En el 2016 con la firma del acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las extintas Farc, surgió el Partido Comunes como resultado de las garantías de participación política. Además, se abrió la posibilidad de que algunos de sus miembros ocuparan curules en el senado por aproximadamente dos periodos. Uno de los miembros que tomó uno de los puesto en el Senado fue Julián Gallo, más conocido por su antiguo nombre de guerra ‘Carlos Antonio Lozada’.
Gallo fue uno de los interlocutores que ayer le replicó como oposición al presidente Iván Duque y le señaló que en su periodo administrativo el acuerdo no funcionó: “Usted fue inferior a esa misión histórica que tenía. Su política pública de ‘Paz con Legalidad’ no fue más que un engaño”.
Sin embargo, la historia política del actual senador tiene relación con su vida familiar, pues el padre de Julián Gallo fue militante del Partido Comunista, por lo que este se vinculó desde los 15 años; y a los 17 decidió ser parte de las Farc tras ser agredido por la fuerza pública.
“En mi casa se hablaba de política, de izquierda, de socialismo, de la Unión Soviética, de Cuba. En esas conversaciones, y las reuniones de los amigos de mi papá, me vinculé desde los 15 años al Partido Comunista. Empecé militando en mi casa, donde se reunía una célula del partido”, narró a El Espectador.
Así fue como Gallo militó en las filas de las FARC-EP por 39 años. Pese a que el hoy representante de los Comunes es de Bogotá comenzó su labor guerrillera en Cali liderado por Pablo Catatumbo; posteriormente pasó por el frente 6 y el frente 8. Hasta que su habilidad comunicativa le permitió ser parte de la dirección del trabajo urbano donde duro 19 años.
En el 2000 hizo parte de la primera comisión de paz que se desarrolló en el Caguán; tras el fallido intento pasó a integrar el Secretariado de las FARC-EP desde 2010 y pasó a ser el jefe de la Red Urbana Antonio Nariño.
“Durante esos años de clandestinidad viví en Cali, Medellín, Bogotá, Bucaramanga o Barranquilla, pero sobre todo viví en Cali y Bogotá. En la medida en que me asignaban tareas fui aprendiendo de vivir en la clandestinidad. A construir otra identidad. A manejar una doble vida”, dijo hace un tiempo al medio colombiano.
Tras años ocultándose cuando se consolido el diálogo con el gobierno de Juan Manuel Santos, en el 2015 en la mesa de diálogos de la Habana, en uno de los negociadores plenipotenciarios que le dio celeridad a las conversaciones. Durante los últimos cuatro años ha ejercido como senador y ha mantenido su compromiso con los acuerdos de paz.
Incluso, aún hace parte de las audiencias que se llevan acabo por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- y participó otro mecanismos del acuerdo de paz. El pasado 22 de junio se presentó ante la Sala de Reconocimiento de la Verdad la audiencia de reconocimiento de responsabilidad en casos relacionados con secuestro.
“Nosotros venimos a asumir la crueldad que involucró este crimen, porque fue hacer rehenes a todas las familias, generar todo ese dolor y la incertidumbre de si la persona iba a volver viva, y la incertidumbre de quien estaba en cautiverio de cómo estaría su familia ... Esta práctica fue incontrolable en muchas regiones”, estableció Pastor Alape al inicio de la audiencia.
Sin embargo, una de las acotaciones más importantes que se hicieron el día de hoy ante la JEP fue el reconocimiento de Milton de Jesús Toncel, conocido bajo el pseudónimo de ‘Joaquín Gómez’, quien reconoció que en muchas ocasiones, la guerrilla de las Farc seguía cobrando las extorsiones a las familias de los secuestrados, incluso cuando estos ya habían muerto en medio del cautiverio.
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