Han pasado casi tres meses desde que el exlíder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, fue extraditado a una cárcel de los Estados Unidos para responder por sus crímenes vinculados al narcotráfico. Este martes 2 de agosto, el capo compareció ante la jueza Dora Irizarry que instruye su caso por tráfico de drogas en un tribunal de Nueva York.
A través de su abogado, alias Otoniel se quejó por las condiciones en las que está recluido en la prisión de máxima seguridad ADX Florence. Según el excabecilla de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia —como se le conoce también al Clan del Golfo— no ha podido hablar con su familia ni recibir correspondencia.
El defensor de Dairo Úsuga, Alexei Schacht, le reclamó a la jueza por esa situación. Al parecer, en el mes pasado su cliente no pudo siquiera realizar la llamada mensual a la que tiene derecho para conversar con un familiar o allegado. Además, tampoco habría recibido los documentos “necesarios para el caso” a su correo institucional.
En la comparecencia de ese trámite estaba el narcotraficante con tapabocas y vestido con un buzo color naranja, característico de los reclusos estadounidenses.
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La próxima visita está prevista para el 18 de octubre, en la que se espera fijen una fecha para el juicio. Otoniel es acusado por sus acciones en “una empresa criminal continuada” y por “conspirar para manufacturar y distribuir cocaína”. Al recluso también se le acusaba del uso de armas para el tráfico de droga; sin embargo, ese cargo fue desechado debido a que no está incluido en los términos de extradición.
Cuando Otoniel fue extraditado, el fiscal del tribunal federal de Brooklyn, Breon Peace, afirmó que es uno “de los capos de la droga más peligrosos y más buscados del mundo”. Por eso mismo, el Gobierno de Iván Duque manifestó que seguiría dándole golpes a la estructura paramilitar y extraditó también por narcotráfico a la hermana del exlíder del Clan del Golfo, Nini Johana Úsuga, alias La Negra, el pasado 1 de julio.
El plan pistola del Clan del Golfo y la respuesta de Otoniel
La Policía Nacional reportó 36 muertes de uniformados en lo corrido de 2022, y 15 de ellas se las atribuyen al grupo paramilitar.
El plan pistola recuerda las acciones cometidas por el narcotraficante Pablo Escobar en la década de los 90, cuando le declaró la guerra al Estado colombiano. Entre agosto de 1989 y 1990, las agresiones ordenadas por el capo cobraron la vida de 400 policías en el departamento de Antioquia.
Ahora, las cabezas de los uniformados vuelven a tener un precio no solo en Antioquia, sino en cerca de 200 municipios de Colombia. Además, la razón detrás de los ataques es diferente a la de Pablo Escobar: el Clan del Golfo anunció desde mayo represalias después de la extradición a Estados Unidos del cabecilla de ese grupo paramilitar, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, y su hermana Nini Johana Úsuga.
Al respecto, el mismo Otoniel envió un comunicado escueto de tres líneas desde su celda en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, en Estados Unidos. La carta invita a las AGC a “cesar todas las actividades en contra de la fuerza pública de Colombia”. Además, recomendó a quienes antes eran sus subordinados detener los paros armados en sus áreas de influencia, “porque se le está haciendo daño a la población civil”.
Con información de AFP.
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