El pasado 7 de julio, Darío Acevedo anunció su renuncia como director del Centro Nacional de Memoria Histórica —CNMH— ante Iván Duque, y en ese sentido, pidió que se efectuara desde el próximo seis de agosto, un día antes de la posesión de Gustavo Petro como presidente y de todos los cambios institucionales. Sin embargo, se conoció que el saliente funcionario acudió a una ‘jugadita’ que podría traerle consecuencias a la entidad en los primeros meses del próximo gobierno.
Según conoció Colombia+20 de El Espectador, al mismo tiempo que él le enviaba la renuncia al actual mandatario, le solicitó a todos los funcionarios y directivas de Centro Memoria su renuncia para que fuera aceptada en el gobierno Petro; empero, todo cambió el pasado viernes 22 de julio, cuando a todos les llegó la notificación de que ya fueron aceptadas.
A través de una carta enviada por el mismo Acevedo a Jaime Andrés Úsuga, jefe de la oficina de Asesoría Jurídica de la entidad —y que conoció el medio citado—, se lee que, si bien es importante dejar a disposición del gobierno entrante los cambios necesarios con respecto a los cambios de libre remoción y nombramiento, dio a conocer que aceptó la renuncia de los trabajadores y que se haría efectiva a partir del lunes, 25 de julio.
Incluso, algunos de los funcionarios más relevantes de la institución fueron notificados con la renuncia, entre ellos el director técnico de construcción de memoria, Alberto Moreno; Sayra Benítez, asesora para pedagogía, y Jorge Eliécer Lozano, encargado del Observatorio de Memoria y Conflicto, entre otros.
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Vale mencionar que las nuevas directivas —incluyendo el propio director o directora designado— no se posesionarán inmediatamente el 8 de agosto, sino que sus nombramientos tomarán tiempo. Un ejemplo de ello fue la designación de Acevedo dentro del CNMH y su ejercicio en el cargo, que no se dio sino hasta febrero de 2019, seis meses después de la posesión de Duque como presidente.
De hecho, uno de los funcionarios consultados por Colombia+20 señaló que tanto asesores como directores tenían la disposición de dejar sus cargos con el nuevo gobierno si este así lo aceptaba. Ahora, la determinación de Acevedo Carmona implica “un vacío administrativo” y bajo ese escenario, no habrá directivos que le entreguen la entidad al gobierno entrante.
Desde su llegada, el director de Centro Memoria estuvo envuelto en varias polémicas respecto a su gestión, lo cual acarreó un llamamiento por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz para responder por las modificaciones que le habría hecho al guion del Museo de Memoria y a la muestra ‘Voces para Transformar a Colombia’. En ambas se habría revictimizado a la fuerza pública, soslayando el hecho de que sus instituciones también fueron agentes involucrados en el conflicto armado y, en ese orden, atentaron en diversas ocasiones contra civiles.
En la audiencia de medidas cautelares, Acevedo indicó en su intervención que, luego de su llegada a la entidad —incluso antes de posesionarse —, sufrió “una campaña de desprestigio muy intensa” pero que, pese a eso, culminó dos procesos: el primero fue un informe sobre pueblos indígenas —que contó con el pedido expreso de la lideresa indígena Aida Quilcue—, y el segundo fue una muestra artística sobre la masacre de Bojayá.
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