Salazar Celis, Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia, magister en Estudios Culturales de la Universidad de Los Andes, autor y docente señala el papel del eurocentrismo en este acto de observación y diálogos culturales “la dirigencia política de las naciones al menos hablando del caso latinoamericano, ha estado encabezada en su mayoría por las élites criollas blancas o blanco mestizas pertenecientes a sectores económicos o políticos tradicionales o no tradicionales pero con gran concentración de la riqueza y su idea de estilo y buen gusto a esta sociedad históricamente con una idea burguesa, blanca liberal eurocéntrica del cuerpo de la belleza y de la moda, en ese sentido han reproducido una idea muy tradicional muy racional y en últimas muy blanca de lo que significa la belleza y la elegancia, dejando por fuera otras formas de expresión de lo bello de lo elegante de lo formal que no correspondan a esa a esa matriz. Entonces, digamos trasladamos esos esos prejuicios a la propia forma en la que se entiende la seriedad en la vida pública del país.”

María Juliana Ruiz, así lució
María Juliana Ruiz, así lució la primera dama de Colombia durante la instalación del nuevo Congreso de la República. Tomada de Canal Institucional en vivo
María Juliana Ruiz, protegida de
María Juliana Ruiz, protegida de la lluvia por una policía. Crédito: Colprensa.

¿De dónde proviene aquella idea que señala la moda como un concepto lejano de ser una expresión cultural si la cultura misma nos rodea, nos define y nos encamina hacia nuevas reflexiones y diálogos sobre quiénes somos y de dónde venimos en nuestra estructura como país?

Kellyth Garcés, la mujer que trabaja en labores de aseo en Medellín que se hizo viral en mayo de este año, por ser víctima de hostigamiento por manifestar de manera pública su apoyo al entonces candidato presidencial Gustavo Petro y a su fórmula vicepresidencial Francia Márquez sea una de las invitadas al acto de posesión del nuevo presidente de Colombia. ¿Es un acto político que esta sencilla mujer se siente entre dignatarios internacionales? Sí, es un acto político y no un circo, es el gobierno de “los nadies” y así quedará registrado en los futuros libros de historia como parte de las memorias de un país en resistencia.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneros,

corriendo la liebre, muriendo la vida,

jodidos los nadies, jodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no practican religiones, sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no aplican cultura, sino folklore.

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal,

sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los nada,

los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Los Nadies, Eduardo Galeano

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