Con banderas y pañuelos alusivos al Consejo Regional Indígena (CRIC), un grupo étnico entró a la histórica Hacienda Japio, ubicada entre los municipios de Caloto y Santander de Quilichao, en Cauca, para reclamar ese predio. Aunque actualmente el terreno le pertenece a la familia Eder Garcés, dueños del Ingenio Manuelita los indígenas lo reclaman porque aseguran que era de ellos desde antes de la colonia.
La primera en denunciar la situación fue la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal. Ella aseguró que son más de 100 indígenas que llegaron en chivas y motos a tomarse la hacienda y por esto catalogó el hecho como una arbitrariedad.
“Indígenas llegaron en 3 chivas y 20 motos a la Hacienda Japio, para invadir y provocar confrontación. Esa es la estrategia para ver si logran un diálogo que les otorgue tierras que NO les pertenecen”, dijo la senadora.
Al parecer esta situación se está presentando desde ayer (3 de agosto). Este jueves, 24 horas después, se reporta que los indígenas están en el terrero de forma pacífica. No se reportan daños a la propiedad ni a los trabajadores de la hacienda, pero estos últimos sí se sienten intimidados.
“Hay aproximadamente unos 100 indígenas, no han agredido a los trabajadores ni han hecho daño en los cultivos, pero la sola presencia de ellos intimida porque cuando llegan así es a apropiarse y a hacer afectaciones”, confirmó a Blu Radio uno de los trabajadores de la agroindustria del azúcar que labora en la zona.
Esta situación no es nueva. Los predios de la Hacienda Japio han sido punto de disputa desde hace años. En 2004 los indígenas ocuparon el lugar y la fuerza pública los desalojó, no sin que antes se presentara una confrontación entre los uniformados y los civiles. En ese momento resultaron heridos 19 ciudadanos.
“Comunidades Indígenas Paeces, de los resguardos de Caldonó, Pueblo Nuevo, Pioya, La Aguada, La Laguna y las Mercedes seguimos en ocupación pacifica de la Hacienda el Japio, jurisdicción del municipio de Caloto – Cauca, en procura de seguir reivindicando nuestro derecho al territorio ancestral y ampliación del mismo como principio inherente a los derechos humanos – situación que debe ser| atendida con diligencia por parte del gobierno central”, dijeron los indígenas en octubre de 2004.
Pasados casi 20 años, la situación es la misma. Aseguran que solo reciben represión por parte de la fuera pública y rechazo de los civiles.
Por su parte, la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia (Asocaña) insiste en que los indigenas son quienes deben respetar el predio. Aseguran que en varias oportunidades las comunidades étnicas han dañado sus cultivos y les han generado perdidas.
En esta ocasión, reportan que, lo que califican como invasión, se viene presentando dese hace una semana.
“Hemos venido denunciando ante las autoridades estos hechos, son más de 600 las denuncias y por supuesto estamos en una situación muy crítica porque nuestros trabajadores están siendo afectados, hemos tenido secuestros, heridos y trabajadores fallecidos”, dijo Claudia Calero, presidenta de Asocaña.
Cada parte dentro de este conflicto espera que el nuevo Gobierno pueda solucionar este conflicto. Mientras tanto, se reporta que afuera de la Hacienda Japio ya hay fuerza pública a la espera de una orden para proceder al desalojo.
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