En medio de la tragedia y el dolor de muchas familias que resultaron damnificadas, ni siquiera los niños se han salvado de los estragos causados por la temporada invernal, en el municipio de Andes, al suroccidente del departamento de Antioquia, en la mañana de ayer, 14 de julio, un alud de tierra sepultó a 23 personas que se encontraban en la Institución educativa rural La Lejía, en su mayoría, menores de edad.
Según el reporte oficial, hasta el momento, entregado por las autoridades, 22 niños, en compañía de su maestra estaban en la hora de recreo, cuando fueron sorprendidos por la caída de material; por fortuna, 18 de los menores lograron huir y sobrevivir al suceso, que, finalmente, cobró la vida de tres de sus compañeritos.
La profesora de la escuela, ubicada en el corregimiento de Tapartó, narró la tragedia que vivió y de la que milagrosamente:
“Estábamos todos en el descanso, había unos niños en el salón, los que quedaron bajo los escombros. Los niños estaban de frente a la montaña y vieron primero que yo la avalancha, entonces empezaron a gritar. Yo vi eso y uno no sabe cómo reaccionar, uno cree que es una pesadilla, no cree que eso es real”, señaló la docente Eliana Rincón, en Blu Radio.
Cómo si se tratara de una cuestión por suerte, o azar, 3 niños no asistieron a clases el día de ayer, por lo que no tuvieron que vivir esta tragedia que tiene de luto al departamento antioqueño, además, según contó la profesora en la emisora radial, una de las madres de familia estaba en el colegio al momento del suceso, y ella alcanzó a ayudar a socorrer a algunos estudiantes, mientras ella trataba de salvar su vida:
“Empezamos a correr. Los niños iban adelante de mí, pero yo no alcancé a bajar, tuve que lanzarme de una barranca porque no tenía otra opción”.
El temor y el desespero se apoderaron de los niños y la profesora, que una vez logró ponerse a salvo en la carretera, auxilió a uno de los menores que quedaron atrapados en el alud, pero, precisamente allí empezó a notar las lesiones que alcanzó a sufrir mientras corría por su vida:
“Todos llorábamos y gritábamos eso era un desespero, pedíamos ambulancia. Afortunadamente hay una cafetería al lado de la escuela y los padres que estaban trabajando por ahí bajaron inmediatamente a auxiliarnos, a ver qué pasaba. Todos nos subimos a ver que niños había ahí y ya empecé a contarlos, a organizarlos por grupos para ver quienes estaban y cuales faltaban”.
La docente sigue en observación médica en un centro asistencial, mientras siguen las labores para retirar todo el lodo y los escombros de esta zona, en esas labores califican como milagro el rescate de una de las estudiantes, María Sofía Monroy, quién alcanzó a pedir auxilio por lo que el Cuerpo de Bomberos y soldados del Ejército Nacional lograron sacarla de la tierra con vida.
Uno de los rescatistas, que lamenta la pérdida de los tres menores, asegura que al menos alcanzaron a sacar a la pequeña María:
“Nos quedamos este milagro, a María, quien quedó bajo los escombros y en este momento se encuentra con su mamá. El Ejército está haciendo el acompañamiento a las familias que se enlutan por esta tragedia”.
Precisamente esa heroica labor por parte de la comunidad de la vereda El Porvenir, del corregimiento de Tapartó, fue destacada por el gobernador encargado de Antioquia, Juan Pablo López:
“La comunidad campesina de Tapartó, en Andes, es ejemplo de solidaridad, empatía y defensa de la vida. Ver a nuestra gente apoyar las labores de búsqueda y rescate fue muy conmovedor. Desde el primer momento, con picos y palas, y sin importar el riesgo, trabajaron”.
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