En las últimas horas, las autoridades Antinarcóticos hicieron una importante incautación en la ciudad de Bogotá, gracias al trabajo de Black, un perro de raza labrador de cinco años y entrenado para detectar cargamento ilegal. El canino fue el responsable de que una tonelada de cocaína no llegara a destino y los delincuentes perdieran una millonaria venta.
Black, según comunicaron las autoridades, es un perro que hace parte del equipo de trabajo de la Policía Aeroportuaria y que, esta semana, alertó a sus compañeros de labores sobre la presencia de la droga en un lugar cercano. Se trataba de un parqueadero ubicado en la localidad de Fontibón y en cercanías al aeropuerto El Dorado.
Hasta allí llegaron las autoridades luego de que recibieran una llamada de denuncia a la Línea 167 en la que les señalaron que dos vehículos de carga, provenientes del Valle del Cauca, estaban cargadas con droga y se dirigían con destino a Bogotá. Más exactamente a un sitio muy cercano a la terminal aérea, en donde aparentemente tratarían de sacarla del país.
En el sitio se estaban guardando dos volquetas que, al ser olfateadas por el can, identificó que tenían droga en su interior. Los uniformados se sorprendieron al analizar los vehículos y darse cuenta que la cantidad de cocaína allí almacenada no era poca cosa.
El entrenamiento de Black le permitió ubicar la droga que estaba escondida cerca de las llantas de los vehículos, esto lo supieron los uniformados porque, normalmente, cuando los caninos antinarcóticos encuentran cargamento ilegal se sientan cerca del sitio y no se mueven hasta que los uniformados revisen.
Lo que encendió las alertas de las autoridades es que en el lugar no había información sobre a quién pertenecían los vehículos, nadie se hacía responsable de las volquetas que se estaban guardando allí. Además, al revisarlas se dieron cuenta que no estaban cargadas, hecho que causó que Black apareciera en escena y determinara si, en verdad, los vehículos estaban vacíos.
El hallazgo fue de 1.000 kilos de clorhidrato de cocaína. Según las autoridades, todo estaba escondido en la parte que une la cabina con la carrocería; en primera medida, los uniformados intentaron encender el motor de arranque para poder buscar la droga, pero esto no funcionó.
El segundo intento fue más efectivo, pues con una pulidora cortaron la cubierta de acero que protege la volqueta, allí vieron un par de correas que al jalarlas encontraron, uno a uno, 1.100 paquetes de droga.
“Se valen de todos los métodos de ocultamiento fracasando en cada experimento, estamos adelante analizando, investigando y ejecutando acciones tendientes a reducir el tráfico, con esta incautación evitamos que más de tres millones de dosis llegaran a los mercados de consumo en el mundo”, señaló al respecto el coronel Julio Ernesto Triana Vergel, jefe de la oficina de Interdicción de la Dirección Antinarcóticos.
Cabe que resaltar que, normalmente, la labor de estos perros se desempeña en las terminales aéreas y allí se pasean por entre el equipaje que llega al aeropuerto y están entrenados para sentarse junto a la maleta en la que identifiquen algún producto ilegal.
Recientemente se conmemoró el Día Mundial del Perro y, con ocasión de esta celebración, desde la Policía Nacional destacaron la labor de los caninos que realizan estas labores y que, con su olfato, ayudan a la lucha del país en contra del narcotráfico. A inicios de este años, por ejemplo, Santana y Max, perros antinarcóticos que trabajan en el aeropuerto de Medellín también lograron frenar el envío de 44 kilos de cocaína de Colombia a España.
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