Mauricio Lizcano, expresidente del Senado de la República en la legislatura 2016-2017 y actualmente uno de los miembros del equipo del empalme del presidente electo, Gustavo Petro, fue víctima de robo en el norte de la ciudad de Bogotá. De acuerdo con el funcionario, en los hechos que se desarrollaron en el parque de la 93 le hurtaron el computador donde almacenaba todos los documentos relacionados con el tema de seguridad del país.
Según la información que fue compartida por El Tiempo, Lizcano habría parqueado su carro en una zona que se supone tiene mucha seguridad, pero ladrones aprovecharon y rompieron uno de los vidrios de su auto y se llevaron el portátil.
“Le rompieron de manera muy silenciosa los vidrios a la camioneta y, aparte de la maleta con el computador, en el cual acababa de recibir el informe de seguridad del Ministerio de Defensa, hurtaron su pasaporte”, se lee en la denuncia hecha en el medio de comunicación nacional.
Por ahora el funcionario no ha hecho pública la denuncia en sus redes sociales, ni se ha manifestado por los hechos. Lo único que ha mostrado es como se ha llevado el proceso de empalme que ya pronto acaba, pues el gobierno de izquierda se posesiona el próximo 7 de agosto.
Recordemos que el político hizo parte del Congreso de Colombia durante 12 años y fue elegido por primera vez en 2006, mientras su padre, el también excongresista Óscar Tulio Lizcano, seguía secuestrado a manos de la extinta guerrilla de las FARC. Ambos se mantuvieron lejos del ojo público después de 2018.
Uno de los motivos para alejarse de la vida pública podría ser la extensa dedicación de Mauricio Lizcano a sus estudios de posgrado en el exterior, que concluyeron en 2021. La otra razón tendría que ver con las investigaciones que se acumularon en contra suya, que empezaron a minar su credibilidad como político. Una vez se venció su credencial de senador y la Corte Suprema de Justicia perdió competencia, algunas de esas pesquisas pasaron a manos de la Fiscalía General de la Nación.
Uno de ellos fue una mención del exfiscal anticorrupción Gustavo Moreno mientras rendía indagatoria. Eso bastó para que fuera investigado en el marco del escándalo del cartel de la toga —una serie de casos en los que se ofreció dinero a funcionarios de la Rama Judicial a cambio de fallos favorecedores—. Finalmente, la Fiscalía archivó su caso en 2021 al considerar que no había más pruebas para vincularlo a este caso.
Mauricio Lizcano también fue investigado por parapolítica: presuntamente había recibido dinero del Bloque Cacique Pipinta de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para financiar su campaña a la Cámara en 2006. El argumento era que había establecido un enlace con el paramilitarismo mientras dialogaba para conseguir la libertad de su padre, quien finalmente se fugó de las FARC en 2008. La Corte Suprema de Justicia archivó el caso en 2021.
“Corte Suprema de Justicia después de 15 años de investigación preliminar por Parapolitica (+75 de testimonios) cierra proceso a mi favor con decisión de forma y de fondo. En 132 páginas queda claro que todas mis campañas fueron limpias! Tarde pero se hizo justicia”, escribió Lizcano en su cuenta de Twitter.
Otra investigación tuvo que ver con la compra de unos predios —Sausaguá, Guamerú y Lote Sausaguá— rematados en Quinchía, en el departamento de Risaralda, ocurrida en 2012. La intención de él y su padre era construir una estación de gasolina en este punto, pero había un obstáculo que un colombiano promedio no podía superar.
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