285 municipios están libres de sospecha de contaminación por minas antipersona

Del total de víctimas por minas, el 60 % pertenece a las Fuerzas Militares en cumplimiento de su mandato constitucional

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TOLEMAIDA. Junio 3
Foto referencia: TOLEMAIDA. Junio 3 de 2022. 11 ingenieros militares viajarán a Europa para asesorar en desminado operacional a los militares ucranianos que combaten contra Rusia. (Colprensa - Camila Díaz)

Culminó la primera fase del Programa de Desminado Humanitario que se venía desarrollando en el país desde hace cinco años. Un total de cinco mil hombres de la fuerza pública se capacitaron en desminado humanitario gracias a la cooperación triangular suscrita por el Gobierno de Colombia con Japón y el Reino de Camboya.

En siete cursos de entrenamiento en desminado humanitario se formaron 5 mil hombres y mujeres de la fuerza pública y profundizaron conocimientos sobre acciones contra minas, desactivación de artefactos explosivos, técnicas de desminado canino, liberación de tierras y sistema de despeje mecánico.

La viceministra para las políticas de Defensa y Seguridad del Ministerio de Defensa, Sandra Alzate, manifestó que gracias a esta cooperación triangular hoy Colombia es un referente mundial como país resiliente y experto en desminado.

Con la culminación de estos cursos se logró que un total de 285 municipios estén libres de sospecha de contaminación por estas minas.

Durante este cierre también se registró la apertura de nuevas conversaciones para formalizar una segunda fase de cooperación para que otros 131 municipios, que hoy cuentan con un alto nivel de minas antipersona, también logren salir de este flagelo.

De formalizarse la nueva etapa con Japón, que es uno de los mayores cooperantes de Colombia, se adelantaran reuniones con la oficina del Alto Comisionado para la Paz y la Agencia de Cooperación de Japón – JICA, para incluir los nuevos cursos de capacitación.

Por su parte, el embajador de Japón, Takasugi Masahiro, dijo que las minas son una amenaza para el desarrollo de este país y aseguró que la inversión realizada de 20 millones de dólares no reembolsables han sido para capacitación, equipos y atención a las víctimas.

Finalmente, la viceministra Alzate recordó que del total de víctimas por minas, el 60% han sido integrantes de las Fuerzas Militares en cumplimiento de su mandato constitucional.

Delegación Colombiana en Reino de Camboya

El pasado seis de junio del año en curso, una delegación de cinco oficiales y cinco suboficiales de la Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional, estuvieron en el Reino de Camboya, donde se capacitaron en procedimientos y técnicas de esa especialidad.

De igual manera, los militares hicieron parte de un intercambio de experiencias adquiridas por Colombia a lo largo de más de 16 años, en los cuales, esta especialidad ha sido implementada para la seguridad y el bienestar de los colombianos.

Los 10 uniformados, fueron seleccionados por el mando institucional gracias a sus capacidades, conocimientos, trayectoria y perfil, que los destaca entre más de 4600 hombres y mujeres que hacen parte de la Brigada de Desminado Humanitario, desplegados a lo largo y ancho de la geografía nacional.

Los elegidos, entre los que se encuentra una mujer, hacen parte de unidades que realizan sus labores de descontaminación de minas, artefactos explosivos y municiones sin explotar en departamentos como Caquetá, Tolima, Santander, Huila, Cauca, Caldas, Putumayo, Antioquia y los Llanos Orientales.

Los desminadores colombianos, estuvieron durante tres semanas en Camboya, compartiendo y entrenándose con instructores internacionales en operaciones de desminado humanitario, lo que sin dudas, contribuyó a mejorar los procedimientos que actualmente se implementan en las labores que realizan en el territorio colombiano.

Desde 2015 a la fecha, la Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional, ha destruido 6794 artefactos explosivos y ha logrado descontaminar 285 municipios en Colombia, y sus labores continúan en la actualidad con el fin de avanzar en la recuperación de campos y veredas para que vuelvan a ser productivos sin la amenaza o sospecha de la presencia de artefactos que puedan poner en riesgo la vida de los campesinos que allí habitan y labran la tierra.

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