Hija mayor de Gustavo Petro cuenta su historia como migrante en Francia: “Tuve que esconderme durante un año”

Andrea Petro expuso que en Colombia fue tachada de “guerrillera y comunista” y cuando llegó al exterior afrontó la ilegalidad cuando expiraron sus documentos como estudiante

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La hija mayor de Gustavo
La hija mayor de Gustavo Petro, Andrea Petro, cuenta su historia como migrante en Francia Foto: Vía Instagram @andreapetro91

El próximo 7 de agosto el presidente electo, Gustavo Petro, se posesionará como el próximo jefe de Estado (2022-2026) y desde la campaña exaltó su cercanía con su familia. Su hija mayor, Andrea Petro, lo apoyó desde Francia, donde reside desde los 19 años, y recientemente habló de la travesía que ha vivido como emigrante y los señalamientos que afrontó por ser hija del también exalcalde de Bogotá.

Antes de que Petro conociera a Verónica Alcocer —la próxima primera dama— el mandatario electo sostuvo otras relaciones sentimentales. Entre ellas, una con Luz Herrán Cárdenas, a quien conoció mientras militaban en la extinta guerrilla del M-19. Con ella tuvo a Andrés Gustavo y a Andrea, su hija mayor.

Andrea Petro le contó a Caracol Radio cómo ha sido su vida y los esfuerzos que ha realizado para conseguir las cosas por su cuenta. La primogénita vivió su infancia en Bélgica, pues en ese momento Petro ocupaba un cargo diplomático en ese país, y por eso ni siquiera conocía Colombia o hablaba español hasta que entró en su adolescencia.

Cuando llegó al país, estudió en el Liceo Francés de Bogotá y fue víctima de bullying. En entrevista con el medio radial, Andrea indicó que la tachaban de “comunista y guerrillera” e incluso, algunos padres prohibían a sus hijos acercársele. Aunque no fueron todos, pues algunas personas mostraban una especial simpatía al reconocer los esfuerzos académicos y políticos de su padre.

A medida que fue creciendo, Andrea siguió construyendo una vida en Europa y decidió marcharse a Francia, precisamente por la influencia del liceo. Actualmente, reside en el país europeo junto con sus dos hijas —las únicas nietas de Petro—. A pesar de que planea seguir en el exterior, la hija mayor tendrá un rol fundamental en las relaciones exteriores del próximo gobierno.

Según Caracol Radio, Andrea Petro se desempeñará en una diplomacia paralela a la que ocupa el Ministerio de Relaciones Exteriores y lo que disponga el canciller designado, Álvaro Leyva. En la entrevista, la mujer de 31 años manifestó su interés en ayudar a los migrantes colombianos en situación de irregularidad, pues vivió una historia similar.

Su trabajo no corresponde a un puesto oficial, debido a que, por ley, no puede estar vinculada en un cargo definido con remuneración económica.

“Yo quiero viajar a Madrid, a Barcelona, donde están las comunidades colombianas más importantes, y escuchar a la gente —explicó la primogénita a la Agencia Efe—. Guiarlos e informarlos de lo mejor que yo pueda porque tengo mi experiencia como migrante, que no fue nada fácil”.

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Andrea Petro y su travesía como emigrante

Su preocupación por los migrantes tiene que ver con su historia. Andrea llegó a Francia en 2012 como estudiante y realizó su carrera profesional en una universidad pública. “Me pagué mis estudios, tenía la necesidad de ser independiente”, dijo en Caracol Radio. Si bien Gustavo Petro siempre apoyó a su hija, hasta en lo económico, ella prefirió hacer las cosas sola. “Todos mis estudios los pagué trabajando en un bar y en McDonald’s; tenía que sacar mi situación adelante”, agregó.

Andrea tenía papeles de estudiante y cuando terminó la maestría, “no logré pasarlos a documentos de residente a tiempo, por lo que terminé viviendo como ilegal un periodo”. En ese momento estaba embarazada y para evitar ser expulsada de Francia, pagó con sus ahorros un abogado; sin embargo, la estafaron y no logró la residencia.

Su esposo —actualmente ex— solo ganaba el salario mínimo legal y ella no podía laborar, por lo que acudió a su padre por ayuda; sin embargo, la economía de Petro en Colombia no era la mejor. Esa fue la misma época en la que el político tenía las cuentas embargadas por presuntas irregularidades en la Alcaldía de Bogotá, por lo que fue destituido.

“Tuve que esconderme durante un año, por miedo a que me parara la policía y me echaran”, confesó Andrea a Caracol Radio. Aun así, no se rindió. Volver a Colombia significaría esperar cinco años para volver a Francia y, además, empezó a tener complicaciones con su embarazo. Su parto fue un episodio traumático, tanto que los médicos estuvieron a punto de extirparle el útero.

Su situación económica llegó a preocupar tanto que la actual esposa de Petro, Verónica Alcocer, vendió algunas de sus joyas para ayudarla y le entregó “una maleta llena de teteros y pañales”, según relató al medio citado. Tiempo después, Andrea solucionó su situación como migrante y ahora planea ayudar a aquellos colombianos para evitar que vivan lo que ella pasó.

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