Víctimas de ‘falsos positivos’ en La Popa critican la política de seguridad del gobierno Uribe

Entre 2002 y 2005 integrantes del Batallón de Artillería N° 2 cometieron varias ejecuciones extrajudiciales. Víctimas se preguntaron ante la JEP “¿quiénes dieron la orden?” de cometer dichos crímenes

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Este lunes 18 de julio
Este lunes 18 de julio se lleva a cabo una audiencia de reconocimiento de 'falsos positivos' cometidos por integrantes del Batallón La Popa, en Valledupar, entre 2002 y 2005. FOTO: JEP (vía Twitter @JEP_Colombia)

Víctimas como Osmaira Nieves Oñate estuvieron presentes en la audiencia de reconocimiento de exmilitares ante la JEP por ‘falsos positivos’ cometidos mientras eran integrantes del Batallón La Popa, en Valledupar, entre 2002 y 2005. Luego de escuchar crueles testimonios por boca de antiguos militares como Yeris Andrés Gómez Coronel, el turno de hablar fue para los familiares de aquellos jóvenes asesinados para después ser presentados como bajas en combate.

“Estos pobres humildes tenían familia que los esperaban en su casa para el sustento diario y más aún en mi familia que éramos desplazados (...) Nos apoyaban organizaciones como la Cruz Roja, la Defensa Civil para darnos de comer, y ustedes que estaban al cuidado del civil también nos apoyaron, para después arrancarles la vida a aquellos jóvenes llenos de sueños”, manifestó la mujer indígena con sus ojos fijos sobre los comparecientes y la magistratura.

Durante su intervención, la integrante del pueblo wiwa sostuvo un viejo periódico en la mano; una de las notas allí consignadas estaba encerrada con marcador morado: hacía referencia a la desaparición de su hermano. Mientras lo sostuvo, narró el drama vivido por ella y su familia desde el rapto del joven que fue ejecutado extrajudicialmente.

“Un 27 de febrero mi hermano se dirigía con mi abuelo a un corregimiento llamado La Sierrita; iba en compañía de varias personas en un carro. Hombres armados los bajaron y se lo llevaron con rumbo desconocido. Hace 18 años yo ando con este periódico buscando quién fue el asesino de mi hermano”, relató Nieves Oñate ante la Sala de Reconocimiento. Asimismo, indicó que su comunidad fue objeto de estigmatización y persecución entre 2002 y 2005.

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Este lunes 18 de julio
Este lunes 18 de julio se llevó a cabo la audiencia de reconocimiento por 'falsos positivos' ante la JEP en Valledupar. FOTO: Vía YouTube (JEP)

Un día después de su desaparición, el entonces presidente Álvaro Uribe llegó a Valledupar para realizar un consejo de seguridad. “¿Qué seguridad era esa que estaba prestando?, ¿presentarle a un joven de 17 años como dado de baja en combate? Le truncaron sus sueños, él soñaba con ser un gran abogado” continuó la indígena wiwa, criticando la política de seguridad de aquel gobierno.

De paso, fue tajante al pedir justicia y conocer la verdad sobre el paradero de los restos de su hermano: “que todo el pueblo y el país se den cuenta de qué clase de gobierno teníamos, cuál era la misión, la visión y la función que ese Estado tenía para proteger al civil y más aún, a nosotros como pueblo indígena que estábamos protegidos con medidas cautelares”.

Le pidió explicaciones a José de Jesús Rueda —otro de los exmilitares comparecientes en la audiencia— sobre las órdenes que él dio para cometer algunos crímenes contra civiles mientras estaba en el batallón. De paso, lo cuestionó: “¿Qué hubiera hecho usted si en ese momento, cuando le entregan a los jóvenes para asesinarlos, hubiera encontrado a su papá o a su hermano?; A Yaris, ¿qué hubiera hecho usted si al momento de recibir a esos jóvenes fuera su papá o su hermano? No les hubiera quitado la vida, pero como eran unos pobres sin doliente, atentaron contra sus vidas”.

Elizabeth Coronado, familiar de Carlos Mario Coronado, también rindió su testimonio ante la Sala de Reconocimiento y empezó diciendo que la tragedia en su familia fue doble, pues tras conocer el asesinato de su hermano, su abuelo se suicidó.

Enterrando a mi hermano nos llega la noticia de mi abuelo y fue algo muy duro. Fueron dos entierros a la vez”. Acto seguido, alzó su voz por todas las víctimas para que no haya más repetición y haya reconciliación. Danelis Bolaños, hermana del indígena asesinado kankuamo Ever de Jesús Montero. Era el único hombre de su familia y antes de ser abordado y desaparecido por paramilitares, era jornalero de la región y “nunca estuvo ligado a un grupo armado”.

“Como personas nos han destruido —dijo entre lágrimas la víctima acreditada—, como familia, como pueblo y comunidad. Nos han estigmatizado simplemente por tener un apellido, por ser campesinos o indígenas. No es justo que, un Estado que está para proteger a la población civil, se haya prestado para exterminarnos”, expresó, repudiando la barbarie de los ‘falsos positivos’.

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