De acuerdo con reportes recientes registrados por el Sistema Integrado de Información, una nueva banda de estafadores ha surgido en Bogotá, así como una nueva modalidad.
Los delincuentes, que aún no han sido correctamente identificados, han venido operando desde hace varios meses a través de páginas web de damas de compañía o “prepagos”. Sitios en los que los usuarios deben suministrar su número de celular para acceder a los servicios, que no es otra cosa distinta a entrar en contacto con la mujer elegida.
Estas páginas web funcionan basadas en el libre albedrío tanto de anunciantes como de visitantes. Se trata, básicamente, de un catálogo de servicios en el que una persona hace público un anuncio, con el fin de atraer clientes, y quien está interesado, o interesada, está dispuesto a dejar su nombre y teléfono registrados.
Pues bien, los delincuentes se apoyan en esta información para estafar a los usuarios que, por alguna razón, no terminan de completar el servicio. Es decir, una vez contactan a la acompañante, se deben pactar la hora y el lugar para el encuentro, así como la tarifa de servicio. Si la conversación no llega a buen término, el usuario es libre de parar la comunicación sin ningún tipo de penalidad u obligación. Cabe aclarar que en estos sitios web, la legalidad que opera apenas si está presente.
Entre los términos y condiciones que se suelen aceptar se estipula que al acceder a estos sitios y utilizar sus servicios, “el usuario acepta el compromiso de estar informado de los eventuales cambios en estos”. Los anuncios publicados aparecen “por iniciativa propia del Anunciante bajo su entera responsabilidad. La publicación de dichos anuncios no está sujeta a ningún tipo de verificación previa”.
Estos portales de servicios sexuales no se hacen responsables de “la veracidad, legalidad, respeto al derecho de propiedad y eventual descontento con el orden público o moral de los contenidos en línea introducidos por el usuario bajo ninguna condición”.
Al ofrecer servicios de publicación y consulta de anuncios de manera gratuita, estos sitios no se prestan como mediadiores “entre el usuario navegador, el usuario que publica los contenidos y el usuario que responde a los anuncios”.
Así pues, no existe ningún tipo de garantía o cobertura para quien ingresa en estos sitios. El usuario sabe en todo momento que lo hace bajo su responsabilidad y basados en todo esto, los estafadores actúan.
El modus operandi de los delincuentes es el siguiente:
Utilizan la información del usuario para contactarlo, en supuesta representación de una agencia de acompañantes denominada “Agencia escorts La Madame”. Le recuerdan que estuvo navegando en alguno de estos sitios y con su nombre y apellidos le informan que es necesario que cancele unos valores correspondientes a una cláusula por el servicio no tomado, tres aranceles y un monto coactivo. Le indican que si no realiza estos pagos, la acompañante contactada no podrá seguir prestando sus servicios en el sitio web, pues ha quedado bloquedo su usuario ante la no concreción del servicio con el usuario visitante.
Para que la acompañante pueda volver a trabajar, el usuario visitante debe cancelar unos montos específicos para “desbloquear” el usuario anunciante. Si la persona no hace esto, los estafadores, que simulan ser representantes de agencia, le informan que se tomarán las medidas legales necesarias y se hará un reporte en centrales de riesgo. Acto seguido, se procederá a instaurar una multa correspondiente a 20 salarios mínimos legales vigentes.
Haciendo uso de la información de los usuarios y controlando en todo momento la situación, los estafadores aumentan de a poco el pago de los ítems ya mencionados y cuando la persona ya ha pagado altas sumas de dinero, le exigen la cancelación de un nuevo y más alto valor. Siempre recordándole, o haciéndole creer, que todo el dinero le será devuelto en menos de cinco minutos una vez culmine la operación.
Si bien las autoridades no han dado con ellos, los estafadores operan bajo los nombres de CAMILO ZAPATA y ANDRÉS GUZMÁN, apoyados en los anuncios de una mujer que se identifica como VALENTINA y se ubica al norte de la capital del país. Entre los tres, se encargan de timar a las personas que, por lo general, son hombres entre los 30 y los 40 años de edad.
Cabe aclarar que, usualmente, las anunciantes de estas páginas web utilizan imágenes alteradas de otras personas, fotografías de modelos en Instagram, o creadoras de contenido.
De acuerdo con la información suministrada por uno de los usuarios que fue víctima de estos delincuentes, y ha preferido mantener su nombre oculto, el dinero que le quitaron con esta modalidad ascendió de los dos millones de pesos a los cuatro en menos de dos horas. Los estafadores le pidieron cancelar una cláusula de 330.000 pesos, un primer arancel de 620.000, un segundo de 950.000 y un tercero de 1.900.000. A esa altura, le dijeron que hacía falta un monto coactivo de 4.000.000.
Le dijeron que le devolverían todo el dinero. Si no procedía con los pagos totales e inmediatos, no garantizaban su seguridad crediticia y procederían con los procesos “legales” del caso.
Una vez la persona fue consciente de lo sucedido les dijo que no tenía más dinero, que no pagaría más, y que le devolvieran lo ya cancelado. Acto seguido, los estafadores proceden a activar una red de números de teléfono que contactan al usuario vía WhatsApp y empiezan a amenazarlo con hacerlo todo público. Esta red corresponde a anunciantes de estos sitios web, entre ellas VALENTINA.
El usuario hizo uso de una figura jurídica para proceder ante el caso y los estafadores, al entrar en contacto con el abogado, deciden detener el proceso y proceder con la devolución del dinero, cosa que nunca se da. El abogado se comunica con ellos, pero ya no responden ni por llamada teléfonica ni por mensaje.
La persona afectada perdió cerca de cuatro millones de pesos y aún se encuentra en proceso de denuncia para intentar obtener de regreso su dinero y dejar en claro que los estafadores, además de robarlo, también lo han estado suplantando en entidades bancarias.
Manteniendo su nombre en reserva, esta persona ha accedido a compartir la información que le suministraron los delincuentes a través de WhatsApp, así como las fotografías y números de teléfono con los que operan los estafadores. Aquí los exponemos:
NÚMERO DE TELÉFONO DE ANDRÉS GUZMÁN: +57 319 5273743
NÚMERO DE TELÉFONO DE CAMILO ZAPATA: +57 313 2634822
NÚMERO DE TELÉFONO DE VALENTINA: +57 320 2761539
Cuentas bancarias utilizadas por los estafadores, así como números de Nequi y nombres enlazados:
ELSA DÍAZ CUEVAS (Usuario Nequi: 3014314872)
LAURA ALEJANDRA VÁSQUEZ (Cuenta de Ahorros - Bancolombia: 03014594776)
SIN IDENTIFICAR (Usuario Nequi: 3112299818)
Es probable que para estas alturas los estafadores ya hayan cambiado números de teléfono, así como sus identidades, pero basados en la información suministrada por el denunciante, en Infobae Colombia hacemos público el caso para que las autoridades puedan actuar al respecto y la ciudadanía tome las prevensiones necesarias.
Números de teléfono para denuncias de este tipo, como estafas o suplantaciones, en el Centro de contacto de la Fiscalía General de la Nación: 60 (1) 5702000 (#7) en Bogotá, 018000919748 o línea celular 122 para el resto del país.
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