Detalles de la guerra entre mafias que desencadenó el incendio en cárcel de Tuluá

De acuerdo a testigos, antes de la conflagración existió una riña a puñal entre jefes de patios por el control del narcotráfico

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Al menos medio centenar de
Al menos medio centenar de reclusos murieron y una veintena sufrieron heridas en la madrugada del martes a causa del incendio que siguió a un intento de fuga en la cárcel de Tuluá, en el suroeste de Colombia, según autoridades.

En la madrugada del pasado martes, 28 de junio se registró un motín en la cárcel municipal de Tuluá, Valle del Cauca, que terminó en un fuerte incendió que se propagó rápidamente dejando no solo daños materiales sino varios reclusos afectados. Según las autoridades, 52 personas murieron y 30 resultaron heridas. En un episodio calificado como la mayor tragedia carcelaria en la historia reciente del país.

Uno de los bomberos que ingresó al lugar aseguró en revista Semana que no había visto algo igual en sus años de servicio como voluntario. Cuando el sujeto entró al baño del pabellón 8, había cerca de 17 cuerpos: personas que intentaron abrir las duchas para no morir quemados.

De igual manera, en el suelo había charcos de sangre, por lo que supone que hubo una pelea previa. Algunos sobrevivientes contaron que ha venido pasando tanto en el interior de los patios en Tuluá: guerra de bandas de bandas criminales al servicio del narcotráfico, masacres, descuartizamientos, entre otros.

La investigación adelantada da cuenta que, antes de la conflagración, hubo una pelea a puñal entre los llamados ‘plumas’ o jefes de patios por el control del narcotráfico, dentro y fuera del penal. Luego de medianoche en la cárcel de Tuluá, los bandos dividieron a los más de 160 presos en bloques para la riña.

Se presume que el enfrentamiento fue entre 26 guardas del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), que comenzaron a lanzar gases lacrimógenos, lo que generó inconformidad con los presos.

Cuando el guardia hacía un intento para retomar el control del patio, los internos quemaban una colchoneta. En cuestión de minutos las llamas se apoderaron de la cárcel.

Cuando ingresamos al pabellón, vimos una escena muy fuerte. Había una cantidad impresionante de gente en el piso, aún se escuchaban las respiraciones agónicas de ellos mientras nos pedían ayuda”, relató uno de los bomberos que atendió la emergencia en diálogos para SEMANA.

En una declaración de un sobreviviente que reveló El Tiempo, se puede escuchar que, “Desde el domingo empezó la pelea entre ‘Brayancito’, uno de los jefes de la ‘oficina de Tuluá’, y ‘Miller’, de ‘los Caleños’. ‘Brayancito’ trabaja para ‘Pipe’ (Andrés Felipe Marín Silva), jefe de la banda de ‘la Inmaculada’“.

El testigo agregó también que en la medianoche del lunes, grupos de 20 internos rodearon a los ‘plumas’ e iniciaron la pelea con armas blancas: “Eso fue una carnicería antes de que todo se prendiera”.

Entre las organizaciones criminales del viejo cartel del Norte del Valle, ‘La Inmaculada’ es una de las más poderosas de la zona y se inició como el brazo armado de ‘los ‘Comba’ y ‘los Rastrojos’. La extorsión a finqueros, grandes comerciantes y avícolas de la zona, a través del llamado ‘cartel del huevo’, incluían sus finanzas ilícitas.

Alias Brayan tenía como misión recuperar el poder del pabellón y de tres grandes ollas que proveen cocaína y bazuco a tres departamentos, y al propio establecimiento carcelario, según internos.

Durante la investigación se pudo establecer que los internos no son de bajo perfil, pues en el penal de mediana seguridad permanecían delincuentes de alta peligrosidad.

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