A las 7:30 p. m. de este 29 de junio, el presidente Iván Duque recibió el Informe Final de la Comisión de la Verdad de manos del director de la entidad, el sacerdote Francisco de Roux. Desde la Casa de Nariño, el mandatario reconoció el trabajo de más de tres años que ha realizado la entidad estatal y sostuvo que su administración la ha apoyado con el fin de que se conozca cómo ha afectado el conflicto armado interno a los diferentes sectores del país.
“Sabemos que este ha sido un esfuerzo de muchos años. Como Gobierno hemos acompañado ese proceso no solamente con el respaldo institucional sino también presupuestal y financiero para el cumplimiento de esta misión”, aseveró Duque.
El Informe Final es una investigación distribuida en 10 tomos en los que se reconstruye la memoria del conflicto armado. Uno de los datos revelados indica que, entre 1985 y 2018, 450.664 personas fueron asesinadas. Además, hay un subregistro, y la estimación del universo de homicidios puede llegar a ser alrededor de 800.000 víctimas.
Se detalló que durante el tiempo reportado, los principales responsables de homicidio fueron los grupos paramilitares, que asesinaron a 205.028 personas (45 %). En la lista siguen los grupos guerrilleros, que asesinaron a 122.813 víctimas (27 %). A su vez, se indicó que de entre los subversivos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tienen la responsabilidad de 96.952 víctimas, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), 17.725 víctimas, y otras guerrillas deben responder por 8.496.
Teniendo en cuenta los datos que dejan al descubierto el horror de la guerra, en el Informe se incluye un capítulo de recomendaciones. Hay dos que resaltan porque apuntan a superar la impunidad judicial en materia de violación de los Derechos Humanos: reformar la elección del fiscal y limitar la extradición para priorizar las investigaciones en Colombia.
El objetivo de la Comisión de la Verdad es que los hallazgos y recomendaciones, que son el resultado de su proceso, contribuyan significativamente a la dignificación de las víctimas y tengan un impacto real en las políticas públicas y en la población colombiana en general.
Duque se refirió a estas recomendaciones y recordó que no son vinculantes. Para él, a partir del informe se debe “generar un buen debate” con el fin de que todos los sectores se vinculen a la conversación y se pueda llegar a soluciones que representen al país.
“El informe debe generar un buen debate dentro de la sociedad para que tengamos la posibilidad de leerlo y desmenuzarlo; de conocer las apreciaciones de los hallazgos; de poder debatir o controvertir, y al mismo tiempo construir sobre la base de los hallazgos. Y por supuesto, también tener un debate sensato, claro y republicano con respecto a las recomendaciones del informe. Las recomendaciones del informe son precisamente para propiciar un debate que trascienda el estar de acuerdo o no, sino tomar la posibilidad de construir colectivamente soluciones de convergencia”, dijo el mandatario.
Ante las declaraciones de Duque, el sacerdote De Roux fue enfático al decir que el informe se escribió “del lado de las víctimas”. Aseguró que los hallazgos no tienen discusión y no se puede negar que ha existido un conflicto interno que ha dejado a miles de víctimas, incluso civiles inocentes.
”Eso es lo que nosotros expresamos a partir de una verdad que no tiene ninguna discusión y que no necesita interpretación, que es simplemente el dolor humano. Tratamos de interpretar qué fue lo que nos pasó, que fue el mandato que se nos dio, y por qué se llegó a estas cosas, y establecer responsabilidades grupales, institucionales. Pero no somos una entidad jurídica y no establecemos culpabilidades personales”, dijo De Roux.
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