Un grupo de mujeres pertenecientes a pueblos indígenas y comunidades negras de la Subregión PDET Sierra Nevada y Serranía del Perijá se reunieron en el municipio de Aracataca, Magdalena, para llevar a cabo el Segundo Encuentro de la Mesa Violeta Étnica. El evento lo realizaron con el fin de fortalecer su participación en la implementación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
Las integrantes de la mesa establecieron las estrategias conjuntas para el fortalecimiento de las acciones territoriales colectivas de las mujeres. Elvia Mejía, gerente del PDET Sierra Nevada y Serranía del Perijá de la Agencia de Renovación del Territorio (ART), señaló que el evento se destacó por ser un espacio intercultural y de intercambio de saberes y experiencia de transmisión del conocimiento.
“Estos aportes de las mujeres son valiosos desde sus diversidades étnicas y territoriales”, indicó Mejía en su momento. Además, resaltó que la ART busca que sus memorias de resistencia, experiencias de convivencia y recomendaciones “sean incorporadas y materializadas en los PDET, garantizando sus derechos y participación”.
En el evento participaron mujeres pertenecientes a los pueblos arhuaco, kankuamo, wiwa, ette ennaka, wayuu que pertenecen al Mecanismo Especial de Consulta (MEC). Además de buscar una mayor participación, la Mesa Violeta Étnica tiene como misión lograr el posicionamiento y la incidencia respecto al buen vivir para la mujer, la familia y la comunidad étnica.
En ese sentido, las mujeres analizaron la construcción de una agenda conjunta para reivindicar las luchas históricas de las comunidades para que, en ejecución de los proyectos, no se generen daños a las tradiciones y preceptos ancestrales. Asimismo, la comunicación fue desde la diversidad de cultura, pensamiento y cosmogonía, considerando el ser y sentir de las mujeres étnicas como la base principal de ese tejido colectivo.
De hecho, según El Espectador, uno de los proyectos con enfoque ético tiene el objetivo de suministrar e instalar sistemas de energía solar fotovoltaica individuales a familiares de los pueblos kankuamo y wiwa en Valledupar, Cesar. En este caso concreto, el programa será financiado por el Sistema General de Regalías con la aprobación de OCAD Paz.
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En la juntanza también participó la Consultoría de Derechos Humanos y Desplazamiento (Cohdes) y la coordinadora de la Región Caribe de la entidad, Marta Salazar, celebró el impulso de las mujeres en la labor que están realizando. “El espacio se presenta como una experiencia única de encuentros, reflexión, debate y construcción conjunta desde los distintos pueblos étnicos en el Caribe”, indicó en un comunicado emitido por la ART y señaló que el encuentro permite “la inclusión efectiva de la voz y de la mirada de género en la política pública”.
Ante El Espectador habló Alejandra Izquierdo, integrante indígena del pueblo arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta, y manifestó la importancia de la participación femenina en estos proyectos: “Con esta representación de los pueblos indígenas creo que estamos llegando a un punto donde las mujeres vamos a cambiar la línea que ha venido desarrollándose en la construcción de PDET”.
La Mesa Violeta Étnica agendó su tercer encuentro para agosto. Según la ART, en la tercera sesión se evaluarán las acciones y la definición de un plan de acción para impulsar propuestas, iniciativas y tareas acordadas.
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