El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, confirmó el nombre del segundo ministro de su futuro gobierno, uno de los más esperados debido a su posición política, el Ministerio de Hacienda. La cartera estará a cargo de uno de los economistas nacionales y latinoamericanos más respetados, José Antonio Ocampo, quien fue secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales y secretario ejecutivo de la Cepal.
Doctor en Economía de la Universidad de Yale y profesor de la de Columbia, apoyó al presidente de Chile Gabriel Boric durante su campaña en ese país, un papel que fue destacado por los medios junto a los conceptos de reputados economistas como Thomas Piketty o Joseph Stiglitz.
El nombramiento de Ocampo y las ideas que ha defendido públicamente envían un mensaje de cómo podría ser la política económica que llevará el presidente Petro a partir del próximo 7 de agosto, una incógnita que esperaban resolver los mercados, inversores y críticos del mandatario electo.
El también exdirector de Fedesarrollo había entregado en entrevista con BBC un análisis de la victoria de Petro el pasado 19 de junio. Reconoció que había un sentimiento de incertidumbre en el sector privado por la elección del mandatario, quien debía superar esa situación con un mensaje de cómo generar crecimiento productivo que se ha detenido por reformas del mercado desde hace 30 años, según su concepto.
Además, Ocampo señaló que el reto a corto plazo más complejo son los fiscales. En su concepto, el gobierno saliente de Iván Duque, tanto por la pandemia como por otros factores, dejará un nivel de deuda pública de los más altos de la historia del país, que debe ser solucionado, en especial para el cumplimiento de las promesas sociales “considerables” que prometió el programa del Pacto Histórico.
En ese sentido, el reto principal será la reforma tributaria que ya Petro ha anunciado que se presentará para el primer semestre legislativo en el que tiene mayorías parlamentarias. El nuevo ministro de Hacienda será el encargado de formularla y presentarla al Congreso.
En entrevista con el medio norteamericano, sostuvo que recaudar cinco puntos del PIB es “muy optimista”, pero se mostró de acuerdo con el enfoque de generar un sistema más redistributivo en el que los más ricos paguen tasas efectivas más altas así como la eliminación de exenciones y beneficios tributarios tanto a empresas, incluidos sectores de la economía naranja o turismo, así como de personas naturales.
“La gran disparidad es en el impuesto de renta a las personas naturales, donde en el país se paga el 1,2 % del PIB contra 8,1 % en la OCDE. El problema principal es la tributación efectiva de las rentas y ganancias de capital, por lo cual la tasa efectiva de tributación tiende a disminuir para el 5 % y aún más en el 1 % más rico de la población”, escribió Ocampo para el diario El Espectador.
El nuevo gobierno tendrá el reto de enfrentar a corto plazo, según Ocampo, la inflación que ha afectado los precios de los alimentos, el déficit fiscal y la estabilización de los precios del combustible, escribió en un análisis para el diario anteriormente citado. Además, para cumplir con las profundas demandas sociales y su programa de gobierno, requerirá de mayor gasto social y un aumento del ingreso tributario.
Uno de los temas más polémicos de la campaña de Petro fue su posición respecto a la explotación de hidrocarburos, pues propuso que no se realizarán nuevos contratos de exploración a partir de su llegada al gobierno. Ocampo se ha mostrado de acuerdo con la descarbonización de la economía, que sostiene es una tendencia mundial para combatir el cambio climático, pero asegura que debe ser gradual aunque urgente con el gas como combustible de transición.
Ese es un objetivo global que, sin embargo, tanto el presidente como su futuro asesor, sostienen que presentará retrasos a raíz de la guerra en Ucrania y la crisis energética que vivirá el continente europeo en consecuencia.
Ocampo sostiene que se debe reducir la dependencia económica del país de las exportaciones de carbón y petróleo, por medio de una diversificación de la base exportadora. Esa es una de sus ideas principales para el desarrollo económico colombiano y de los países latinoamericanos.
Según escribió el futuro ministro de Hacienda en una de sus columnas de opinión en el diario El Tiempo, desde la apertura económica del país hace 30 años, el crecimiento ha sido lento en un 3.5 %. Pese a los registros del año pasado a causa de la reactivación, cree que al normalizarse la producción estará al mismo nivel.
“Una de las grandes tareas del próximo gobierno será, por lo tanto, poner en marcha una política de desarrollo productivo ambiciosa, basada en un avance significativo en materia de ciencia y tecnología”, escribió Ocampo. Debido a que menos de un 15 % de los productos de exportación son de mediana o alta tecnología y Colombia es el décimo país de América Latina en inversión en ese campo, con una décima parte del promedio de la Ocde.
En ese mismo sentido, escribió en El Espectador, “necesitamos son políticas de desarrollo productivo más ambiciosas y efectivas” que también permitan aumentar las exportaciones. Sostiene que se debe revisar los bajos resultados de los tratados de libre comercio, para poder renegociarlos, lo que considera una decisión peligrosa. Además, que una protección unilateral puede tener efectos adversos para los principales productos de exportación y los tratados de integración regional.
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