De acuerdo con el Informe de Calidad de Vida 2021 de la entidad Medellín Cómo Vamos (MCV), la calidad de vida de los habitantes de la capital antioqueña ha ido desmejorando. La conclusión se dio luego de un análisis de diversos indicadores objetivos, entre ellos atención a primera infancia y a adultos mayores, nivel de pobreza, empleabilidad para mujeres y jóvenes y percepción de inseguridad.
Una de las conclusiones que crea preocupación es que los niveles de pobreza se agudizaron tras la pandemia que produjo el covid-19. Este hallazgo crea nuevo retos para la capital antioqueña debido a que esto comienza a afectar otros factores relevantes como lo relacionado con los derechos de infancia y adolescencia.
“Después de la pandemia se registraron los niveles más altos de pobreza de la última década. Si bien Medellín no es la ciudad de Colombia que más pobreza tiene, sí es la que menos la ha reducido después de la pandemia. Eso nos lleva a una realidad social compleja”, explicó el director de Medellín Cómo Vamos, Luis Fernando Agudelo Henao a el medio regional El Colombiano.
Partiendo de los niveles de pobreza que se encuentran en 27,6 % y extrema pobreza en 5,1 %, un factor que comienza a crear alertas a las instituciones es la desnutrición crónica que pasó de 7,4 % a 7,8 %, un crecimiento relativamente pequeño pero que si se mira al detalle con el historial se convierte en la cifra más alta desde el 2014. Además, sumado al porcentaje de niños y niñas que padecen de esta enfermedad, se pudo concluir que uno de cada cuatro niños, está en riesgo de sufrirla.
“Este es un proceso que no veíamos hace tiempo. Aunque en parte tiene que ver con la pandemia, no podemos perderlo de vista porque es el primer paso para la generación de ciclos de pobreza”, puntualizó Agudelo y agregó que esto no solo se ve en la primera infancia, sino que otros perjudicados por la falta de alimentación adecuada han sido los adultos mayores: “La ciudad ha tenido un abandono de los adultos mayores, programas como los Centros Vida Gerontológicos en 2021 se cerraron o funcionaron a media marcha. Pasamos de tener 2.600 adultos mayores que se les hacía una atención integral entre 150 y 200 días al año, a adultos mayores con dos entregas de alimentos al año”.
Otros factores que muestra el análisis, que deben comenzar a tratarse son: el empleo informal que registró un promedio de 64 %, es decir, mucho más alto que la formalidad, además de que contribuyo una vez más al crecimiento de las brechas de género (la tasa de desempleo de una mujer joven y un hombre joven fue de seis puntos porcentuales); el bajo logro educativo que se registró en 35,8 % y el atraso escolar que subió a 23,2 %.
Por otro lado, en el documento quedó registrado que la percepción de inseguridad en la capital se ha ido deteriorando, pues pese a que los homicidios han disminuido las formas de violencia ejercida por bandas y grupos armados de la zona han cambiado y han creado mayor temor a los habitantes de Medellín.
“La disminución del homicidio muestra los cambios en la forma de extraer rentas criminales de las organizaciones delincuenciales, que han consolidado fenómenos como la extorsión o el desplazamiento dentro de la ciudad (aumentaron los casos en un 15 % entre 2020 y 2021)”, se leen en el informe de Medellín Cómo Vamos.
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