Tras una visita realizada a la Institución Educativa Diego Echavarría Misas, en el municipio de Itagüí, la Secretaría de Salud de Medellín ordenó el sellamiento; grietas, humedad, entre otros, representaban peligros para los estudiantes. El colegio de más de medio siglo de antigüedad, que recibe a más 1.360 estudiantes, no tendrá una pronta reapertura por un lío entre la administración municipal y el gobierno nacional.
Podría decirse que hay una crisis en los colegios de Medellín y su área metropolitana, si se tiene en cuenta que 27 colegios están cerrados por el deterioro de su estructura, incluso, varios ya tienen orden de demolición. Los datos de Secretaría de Educación dan evidencia de la crisis reseñada: cerca del 95 % de las instituciones tienen algún problema de infraestructura, por lo que se necesitarían 330.000 millones de pesos para rehabilitar estos espacios.
La administración municipal ha asegurado que ya se han invertido 21.000 millones de pesos para la reparación de estas instituciones educativas, pero que para lograr recaudar el dinero necesario para intervenir la totalidad de ellas, resta esperar a que el gobierno nacional entregue parte de esos fondos.
En el caso del colegio Diego Echavarría Misas, la alcaldía se niega a reparar la sede y también rechaza aportes voluntarios para las adecuaciones. El rector de la institución, César Ceballos, tuvo que enviar a sus estudiantes a otras sedes y colegios y, sin embargo, la alcaldía de Medellín al parecer se rehúsa a atender el caso.
“La Secretaría de Educación sabe de la necesidad y ha invertido en el colegio más de $400 millones en los últimos cuatro años. Ellos están esperando que en Bogotá —el Ministerio de Educación— liberen los recursos que ya se tienen en un fondo para dedicarlos a la infraestructura”, declaró el rector para El Colombiano. Según él, anualmente la operación cuesta unos 190 millones de pesos, pero para el arreglo se necesitarían $ 3.000 millones.
La situación es tan desesperante que los padres de familia decidieron hacer un fondo para recoger dinero e iniciar con la reparación. Ya lograron comprar pintura, pisos, enchapes, entre otras, incluso, un grupo de voluntarios entró al colegio y empezó a pintar algunas de las paredes consumidas por la humedad.
Pero la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) les dijo a los voluntarios que dejarán de pintar, además, que los materiales que ya se compraron y el dinero que voluntariamente se recaudó no se va a utilizar, ya que el contratista encargado de las reparaciones del colegio no puede usarlos por “un tema de garantías”.
“Una de las principales razones es que este material no podría entrar en una eventual garantía de calidad si llega a pasar algo. En los contratos de obra pública se firman unas pólizas para las garantías de los proyectos, que se hacen efectivas cuando se presentan deterioros o siniestros. En este caso esto no aplicaría. Además, el contratista tiene unos precios pactados y no se podrían descontar por lo precios que ellos manejan”, dijo la Empresa de Desarrollo Urbano en El Colombiano.
Pues por lo pronto, ni se podrán reparar los colegios ni habrá obras, hasta que la alcaldía o el gobierno tengan la voluntad de dar la orden para comenzar con el arreglo.
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