Francisco de Roux, filósofo, economista y padre jesuita, hasta hoy estará a cargo de la presidencia de la Comisión de la Verdad. Esto se debe a que esta entidad, a las 11:00 a.m. de este martes, entregará el informe final del conflicto armado, el cual se viene trabajando desde hace un poco más de tres años y buscaba encontrar los patrones y causas del conflicto armado colombiano para evitar que este se repita.
De Roux ingresó en la Compañía de Jesús, estudió Filosofía y Letras y Teología en la Universidad Javeriana y fue ordenado sacerdote en 1975. Hizo además una maestría en Economía en la Universidad de los Andes; además, pasó por universidades europeas como la London School of Economics, donde hizo otra una maestría, y la Universidad Sorbona de París, donde obtuvo un doctorado en Economía.
Sobre su carrera profesional, en 1982, comenzó a trabajar como investigador del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), una fundación sin ánimo de lucro creada diez años antes por los jesuitas “con una mirada crítica y alternativa de la realidad colombiana”.
En esta fundación estuvo como investigador durante cuatro años, tiempo en el que pudo desarrollar su preferencia por los excluidos y las víctimas; tras llevar un año, asumió la dirección del Programa por la Paz de la Compañía de Jesús y la del Cinep, y en 2008 fue nombrado provincial de los jesuitas en Colombia.
En el 2016, en una entrevista para EFE habló sobre el compromiso social de la Iglesia en el conflicto armado del país. “La inmensa mayoría de nosotros estamos convencidos de la necesidad de cambios muy profundos dentro de la sociedad colombiana para que haya respeto por la dignidad de todo el mundo, para que haya verdadera democracia, para que dejemos de ser uno de los países más corruptos, inequitativos e impunes del mundo”.
Luego de trabajar varios años en pro de la democracia, la justicia y la paz, entre otras cosas, en 1995 creó la Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (CDPMM) y el primer laboratorio de paz de Colombia. Este es un programa que busca articular el trabajo de la iglesia, la empresa, los gobiernos locales y las organizaciones sociales, además, implementó el concepto de responsabilidad social empresarial en Colombia.
Además, la CDPMM llevaba a cabo su trabajo en municipios de los departamentos de Antioquia, Bolívar, César y Santander, zonas del país por donde pasa el río Magdalena, esta parte es una región que a pesar de sus riquezas naturales tiene una población con altos índices de pobreza y ha sido golpeada por la violencia de los diferentes grupos armados como la guerrilla y los paramilitares.
En esta labor, De Roux se ha enfrentado constantemente a amenazas y a ataques por parte de los diferentes grupos armados, pues su trabajo ha incomodado a los actores del conflicto armado, ya que uno de sus objetivos ha sido encontrar la verdad.
Por ejemplo, cuando visitaba con frecuencia el Magdalena Medio, fue retenido varias veces por militares o por guerrilleros del ELN que en una ocasión lo sometieron a un juicio y estuvieron a punto de fusilarlo, como él mismo cuenta.
No tuvieron la misma suerte 24 de sus amigos que fueron asesinados por su trabajo, una constante entre los defensores de los derechos humanos en el país, como la pareja formada por Mario Calderón y Elsa Alvarado, investigadores del Cinep que fueron asesinados el 19 de mayo de 1997 en Bogotá.
Ahora, en su trabajo en la Comisión de la Verdad se ha dedicado a recoger testimonios de víctimas del conflicto. Esto lo ha hecho viajando por los diferentes municipios del país donde la pobreza y la violencia son las principales problemáticas.
En su búsqueda de la verdad ha escuchado los testimonios de víctimas, victimarios, empresarios, políticos, generales y expresidentes que comparecieron ante la Comisión de la Verdad a dar sus testimonios.
El único que no quiso asistir fue Álvaro Uribe (2002-2010), lo que no impidió que De Roux lo escuchara, para lo cual se desplazó hasta la hacienda El Ubérrimo, que el exmandatario tiene en el departamento caribeño de Córdoba, una reunión polémica por el trato que tuvo el expresidente con el sacerdote.
Por su trabajo, De Roux ha recibido condecoraciones como el Premio Nacional de Paz en 2001, la medalla de Caballero de Honor de la Legión Francesa, la Orden del Sol Naciente del Gobierno de Japón y la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica, que le otorgó en 2020 el Gobierno de España como un “referente ético” del país.
Por último, De Roux es autor de varios libros, entre los cuales destaca “La audacia de la paz imperfecta”, un ensayo sobre la reconciliación escrito tras la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
Con información de la Agencia EFE*
SEGUIR LEYENDO: