Capturado en Bogotá extranjero acusado de asesinar a 48 personas

La banda criminal venezolana, Tren de Aragua, lleva dos años atentando contra la seguridad de Colombia; su disputa con bandas, guerrillas y paramilitares en el país ha dejado varias personas muertas, zonas del país atemorizadas entre otras consecuencias. Este 12 de julio, en las horas de la mañana la Policía Metropolitana de Bogotá, dio ha conocer que en una redada al sur de la capital fueron capturados dos miembros del grupo delincuencial del país vecino. Entre los dos sujetos se encuentra uno de los sicarios más reconocidos del Tren de Aragua.

De acuerdo con Caracol Noticias, en los hechos que sucedieron cerca de Corabastos, en el barrio María Paz, fueron capturados Alfredo Brito, alias ‘Alfredito’, y Víctor Salazar, alias ‘el Capi’, quien, según las autoridades, es sospechoso de haber asesinado a unas 50 personas

. Los dos sujetos son señalados de torturar, matar y embolsar a decenas de personas, que fueron durante los últimos meses encontrados en diferentes zonas de la ciudad; la hipótesis que ha manejado la Policía es ajuste de cuentas y pelea por dominio de territorio.

El general Eliécer Camacho, comandante de la Policía de Bogotá, detalló que “no todos los integrantes de la organización criminal tienen esa capacidad y esa sangre fría de realizar estos asesinatos” como ‘Alfredito’ y ‘el Capi’. El último, sería el responsable de al menos 48 muertes.

De acuerdo con la investigación adelantada, para las autoridades las personas que estaban detrás de los crímenes buscaban lanzar una advertencia a sus enemigos: “La tortura es una herramienta clásica para enviar mensajes a los enemigos. Que todos los muertos aparezcan con patrones similares no es gratis, independientemente del sector de la ciudad. Esto es un ajuste de cuentas por el control de un negocio que se está tomando a Bogotá”, aseguró Juan Sebastián Jiménez, experto en seguridad de la Universidad Nacional a El Tiempo.

Además, los autopsias mostraban los mismos rasgos de violencia, por ejemplo, cortadas en puntos estratégicos del cuerpo para generar altos niveles de dolor, quemaduras de cigarrillo, desnudes, señales de estrangulamiento y ahogo, entre otras. Sumado ha esto, las víctimas tenían perfiles similares, hombre entre los 25 y los 30 años, la mayoría son extranjeros y no han podido ser identificados debido a que no se encuentran sus registros dentales ni su ADN en la base del país.

Qué es El Tren de Aragua

El Tren de Aragua inicialmente comenzó a operar en las fronteras de Colombia y Venezuela, amedrentando a los habitantes de dichas zonas y peleando con los grupos armados por el territorio desde hace un tiempo atrás, sin embargo, muchos no saben quiénes son, ni de dónde salieron.

De acuerdo con El Tiempo, informes de inteligencia ubican a varios de sus cabecillas en Norte de Santander, en donde empezaron por disputarse los pasos fronterizos con otros grupos criminales, sin embargo, al parecer dicho grupo se ha extendido por otras zonas del país. Además, de tener dominio en otros países latinoamericanos como Brasil, Bolivia, Perú y Chile. Algunos expertos señalan que lo que hizo que su crecimiento se facilitará fueron las rutas de trafico ilegales y la migración ilegal.

“Se calcula que en solo Venezuela tienen a más de 5.000 hombres y, además de Colombia, están en Perú, Ecuador e, incluso, más al sur”, señaló Ronna Rísquez, investigadora venezolana al diario colombiano.

Las personas de las zonas donde se han disputado con otros criminales aseguran que su portafolio criminal va desde el trafico de estupefacientes hasta sicariato, trata de personas y robo. El origen de la banda fue en el 2000, de acuerdo con Insight Crime, todo comenzó “cuando, en medio de la construcción del Ferrocarril de Venezuela, el sindicato de obreros del proyecto vio oportunidades en el mundo delictivo”. Aunque es relativamente joven si se compara con otros grupos se ha convertido en un fenómeno criminal por ser la primera banda criminal venezolana en lograr alianzas con grupos como el Clan de Golfo y las disidencias de las Farc; pese a que se han roto algunas de estas.

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