Sería fácil decir que se trató de otro 7 de agosto más, pero lo cierto es que el de 2022 probablemente sea recordado como uno de los días que mayor expectativa y emoción generó en los colombianos en mucho tiempo.
Madrugar con tanto fervor para ver a un presidente posesionarse es algo que no ocurría desde hace mucho. El precedente más reciente le corresponde al mandatario saliente, Iván Duque Márquez; en aquel 2018 muy poca gente hizo presencia en plazas y calles. De hecho, no hubo casi nadie que se congregara para festejar su llegada al poder, además el clima no ayudó. Al final, hasta la bandera de Colombia que ondeaba en la Plaza de Bolívar, salió volando de ahí, como si no quisiera estar.
Ahora, cuando llega por primera vez un presidente de izquierda al poder, es inevitable no sentir en el aire esa esperanza de cambio, esa sensación de que puede que ahora sí, las cosas sean diferentes. Y no por ser diferentes, las cosas necesariamente son buenas. Eso hay que tenerlo claro. Sin embargo, lo que hoy se siente en el ambiente muy difícilmente podrán igualarlo los presidentes que vengan después de este, sea que haga las cosas bien o no. ¿Qué presidente lo ha hecho todo bien? No hay solo uno.
A Petro, gústele a quien le guste, nadie le podrá arrebatar esto. Asume el mando de Colombia en un momento histórico para todos, y eso parece respaldarlo toda esa gente que madruga para llenar plazas y calles, para quedar cerca a las pantallas que dejarán ver su rostro, y a los altavoces que harán eco de sus palabras.
Filas y filas de más de tres cuadras, personas despiertas desde antes de las cinco de la mañana, familias enteras adueñándose de Bogotá en su cumpleaños. ¿El domingo no era un día para descansar? Parece no importarle a nadie. Parece como si, en cambio, la gente quisiera despertar de algún letargo y encontrar una única consigna en lo que viene: cambio.
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Como Edgar Pinzón, que se levantó temprano para sostener un cartel durante toda la jornada. “Hoy es un día muy feliz, porque terminan muchos años de gobiernos corruptos. En los 76 años que llevo viviendo no he visto sino corrupción. Y claro, no se va a acabar, pero por lo menos, disminuirá un poco. Es un día feliz para mí y los viejos”.
Y esa felicidad de la que habla, además de verse en las comparsas, en los bailes y en el sol que se alza sobre la capital colombiana, es secundada por miles y miles. Pinzón es uno de tantos, a él se le suma Blanca Nubia Díaz, una mujer de la comunidad Wayú, en La Guajira, que se desplazó hasta Bogotá, junto al Movimiento Nacional de Crímenes de Estado (Movice), por el simple hecho de que se siente feliz.
“Me siento feliz, y no solamente yo, mucha gente de La Guajira, que fue en donde más se votó por Petro. Nosotros queremos que este país tenga un cambio. Ojalá lo hagamos realidad, que podamos tener cosas mejores, que no haya tantos asesinatos como los que han habido. Que ese cambio quede para los jovenes, para los niños, para los ancianos, para los campesinos, para los afro, para los indígenas. Ojalá Petro lo consiga”.
Pero la felicidad no es lo único que habita a estas personas, también la ilusión, la fe en que las cosas se harán bien, y de eso está seguro Javier Forero, un hombre que marchó hacia la Plaza de Bolívar con la bandera del M-19. A él, la llegada de Petro al poder le confirma los primeros ideales del Movimiento Estudiantil 19 de abril. Forero dice que él estuvo en la celda junto a Petro en la cárcel La Picota, en aquel año 86.
“Tenía quince años cuando me uní al M-19. Estuve con Petro en esa celda. Hoy celebro su presidencia, celebro la victoria de la democracia, de una democracia fortalecida (...) Hacer la revolución es hacer la transformación social, es acabar con las injusticias, hasta ahora estamos empezando. El momento más difícil empieza hoy”.
Ordas de gente llegaron para festejar esa promesa del cambio a la Plaza de Bolívar, a la del Rosario, a la de Las Nieves, al Parque de los Periodistas, al Parque Santander, al de la Independencia, a cada espacio posible, cada calle, cada rincón, todos con ese anhelo en común. Todos con la fe puesta en el nuevo presidente, en Gustavo Petro, y en su gabinete, en su vicepresidenta, la primera mujer afro en llegar a ese cargo.
Así lo afirma Yenecith Torres, de la Organización Pueblos Étnicos: “Su llegada significa igualdad, cambio, participación. Cuando logró la vicepresidencia lloramos de alegría. Sabíamos que íbamos a llegar, pero no deja de ser sorpresivo todo esto. Es algo histórico. Es la primera vez que todos queremos estar aquí”.
Y cuando dice todos, son todos. Afros, indígenas, campesinos, miembros de la comunidad LGBTQ+, feministas, hombres, mujeres, niños... Al final del día, con Petro y Francia Márquez situados en lo alto de la Plaza de Bolívar, de cara a la Casa de Nariño, Colombia habrá dado un paso más hacia ese cambio que clama la gente, y solo el tiempo nos dirá si este 7 de agosto de 2022 fue en realidad nuestro día de, o solo una ilusión bañada de esperanza.
Mientras se iba acercando la hora para que Gustavo Petro tomará oficialmente las riendas del país, siendo el primer mandatario de izquierda en toda la historia, las personalidades de la farándula nacional fueron llegando poco a poco a la Plaza de Bolívar, como el caso del cantante vallenato Poncho Zuleta, que tuvo que esperar unos minutos para qué validarán su ingreso a la ceremonia de posesión.
Finalmente, el intérprete de “Nunca te Olvidaré” pudo ingresar y hacer presencia en la posesión de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia durante los próximos cuatro años.
Así como la calle 19, en la décima, la ciudadanía se unió en una sola manifestación con banderas y camisetas de la selección Colombia en dirección a la Plaza de Bolívar para escuchar el primer discurso de Gustavo Petro como presidente de la nación.
Las filas para entrar a la séptima eran interminables, como también en la Plazoleta del Rosario y el Parque de Los Periodistas, en donde pusieron pantallas gigantes para que los asistentes pudieran ver la ceremonia de posesión. De este último, el caos se hizo presente por un momento cuando las autoridades encargadas dieron acceso libre a las personas.
Una vez Gustavo Petro hizo presencia en la tarima montada en la Plaza de Bolívar, en el Rosario estallaron con miles de aplausos acompañados por el sonido de los tambores que engalanaron la fiesta de la tarde histórica del 7 agosto que quedará para siempre en la memoria de pueblo colombiano.
Hasta los árboles sirvieron de mirador para ver el paso a paso de la posesión de Gustavo Petro, al que les mostraron todo su apoyo con un cantó al unísono de “Si se pudo” que tomó por momento la Plaza de Bolívar, la Plazoleta del Rosario y El Parque de los Periodistas.
Una vez terminó el discurso de Petro en la Plaza de Bolívar, los simpatizantes del nuevo presidente de Colombia, se mostraron satisfechos por la posesión de su líder, del que están seguros es la solución a las problemáticas del país, como lo expresó para Infobae Indaris Perico.
“La posesión ha sido muy emotiva, volver a reconocer el significado de la espalda de Bolívar y que es una demanda del país, que volvamos a tener paz (...) pensar en que vamos a proteger nuestro medio ambiente, que va a ver paridad y respeto a la mujer, es maravilloso”.
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