El pasado 24 de junio, un video en el que aparecen dos hombres agrediendo fisicamente a una mujer trans en Medellín se hizo viral y dio paso a un sinfin de reacciones acerca del comportamiento de la gente con los miembros de la comunidad LGBTI, qué es lo que está bien y lo que no, si se trata de una condición mental o una conducta que afecta a la sociedad.
Precisamente, uno de los comentarios que más ha causado controversia al respecto es el del monseñor Mauricio Vélez García, quien se desempeña como obispo auxiliar en la capital de Antioquia.
Según un informe de Juan Pablo Barrientos para Caracol Radio, un día después de la aparción del video, el religioso aprovechó para dar un sermón en el que se refirió a la comunidad gay y su daño a la sociedad. Habló sobre la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, quienes “no esperan a que el recién nacido tenga uso de razón o sea mayor de edad para decidir si quiere ser adoptado por una pareja gay”.
Vélez criticó el papel del Estado por no actuar como es debido ante estos casos y se basó en un estudio de la genetista Francis Collins para elaborar sus juicios. Una publicación de la extrema derecha que busca desinformar y promover el rechazo hacia la comunidad LGBTI.
“Si ve a su hijo de 5 o 4 años con alguna tendencia [homosexual], intervéngalo profesionalmente (...) pero si tiene 12 o 13 años, ya cogió ventaja. Hay cosas que uno las trabaja en el momento que es”, sentenció.
En su homilía, el religioso invitó a los padres a intervenir el comportamiento “inapropiado” de sus hijos, llevándolos a terapias para lograr su conversión. No lo aclaró, pero esto solo termina en la tortura, y parece ser que es lo que sugiere. Armado de sus ideas homofóbicas, Vélez continuó su discurso insistiendo que la orientación sexual de una persona debe trabajarse exhaustivamente antes de que sea muy tarde.
Las declaraciones del clérigo tuvieron lugar en el coliseo de la Universidad Pontificia Bolivariana, donde se celebraba el Día de la Familia. Allí, con el sitio medio vacío, impusó su visión acerca del tema, sabiendo muy bien que su posición no es cualquiera. Vélez García es toda una autoridad religiosa y tiene a su cargo un buen número de colegios y universidades. En todos estos sitios repite sus palabras sin recibir reproche alguno.
En 2017, también en Medellín, monseñor Ricardo Tobón Restrepo comparó la ideología de género con un cáncer que hace metástasis en la sociedad.
“Los derechos y necesidades fundamentales de las familias son ignorados y hasta contravenidos por leyes, la realidad del matrimonio y la sexualidad no se afrontan con paz y naturalidad, la esquizofrenia social atropella a las mayorías para defender a las minorías olvidando incluso que la primera minoría es la familia”, criticó. “Los católicos no podemos dejarle la suerte de la familia a las pasiones, a la sociedad de consumo, al resentimiento de ciertos grupos y a visiones recortadas de la persona y de la vida”.
Con esto, las declaraciones de la comunidad religiosa en Colombia generan controversia, no solo por lo ácido de sus afirmaciones, sino por la ironía que abunda en sus comportamientos. Así como rechazan la homosexualidad y el lesbianismo, deberían hacerlo con los miles de casos de abuso sexual que sus miembros enfrentan. Todos casos que atentan contra la vida de esas mismas familias a las que se dirigen con tanto cinismo.
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