El telescopio espacial James Webb es el proyecto de observatorio más ambicioso de la NASA en los último años. Más de 10 mil millones de dólares de presupuesto, el apoyo de varios países, además de un sin número de posibilidades de aplicaciones en todos los campos humanos, pretende reemplazar a los que podrían decirse que son, hasta el momento, los más icónicos e importantes para la humanidad, el Hubble y el Spitzer.
No lleva ni un año en órbita y el James Webb ya ha entregado unas imágenes jamás pensadas, que, por ejemplo, le han permitido a los científicos ver más que estrellas o galaxias, lo que están descubriendo es la historia misma del universo.
Entre las decenas de investigadores que forman parte del proyecto hay una científica colombiana que tendrá una particular misión: descubrir cómo nació nuestro sistema solar. Ese será el reto principal de la doctora en astrofísica María Claudia Ramírez Tannus, bogotana que a sus 33 años recibió el aval, por parte de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), para liderar uno de los proyectos más importantes del James Webb. Ella habló en exclusiva con Infobae Colombia sobre su labor y su vida.
— ¿Quién es María Claudia Ramírez Tannus?
“Soy bogotana de familia mitad boyacense y mitad costeña, en este momento soy investigadora postdoctoral en el Instituto Max Planck de astronomía en Heidelberg, Alemania. Soy astrofísica de profesión”
Aunque muy concreto, esta científica colombiana comenzó su vida en las ciencias muy joven; primero, se gradúo como profesional en física de la Universidad de los Andes, en el año 2011; luego, emigró a Alemania, en busca de seguir con sus sueños y lo que ella considera, es el “rumbo normal” de una científica. En Europa logró su maestría de ciencias físicas, del Instituto de Computación Astronómica (ARI por sus siglas en alemán), en el año 2014 y 4 años después obtuvo su título postdoctoral en astrofísica del Instituto de Astronomía Anton Pannekoek, en Ámsterdam, Países Bajos.
Esta joven, asegura que, aunque muchos se sorprenden por lo que ha logrado académicamente a su edad, se encuentra al mismo nivel que la mayoría de sus colegas científicos:
“Pues de verdad, yo no soy joven, mucha gente que está a mí mismo nivel académico tiene mi edad, porque normalmente cuando uno hace Ciencias Básicas nosotros estudiamos hasta el final del doctorado, o estudiamos todo seguido; no es que tengamos experiencia en la industria o algo así, entonces a mi edad es normal. Más o menos digamos”.
— ¿Cómo empezó en el mundo de la ciencia?
La inspiración llegó por un profesor de física, cuando estaba en el bachillerato, quien según le contó María Claudia a Infobae, explicaba todo mediante esta materia, cualquier evento que sucediera lo sustentaba con algún concepto, por lo que la atrajo a esa búsqueda de conocimiento. Además de querer entender el porqué de las cosas, se suma su curiosidad natural y ‘hambre’ de viajar por el mundo, por lo que, además, terminó interesándose por la astronomía.
“Tuve la oportunidad de ir a México a participar en una escuela que se llama Esaobela (Escuela de Astronomía Observacional para Estudiantes Latinoamericanos) que es una escuela de astronomía observacional para estudiantes latinoamericanos y ahí fueron dos semanas de escuela donde teníamos clase con profesores de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y de Tonanzintla que es cerca a Puebla, y también por las noches nos enseñaban a usar telescopios pequeños, así como uno de un metro que es un telescopio ya bastante grande que tienen ahí en Tonanzintla. Esas dos semanas fueron, digamos muy chéveres para mí y ahí fue que yo decidí hacer astronomía observacional. Entonces después de eso busqué programas de maestría en astronomía, y me aceptaron en la Universidad de Heidelberg”
Una nebulosa, una constelación, el hecho de internarse en una montaña a oscuras para poder apreciar el cosmos de la mejor manera, todo eso le cambió el chip a la astrofísica, y a partir de eso comenzaría un trepidante camino hacia las estrellas.
“Por eso es que hago astronomía observacional porque de vez en cuando todavía tengo la oportunidad de viajar a observatorios a hacer las observaciones yo misma, o asistir mientras alguien hace las observaciones. Ahí en México estuvimos tomando fotos con un telescopio chiquitico y una cámara Canon; tomamos fotos de la Nebulosa de Orión y para mí esas fotos son lo máximo, como que en mi cerebro no tenía tan claro que con un telescopio así chiquito se pueden tomar fotos tan tan bonitas”.
Su vida una constante con la ciencia
La física ha acompañado a María Claudia no solo desde la academia. Su esposo es físico de partículas, lo que resulta curioso, teniendo en cuenta que, mientras él estudia lo más pequeño del universo, ella se decanta por lo más inmenso. Es por esto que recalca que, a pesar de hacer astronomía, nunca ha dejado la física.
La colombiana destaca que todo lo que ha ‘construido’ y alcanzado ha sido gracias a la ciencia. Por esto decidió irse del país, la curiosidad de conocer ‘nuevos mundos’ la llevó a estudiar y vivir en varios países, como México, Portugal, Alemania y Países Bajos.
Pero, a pesar de su basto conocimiento, la maternidad es ‘una ciencia’ que ha ido aprendiendo sobre la marcha. Mientras cuidaba a su bebé recién nacida le notificaron que su proyecto había sido aprobado por la NASA, por lo que ha tenido que mezclar el tiempo de sus investigaciones con la atención a su bebé, responsabilidad que comparte con su pareja:
“Mientras escribimos la propuesta con mi equipo y hasta que la mandamos yo estaba embarazada, todavía no era mamá, todavía tenía tiempo. Cuando nos dieron la noticia de que íbamos a tener tiempo, mi hija tenía un mes de nacida o algo así. La niña va a la guardería, nos turnamos para que cada uno pueda tener su carrera y pueda trabajar, entonces un día la recojo yo y yo paso las tardes con ella; otro día él. Ha sido difícil, no voy a decir que no, es difícil encontrar un balance y sentir que uno hace suficiente para el trabajo y suficiente para la familia, pero pues ahí vamos”.
La llegada a la NASA
La vida de María Claudia, al menos la profesional, se definirá con la investigación que liderará, y en la cual no solamente está vinculada la Agencia Espacial de Estados Unidos, la Agencia Espacial Europea, ESA, y la Agencia Espacial Canadiense, CSA, también apoyan el proyecto de descubrir cómo nació nuestro sistema solar a partir de las imágenes del telescopio James Webb. Esto es, muy en resumen lo que intenta encontrar, pero, hay que explicar cómo piensa lograrlo.
El 18 de diciembre del 2021, días antes al lanzamiento del James Webb al espacio, la astrofísica le dio una particular explicación al Planetario de Bogotá, sobre lo que es su labor y cómo es que ella va a realizar su trabajo. Hay un concepto que hay que tener muy claro: “somos polvo de estrellas” y todo lo que conocemos proviene de allí, pero, para que nazca una estrella, una galaxia, una nebulosa, el universo, se necesitan millones de años que, claramente, los humanos no podemos apreciar.
Entre las labores principales de la astronomía está la observación, pero solo viendo no se podría descubrir la formación de estos cuerpos astrales, ni siquiera tras generaciones de científicos que continúen con la labor; por eso, María Claudia explica, en esencia, cómo puede determinar el nacimiento o formación de una estrella, incluso, un sistema solar:
“Los tiempos en astronomía son muy largos, las cosas duran miles de millones de años, o cientos de miles de años, entonces nosotros no nos podemos sentar a mirar cómo evoluciona una estrella. Imaginen que un alien viniera a la tierra y le dicen: tiene 10 segundos para entender cómo evolucionan los humanos. Entonces, el alien llega y observa por ahí a una mamá con un bebé, a un papá con un bebé, una pareja, un viejito, una señora y el alien en esos 10 segundos dice: ok, entonces de pronto los humanos chiquitos son los primeros, después crecen un poquito y así etcétera”.
Ella no observa niños o viejitos para ver cómo evolucionan, sino algo un poco más complejo. En sus estudios ha encontrado que en la primera etapa se forma una nube molecular, podría decirse que es el principio de todo. Son nubes rellenas de moléculas que están por ahí en algún punto del universo, allí se empiezan a formar “grumos” con esas moléculas, transformándose en masa, la cual va adhiriendo más masa, generando contracción, por ende temperatura, lo que se traduce en energía.
Con el incremento del calor, contracción y energía, podría decirse que nace una proto - estrella, la concentración llega a tal punto que, además de ganar tamaño, genera una especie de discos, llamados discos proto - planetarios, lo que quiere decir que esa masa ya es capaz de fusionar hidrógeno, o sea, formarse como una estrella, tal como las conocemos.
Si ese cuerpo, o masa, logra generar su propia radiación se le considera oficialmente como una estrella. Aquí surge la diferencia entre planeta y estrella: mientras la estrella genera su propia luz, el planeta no puede hacer lo mismo. A partir de estas formaciones y esos discos, siguen formándose más cuerpos, que terminarán albergando planetas, satélites (lunas) y todo lo que compone un sistema solar.
La explicación no termina ahí, por que la científica ha explorado esas estrellas, que en muchos casos son supermasivas, por lo menos 8 veces más que el tamaño de nuestro sol, pues es aquí donde ella encontró su oportunidad de usar el James Webb, para encontrar todos estos rastros en el cosmos y resolver la gran incógnita, ¿de dónde venimos?
“La pregunta más grande es ¿De dónde venimos?, ¿Cómo es que podemos existir? para eso lo más fácil sería sentarse y mirar el sol nacer, ver como se forman los planetas alrededor del sol y después como los planetas evolucionan y como el sol evoluciona, pero eso no lo podemos hacer en el caso de un humano porque las distancias y los tiempos en astronomía, en escalas humanas, son infinitos más o menos es imposible ver el proceso en una sola estrella; entonces lo que hacemos nosotros para poder entender cómo es el proceso de evolución y de nacimiento de una estrella es buscar estrellas que sean, o que vayan a ser como el sol, pero que estén en diferentes etapas de su formación. Lo mismo para el otro lado, nosotros sabemos qué le va a pasar al sol porque hemos observado estrellas que están más evolucionadas que el sol, que son más viejas, que ya se van a morir, entonces sabemos más o menos, cuál es la el destino de lo que va a pasar con el sol. Para poder entender cómo se formó el sol, tenemos que buscar sistemas que ahora son bebés y que estaban en ambientes en el que estaba el sol cuando era bebé, y cuando se formaron los planetas alrededor”.
Aquí entra el papel fundamental del telescopio. Esta herramienta le permitirá ver, no solo a María Claudia, sino a la humanidad entera, todas esas estrellas que están a millones de años luz, las cuales tienes las mismas características que nuestro sol y que gracias a su formación se puede ver cómo se conforman esos sistemas planetarios. Dentro de esas nubes de gas y polvo prácticamente no hay luz, por lo que hasta el momento no podíamos ver su interior, ya que, como explica la astrofísica, los telescopios que se tenían no eran capaces de verlo.
“Ahora con James Webb, podemos ver más lejos porque James Webb tiene un área de telescopio muy grande, entonces recoge mucha más luz de cosas mucho más débiles y como observa en longitudes de onda infrarrojas podemos ver a través de estas nubes de gas y polvo que no nos dejaban ver antes; por primera vez podemos estudiar estrellas como nuestro sol que se están formando y que van a formar planetas a su alrededor al lado de estrellas masivas que seguramente están afectando esos discos proto - planetarios. Así así fue que llegamos a eso, como es la primera vez que vamos a poder ver el cual realmente es el efecto. Nosotros tenemos modelos y sabemos que es algo que probablemente pasa, pero no sabemos exactamente cómo ni qué es lo que pasa porque nos faltan observaciones para para probar los modelos”.
Con todo esto María Claudia se presentó a una convocatoria del consorcio de las agencias espaciales (NASA, ESA y CSA), abierta para todos los astrónomos del mundo, con la idea de investigar cuál es el efecto de estrellas masivas sobre los discos proto - planetarios, y de todas las posibles propuestas presentadas, unas mil aproximadamente, un grupo de analistas decide cuáles son las más relevantes y posiblemente realizables.
En ese momento, mientras estaba en licencia de maternidad, con una pequeña de un mes de nacida, recibió la noticia:
“Fue por email realmente, yo estaba estaba acá en la casa en licencia de maternidad, y de pronto miré mi celular y tenía 50 mensajes 50 emails que eran mis colaboradores diciendo: ¡felicitaciones!, ¡felicitaciones!, ¡felicitaciones!, de la gente del equipo y así fue que que me enteré, estábamos acá con mis papás que estaban visitándonos porque la niña acababa de nacer, entonces sí fue como una sorpresa, digamos que uno nunca nunca se espera este tipo de cosas, porque las probabilidades de que aceptaran la propuesta eran bajas digamos, porque es muy competitivo, entonces sí fue bastante sorpresivo, pero pues fue muy chévere”.
A esta científica colombiana que busca comprender el comportamiento de las estrellas le espera un largo proceso para poder tener resultados concretos de su investigación. Esa será su siguiente meta, o sueño, el cual puede tardar entre 5 y 10 años. Eso sí, espera tener las ‘primeras luces’ durante este primer año de investigación.
El futuro de María Claudia
Se le ha pasado por la cabeza la idea de ser astronauta, pero espera que, además del proyecto con la NASA, pueda continuar con sus estudios y lograr el financiamiento para crear su propio grupo de investigación, pero su sueño más grande, que según ella es el de todo científico, es lograr establecerse permanentemente en la academia, siendo profesora o cómo investigadora.
“En mi caso, a mí me gusta mucho hacer investigación, para ser astrónomo de soporte se puede hacer investigación, pero la mayoría del tiempo uno está en la montaña. Entonces, digamos que no sería mi prioridad y pues otra opción siempre para un astrónomo es salir a la industria a trabajar más por el desarrollo del país. Eso también me llamaría mucho la atención, no necesariamente trabajar en ciencias puras, pero hacer ciencia de datos o trabajar en proyectos de educación para Colombia”.
Aquí la astrofísica se sincera. Su intención es trabajar para el país, pero no en la política, pero, considera que para generar grandes cambios en la sociedad, las decisiones se toman desde este ámbito, por eso anhela que haya mucho más apoyo para los científicos colombianos, no solo económicamente, sino en todo el proceso que conlleva formar a estos profesionales.
Por esto, le deja un mensaje claro al gobierno entrante de Gustavo Petro:
“Primero presupuesto para las ciencias, eso es muy importante y segundo que las personas que contratan para estar a cargo tengan tengan idea sobre las ciencias, que sean cargos por méritos”.
No solamente María Claudia salió favorecida con esta aprobación para la investigación, hay otra colombiana, Sofía Rojas, que también realizará otro proyecto con el James Webb, enfocado a las galaxias lejanas; pero, aunque no son amigas, de hecho ni siquiera trabajan juntas, ambas son investigadoras del Max Planck. Cómo colegas se enteraron del logro de cada una y allí empezaron a conversar, esto demuestra el talento que tienen los jóvenes y científicos colombianos, no solo en la física y la astronomía, en todas las ciencias en general.
El mensaje para los jóvenes
Sin duda alguna es un hecho que María Claudia ya tiene un puesto entre los científicos y académicos más importantes del país, a pesar de que en Colombia no se le da mucho espacio u oportunidad a la astronomía. Precisamente esa puede ser la clave del éxito, siempre estar buscando conocimiento, haciéndose preguntas y seguir intentando cumplir sus sueños, más allá del cansancio.
Tarde o temprano alguien le brindará la puerta a cualquier profesional, como deja de mensaje la astrofísica, con un solo sí comienzan a hacerse los sueños realidad:
“Pues yo siempre digo que nunca deberíamos dejar de hacernos preguntas, y tratar de resolver nuestras preguntas, esto es sobre todo para los pequeños, que sigan haciendo preguntas y sigan estando curiosos de lo que pasa alrededor. Tal vez para los más grandes, que ya están lidiando con aplicaciones, y esto me lo digo a mí misma también, es muy difícil de aplicar, cuando uno está buscando trabajo; hay muchos no, muchísimos, pero uno necesita que le digan una vez sí. Si uno está haciendo lo que le gusta, uno es bueno en lo que está haciendo, eso que hay cierta gente que es talentosa cierta gente que no, no sé, si uno si uno hace lo que le gusta, uno es bueno en lo que le gusta y uno le mete ganas. Entonces, pues si eso es lo que quieren hacer, así le estén diciendo muchas veces, no, el sí tal vez vendrá”.
Esta es María Claudia Ramírez Tannus, la astrofísica que nos llevará a conocer nuestra historia en el universo, una de las tantas colombianas que están dejando huella en la humanidad.
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