A finales del mes pasado, la Unidad de Cuidado Animal del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), que funciona adscrita a la Secretaría de Ambiente, reportó que se estaban comenzando a detectar casos de una infección de carácter altamente contagioso en la población canina de la capital del país.
El Distemper o moquillo ha empezado a propagarse en con rápidez desde entonces y tiene consecuencias severas para los perros que se contagian. Básicamente, se trata de un virus que se transmite a través de secreciones, aerosoles, gotículas de saliva, orina o heces. La respuesta al mismo depende de las condiciones específicas de cada perro, independientemente de si ha completado o no su esquema de vacunas.
El virus puede afectar casi que inmediatamente no solo a otros perros sino a otras especies silvestres, y esto se da con mayor agresividad si el virus está en un ambiente donde hay una gran población de perros, como albergues o escuelas de entrenamiento.
Hasta el momento, las variantes del virus que se han detectado en Colombia han demostrado una alta potencialidad para causar enfermedades de corte neurológico y digestivo. Cuando el perro contrae el virus y entra en la fase de afección neurológica es poco probable que se recupere. Inmediatamente debe ser internado en una Unidad de Cuidados Intensivos y estar aislado de otros perros.
Si supera esta etapa, aún así quedará con afectaciones en sus músculos faciales y lesiones en dientes o en la nariz. Podrá presentar también dificultades motoras o cognitivas, así como problemas para comer o beber. Además, el perro excretará el virus a través de la orina durante un tiempo y esto hará que se siga propagando a otros huespedes.
Similar a como ha venido sucediendo con el Covid-19 en los humanos, el Distemper actúa en los perros con intensa agresividad. Por esta razón, Protección Animal adelante trabajos con diferentes actores y entidades para evaluar la situación fuera de la capital y hace un llamado para que se mantengan las medidas de cuidado necesarias en el pico que está teniendo esta enfermedad, partiendo del hecho de que deben actualizarse cuanto antes las vacunas de los perros, tanto adultos como cachorros.
Las autoridades sanitarias que se especializan en temas animales intentan determinar si este brote corresponde a una nueva cepa del virus, pues, si bien se han logrado reducir los casos positivos en los animales, aún no se ha podido detener el contagio, que con el correr de los días toma la dimensión de masivo.
En estos momentos, la población canina a la que se le presta prioridad es la que corresponde a perros de la calle, con el fin de reducir algo que pueda llegar a tornarse incontrolable por no haber atendido a tiempo.
El diario El Tiempo, señala que para todo el equipo del IDPYBA ha sido preocupante la situación presentada por el aumento de casos en la ciudad, que llevó a un contagio en un número importante de perros de laUnidad de Cuidado Animal. “Hemos sufrido en carne propia la angustia y el duelo por cada uno de ellos”, dijo Adriana Estrada, directora general del IDPYBA.
La funcionaria agregó que “la eutanasia humanitaria es la última instancia a la que con mucho dolor hemos tenido que recurrir, cumpliendo con protocolos internacionales para el control de la enfermedad, y para evitar el sufrimiento al que se exponen los animales contagiados”.
Protección Animal recomienda comunicarse de inmediato a la línea 123, para atención de Urgencias Veterinarias, en caso de que se detecte algún síntoma en los animales de compañía. “Si hay presencia de signos como secreciones nasales, oculares acuosos o con pus, diarrea, fiebre, decaimiento, pérdida de equilibrio, movilidad, deficiencias en músculos, movimientos involuntarios (tic), se debe consultar de inmediato al médico veterinario y evitar el contacto con otros perros”.
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