En la audiencia de reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) a 12 uniformados del Batallón La Popa, con sede en Valledupar, Cesar, para reconocer su responsabilidad ante las víctimas y la justicia por casos relacionados con ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos ocurridos entre 2002 y 2005.
Varios testimonios han estremecido al país por la manera en que se violaban cruelmente los derechos humanos, uno de ellos es el del cabo tercero Elkin Rojas, quién indicó que no solamente engañaban a las víctimas, sino que en muchos casos los torturaron psicológicamente.
El uniformado que perteneció al Batallón de la Popa mencionó que uno de los métodos de intimidar a sus víctimas, campesinos e indígenas en su mayoría, era señalándoles que sí no accedían a lo solicitado desaparecerían sus cuerpos.
“Yo me aproveché y lo torturé psicológicamente, le dije: ya que usted es consciente que se va a morir, le voy a proponer un negocio, póngase un camuflado y yo le prometo que su cuerpo sin vida se le va a entregar a su familiar, si no lo hace de todas formas usted se va a morir, pero no se le garantiza que su cuerpo sea entregado a su familia”, indicó el cabo al Tribunal de Paz.
Otra de las cosas que señaló rojas ante la JEP, fue que en muchas ocasiones se llevaron a las víctimas bajo engaños de supuestos trabajos o por no cargar documentos, “no sabían que iban directamente a la muerte”. También confirmó que eran felicitados con dinero y cajas de arroz chino por sus superiores por haber cumplido con los cifras de ‘bajas’.
Otra de las personas que confirmaron este hecho fue el soldado Gómez Coronel, quien indicó que no solamente tuvieron alianzas con paramilitares sino que en algunos casos a los subversivos heridos en combate no les prestaron atención médica ‘violando el derecho a la vida’.
“El comandante del batallón La Popa, en el rancho de tropa, me dio 100 mil pesos y también les compró un arroz chino a todo el grupo especial. No nos merecíamos eso porque violamos los derechos de las personas”, reveló Gómez Coronel. También le dijo a las víctimas que, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, no merecía su perdón.
El soldado señaló que el Batallón cumplía las funciones de: “un grupo que se convirtió en una organización criminal dentro del Ejército Nacional encargada de cometer crímenes de lesa humanidad, asesinato y desaparición forzada de personas que en su mayoría no hacían parte del conflicto armado”, dijo Gómez Coronel al Tribunal de Paz.
Por su parte el mayor retirado del Ejército Guillermo Gutiérrez Riveros, quien fue jefe de operaciones del Batallón La Popa comentó “En el teatro de operaciones se hacían cosas totalmente distintas a las que figuraban en los papeles de las operaciones. A todos estos asesinatos obviamente se les daba la cara de legalidad”.
Al igual que los dos anteriores uniformados, el mayor retirado señaló que fue un daño irreparable lo que le hicieron a esas familias y al conflicto colombiano con el actuar criminal del Batallón.
“Acepto mi responsabilidad por esas muertes, en ese entonces, como jefe de operaciones y bajo las instrucciones de (los coroneles) Hernán Mejía y Juan Carlos Figueroa. Reconozco mi responsabilidad. Yo di nombres de personas que luego se convirtieron en ‘falsos positivos ... . El dolor causado a todas estas familias no tiene perdón”.
SEGUIR LEYENDO: