Adulteraban licor, comida y medicinas en una bodega en Bogotá

Las autoridades se encuentran adelantando una investigación que ayude a esclarecer quiénes compraban estos productos y el lugar de destino donde eran comercializados

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Foto: Policía
Foto: Policía

Autoridades de Bogotá descubrieron, en medio de un operativo nocturno, un espacio en el barrio Britalia en el que delincuentes se encargaban de adulterar bebidas como cerveza, agua, gaseosa y leche. En aquel sector de la localidad de Kennedy, además de encontrar productos alimenticios, los uniformados descubrieron medicamentos falsificados. En aquella bodega cambiaban las fechas originales de vencimiento de aquellos insumos para, posteriormente, lanzarlos al mercado. Este entramado criminal ponía en riesgo la salud pública de la población. Una persona resultó capturada de estos hechos.

“Se captura una persona por el delito de corrupción de alimentos. Esta persona tenía en su poder en una bodega elementos de alimentos y de medicina. Entre esas medicinas se encontraron gotas para los ojos, vitaminas para niños, medicamentos vencidos y con una máquina le cambiaban la fecha de vencimiento”, indicó el comandante de la estación de Policía de la localidad. Para el momento, las autoridades se encuentran adelantando una investigación que ayude a esclarecer quiénes compraban estos productos y el lugar destino en el que eran comercializados. El propósito de la Policía es retirar estas peligrosas sustancias. Todos los objetos decomisados fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación.

En días pasados, de hecho, el ente acusador logró detener las labores de una red criminal que pretendía comercializar licor falso bajo el contexto de las festividades de San Juan y San Pedro en Tolima, Huila, Cundinamarca y otros departamentos. Fueron, en total, seis diligencias de registro y allanamiento.

Esto permitió la captura de cuatro personas que, de acuerdo con las autoridades, estarían involucradas en labores respectivas a la alteración, preparación artesanal y comercialización de mezclas que aparentaban ser whisky, vodka, champaña, aperitivos y aguardiente. La gestión de estas diligencias estuvo en manos de funcionarios del CTI, el Gaula Militar, personal del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y peritos especializados.

Estas labores se adelantaron en Ibagué, en el Tolima. Se incautó más de una tonelada de insumos sólidos como botellas, tapas, sellos, dosificadores, anillos y etiquetas. Las sustancias ya se encontraban terminadas y listas para su venta al público. además de producto terminado que estaba en cajas y listo para ser distribuido. Los cuatro detenidos, de acuerdo con la decisión de una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, fueron imputados por los delitos de: usurpación de derechos de propiedad industrial; ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico; corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico; y concierto para delinquir. Los cargos no fueron aceptados por los capturados.

El pasado mes de abril, una situación similar se vivió en Bello, Antioquia, cuando un grupo investigativo integrado por miembros de la Fiscalía General de la Nación, Gobernación de Antioquia y Policía Nacional, hallaron un depósito ilegal en el que se almacenaban bebidas alcohólicas adulteradas. “Es este mismo procedimiento fue privada de la libertad una persona como presunto responsable de la tenencia y comercialización de este ilícito”, indicó William Antonio Grisales Ossa, coordinador del grupo operativo de la Subsecretaría de Ingresos de Antioquia. Se incautaron 461 unidades de licor irregular que estaba empacado en bolsas doy pack, botellas de vidrio y plástico.

El uniformado recalcó la vigilancia constante y liderada por las autoridades, sin embargo, comentó que los ciudadanos también pueden denunciar actividades ilícitas de contrabando o falsificación a través de la línea telefónica 123.

Antes de comprar alcohol, recomiendan las autoridades, es necesario asegurarse de adquirir sus licores en establecimientos reconocidos y de confianza; desconfiar de los lugares donde las bebidas alcohólicas se venden a precios muy bajos, respecto a los demás proveedores del mercado; y comparar la calidad del producto que se está adquiriendo con la de otros establecimientos.

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