A 55 se elevó el número de muertos por incendio en cárcel de Tulúa

En las últimas horas, uno de los reclusos que permanecía internado en una UCI por cuenta de las graves heridas que le causó la emergencia falleció. 12 heridos todavía permanecen bajo pronóstico reservado

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Panorámica de la cárcel de
Panorámica de la cárcel de Tuluá (Valle del Cauca). Foto: Colprensa

En la noche del 27 de junio, en la cárcel de Tulúa, en el departamento del Valle del Cauca, una riña entre varios reclusos desencadenó un incendio en las instalaciones que, en primera medida dejó 51 muertos y varios heridos. Con el pasar de los días, la cifra de personas que fallecieron a causa de esta tragedia, en las últimas horas el número aumentó a 55.

La víctima mortal más reciente fue identificada como Johan Arenas Vallejo, un recluso de 20 años de edad que permanecía bajo observación médica en el hospital Tomás Uribe de Tuluá tras la emergencia. Desde el martes 28 de junio, el joven había sido trasladado de urgencia hasta el centro médico y los médicos luchaban por salvarle la vida.

Se encontraba internado en la Unidad de Cuidados Intensivos desde el día del incendio, pero falleció en las últimas horas a pesar de la tención de los profesionales de la salud. “A las 6:45 de la noche falleció esta persona que tenía 20 años y estaba hospitalizado por los efectos tóxicos y los gases, humo y vapores”, expresó al respecto la secretaria de salud del Valle, María Cristina Lesmes.

Por su parte, el personero delegado para los Derechos Humanos de Tuluá, Martín Hincapié, aseguró que en el mismo centro médico se encontraban varios reclusos heridos. “Habían 4 con pronóstico reservado y los otros en proceso de recuperación”, detalló.

Además, actualmente todavía quedan 20 reclusos recibiendo atención médica en clinicas y hospitales de Cali y Tuluá. Según confirmaron las autoridades de salud de los municipios, 12 de esos heridos todavía se encuentran en UCI y con pronóstico reservado.

Así fue el minuto a
Así fue el minuto a minuto del incendio en la cárcel de Tuluá. Imagen: Infobae Colombia.

Detalles de lo que sucedió en la cárcel de Tulúa

Los reclusos del pabellón 8 de la cárcel de Tuluá se atacaron los unos a los otros con cepillos de dientes que usaron como puñales. Los guardias intentaron controlar la situación, pero los reclusos ya estaban desatados. Toda la situación se habría dado por la lucha de dos importantes reclusos que se disputaban el control del pabellón.

En la madrugada del 28 de junio, tomaron lo que se encontraron y lo incendieron. Las colchonetas envueltas en llamas produjeron que el fuego se propagara. Algunos aprovecharon para emprender la fuga, otros no tuvieron tanta suerte y quedaron atrapados. Fallecieron más de cincuenta personas a causa de la inhalación.

En el pabelló se encontraban albergados cerca de 160 sindicados y condenados a nivel medio de seguridad. El sitio no contaba con sistema anti incendio. Según el director del Inpec, el brigadier general Tito Yesid Castellanos, un número apróximado de 1.267 personas se encuentran en la cárcel de Tuluá, un 17% más de lo que permite el penal. Hay sobrepoblación y condiciones sanitarias reducidas al mínimo.

Uno de los bomberos que ingresó al lugar aseguró en revista Semana que no había visto algo igual en sus años de servicio como voluntario. Cuando el sujeto entró al baño del pabellón 8, había cerca de 17 cuerpos: personas que intentaron abrir las duchas para no morir quemados.

La investigación adelantada da cuenta que, antes de la conflagración, hubo una pelea a puñal entre los llamados ‘plumas’ o jefes de patios por el control del narcotráfico, dentro y fuera del penal. Luego de medianoche en la cárcel de Tuluá, los bandos dividieron a los más de 160 presos en bloques para la riña.

Se presume que el enfrentamiento fue entre 26 guardas del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), que comenzaron a lanzar gases lacrimógenos, lo que generó inconformidad con los presos. Entre las organizaciones criminales del viejo cartel del Norte del Valle, ‘La Inmaculada’ es una de las más poderosas de la zona y se inició como el brazo armado de ‘los ‘Comba’ y ‘los Rastrojos’. La extorsión a finqueros, grandes comerciantes y avícolas de la zona, a través del llamado ‘cartel del huevo’, incluían sus finanzas ilícitas.

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