Tarzán y Duván, del Desafío The Box, recordaron cuando trabajaron como vigilantes

Mientras que a uno de los deportistas lo asustaron cuidando de un hospital abandonado, el otro descubrió que esta no era su profesión ideal pues siempre se quedaba dormido en su turno

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Captura video Caracol Televisión
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En el más reciente episodio del Desafío The Box los desafiantes iniciaron un nuevo ciclo en el Box Arcoíris en el que se enfrentaron cinco integrantes de cada equipo, quedando Beta como ganador y siendo Duván el primer hombre sentenciado. Antes de salir a competencia, a la hora del desayuno, en la casa Alpha los deportistas empezaron a recordar sus trabajos.

Duván, quien ingresó a la competencia representando a los santandereanos, comentó a sus compañeros que trabajó por mucho tiempo como vigilante y su primer trabajo fue en un hospital abandonado. “Me asustaban, escuchaba pasos y risas, todo eso. Duré cuatro días desde las 6:00 de la tarde hasta las 6:00 de la mañana”, describió el deportista que practica crossfit.

Sin embargo, añadió que ante la necesidad de dinero que tenía por ese tiempo, ese no era su único trabajo y que cuando salía del hospital abandonado, a las 6:00 a. m., se dirigía a su segundo empleo como vigilante en un centro comercial. “Llegaba a un centro comercial pequeño en el que tenía otro turno de ocho horas, porque necesitaba la plata ... y el pago tampoco era tan bueno, tocaba pedir prestado”.

Sus compañeros se sorprendieron ante la historia y varios señalaron que no podrían tener un estilo de vida como ese, porque además Duván contó que cuando terminaba su turno en el centro comercial solo alcanzaaba a ir a su casa para bañarse, cambiarse de ropa y dormir una hora.

Captura video Caracol Televisión
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“Prefiero picar leña con hambre que eso”, expresó Tarzán recordando uno de los castigos que el equipo Alpha tuvo que padecer y en el que él fue muy criticado porque casi no le colaboro a sus compañeros.

Acto seguido, el capitán del equipo decidió contarles a los otros integrantes de la casa morada que él también había sido vigilante, pero que a diferencia de Duván, había descubierto que ese trabajo no era el apropiado para él. “En una situación similar uno se la rebusca en lo que sea y una vez un amigo me dijo que le hiciera un turno de vigilante. Era mi primera vez, yo nunca había hecho eso, pero le hice el turno”, detalló Tarzán.

Según la historia del costeño, lo que tenía que cuidar, en horas de la noche, era un lote que estaba en construcción, “papi y me coge ese sueño, me acosté en unas varillas de hierro y me quedé dormido. De repente yo siento alguien moviéndome y era el jefe y me dice ‘oiga, ojo con lo que está haciendo, se la voy a dejar pasar’”.

Como no lo despidieron por quedarse dormido, al otro día volvió a trabajar y esta vez pensó en una estrategia para que el sueño no le ganara. “Para no quedarme dormido me trepé en un palo que había extendido y desde allá yo veía todo, pero había una polisombra y me dormí sobre la polisombra”, contó entre risas el costeño.

Por su parte, Juan Pablo quiso sumarse a la conversación y les contó a sus compañeros que el trabajo más duro que ha tenido en su vida fue picar piedras. Cabe recordar que el representante de los boyacenses es muy aplaudido en el Desafío The Box porque él no es netamente un deportista, puesto que su entreno para la competencia ha sido su vida en el campo, mientras los demás se prepararon en gimnasios, Juan Pablo es un digno campesino que ha sacado sus músculos del trabajo duro.

“Me tocaba sacar como planchitas de piedra, porque eso sirve para las fachadas de las casas. Es un trabajo duro y mal pago, me ganaba $150 mil a la semana”, comentó el campesino.

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