La Comisión de la Verdad reveló las causas y características del conflicto armado en Colombia

Durante la presentación del Informe Final, en el teatro Jorge Eliécer Gaitán de la ciudad de Bogotá, la Comisión compartió con la sociedad colombiana los principales hallazgos y conclusiones de 60 años de guerra en el país

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La recolección de cerca de
La recolección de cerca de 15.000 entrevistas individuales y colectivas, tanto en el territorio nacional como a los colombianos exiliados en 23 países, permitió escuchar directamente a cerca de 30.000 personas.

Fue un evento emotivo el que se vivió este martes 28 de junio en el teatro Jorge Eliecer Gaitán de Bogotá, eran muchas las personas que desde hace cuatro años estaban esperando el Informe Final de la Comisión de la Verdad (CEV), muchas víctimas deseaban conocer los hallazgos del trabajo que realizó la entidad nacida del Acuerdo de Paz, firmado entre el Estado colombiano y las antiguas guerrillas de las Farc.

¿Qué son los hallazgos?

Reúnen los puntos centrales que explican el conflicto armado interno. Los hallazgos surgieron como producto de todo el trabajo investigativo adelantado durante cuatro años; es decir, teniendo en cuenta la escucha a víctimas y responsables, para luego hacer una triangulación de tres pasos: verificar, contrastar y profundizar la información, de tal manera que se pudieran decantar esas afirmaciones que se quieren entregar al país.

La recolección de cerca de 15.000 entrevistas individuales y colectivas, tanto en el territorio nacional como a los colombianos exiliados en 23 países, permitió escuchar directamente a cerca de 30.000 personas.

En el Informe Final presentado por la Comisión de la Verdad se de cuenta que en los últimos 60 años en Colombia, se han acumulado hechos de violencia, estados de sitio, torturas, secuestros y masacres que inundaron de sangre los campos y la conciencia colectiva.

“Todo ello conforma una historia fragmentada que buena parte de la sociedad ha vivido como si fuera de otros, o en la que el otro se convirtió en un enemigo para eliminar, no en un adversario con el cual dialogar o negociar”.

Una de las conclusiones a las que llegó la Comisión de la Verdad es que la impunidad ha sido un mecanismo de persistencia desde el inicio del conflicto armado. “La impunidad aumenta las probabilidades de repetición y debilita la legitimidad de las instituciones democráticas. Al mismo tiempo, transmite un mensaje de desesperanza social y de permisividad ante la violencia”, se lee en el informe presentado.

También se destaca que a lo largo de sucesivos gobiernos, las autoridades de Colombia han promovido numerosas reformas a la justicia que podrían haber dado respuestas a la falta de justicia en el marco del conflicto armado.

Sin embargo, estas fueron innovaciones más formales que reales: nuevas leyes, ajustes de nombramientos en magistraturas, juzgados o tribunales, “pero pocos avances auténticos para desmontar los entramados de la criminalidad y las organizaciones armadas”.

A raíz de estos hallazgos es que surgen las recomendaciones que deja la comisión al país para que sean puestas en marcha, y para lo cual existe un Comité de Seguimiento y Monitoreo que velará por su efectiva implementación durante siete años.

Por otro lado, el objetivo de las recomendaciones de la comisión es contribuir a definir una agenda de futuro para avanzar en un diálogo sobre las transformaciones necesarias en el país y para poner fin a las confrontaciones armadas que persisten en Colombia.

Las recomendaciones analizadas fueron propuestas por víctimas, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de mujeres, de disidencias sexuales y de género, niños, niñas, adolescentes y jóvenes, pueblos étnicos, excombatientes de todos los grupos, iglesias, integrantes de la fuerza pública, empresarios y empresarias, periodistas e instituciones del Estado de todo el territorio nacional.

Una de esas recomendaciones expuestas por la CEV, es avanzar en un consenso como sociedad sobre las transformaciones a emprender para superar los factores que han facilitado la persistencia del conflicto y la reproducción de los ciclos de violencia.

También se destaca que se debe reconocer a las víctimas del conflicto armado en su dolor, dignidad y resistencias, reconocer la injusticia de lo vivido, y el trauma colectivo que compartimos como sociedad.

Por último, la comisión plantea avanzar en un examen crítico de nuestro pasado para construir sobre él un futuro en paz. Por esto, “necesitamos una política de memoria y verdad para la construcción de paz y la no repetición que comprometa al Estado y a la sociedad en su conjunto y aporte al fortalecimiento de valores democráticos”.

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