De acuerdo con Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el cultivo de la mata de coca en el mundo se ha estabilizado, mientras la marihuana creció como la sustancia más producida en el mundo y el opio cayó. Sin embargo, la primera sustancia se produce en regiones muy específicas, que se concentran principalmente en el noroccidente latinoamericano, con Colombia a la cabeza, seguido por Perú y Bolivia (este último donde es legal su producción).
En el informe publicado este 27 de junio, se detalla que el cultivo de hoja de coca se ha mantenido estable desde 2020 con 243.000 hectáreas, cuando se registró un 5 % menos que el registrado en 2017 y 2018, principalmente del resultado de los niveles decrecientes que se han presentado en Colombia (7,1 % menos en ese año), aunque en Bolivia y Perú se ha incrementado.
Si bien se han reducido las áreas cultivadas, en Colombia estas se concentran en lugares muy específicos de alta producción, donde además se han establecido sofisticados sistemas de fabricación de cocaína que han resultado en laboratorios de alta eficiencia, según la Oficina. Eso ha resultado en un incremento de la producción de la sustancia psicoactiva derivada de la hoja de coca, que alcanzó un récord de 1.982 toneladas en 2020, 11 % más que el año anterior.
Colombia es el país con la mayor área cultivada de coca en el mundo, pese a los esfuerzos de erradicación. Tiene en sus tierras el 61 % del total del mundo, de acuerdo con el informe, que representa 143.000 hectáreas y los departamentos más densos son Antioquia, Córdoba y Bolívar donde se ha registrado una concentración del cultivo así como la región del Catatumbo, junto con Meta y Guaviare donde las cifras de decrecimiento fueron inferiores al resto nacional.
“El 87 % del área cultivada de arbustos de coca han estado bajo cultivo durante los últimos 10 años y estos ‘puntos calientes’ se han consolidado, a menudo junto con laboratorios de cocaína. En estos puntos calientes, practicas agrícolas y métodos de procesamiento mejorados ahora producen más hojas, alcaloide y más cocaína por hectárea”, sostiene el documento.
En el 2020, según el informe de UNODC, las áreas cultivadas de hoja de coca decrecieron un 9 %, pero a su vez, la producción potencial de cocaína se incrementó en un 8 % y alcanzó 1.228 toneladas. Una situación atribuida a la mejor eficiencia de los laboratorios, como a las prácticas de cultivo que han hecho que ahora una hectárea de coca produzca 6.4 toneladas de hoja fresca, sobre los 5.8 que se registraban en 2019. Así mismo, la cantidad de clorhidrato de cocaína obtenido de esas hojas ha aumento por hectárea en un 18 % y ahora se consiguen casi 8 kilogramos.
El informe reitera que, aunque en un inicio el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícito, generó un incremento de las áreas para acceder a los programas alternativos, este fenómeno se redujo rápidamente y ha mostrado efectos duraderos en el tiempo para las zonas intervenidas, contrario a las que son erradicadas forzosamente que presentan mayores índices de incremento de cultivos que las primeras.
“El análisis comparativo de tendencias entre áreas erradicadas y no erradicadas entre estas áreas seleccionadas ha demostrado que la erradicación forzosa puede tener una ganancia inmediata en términos de reducción de la densidad del cultivo de arbusto de coca, pero esta ganancia parece efímera e insostenible. A lo largo de los años, el beneficio de la erradicación forzosa continúa disminuyendo hasta que desaparece en 2025″, señala el informe tras un estudio para medir el impacto de áreas similares en densidad y condiciones socioeconómicas.
“La erradicación voluntaria junto con la asistencia para el desarrollo alternativo muestra un impacto más prometedor ya que el beneficio de la erradicación voluntaria en términos de densidad reducida a lo largo del tiempo parece más duradero si el desarrollo La asistencia brinda un paquete completo de intervenciones y condiciones”, concluye el estudio.
La cocaína que se distribuye en la mayor parte del mundo sale de Colombia. La mayoría salió del país por la costa Pacífica hacia América Central o México y terminó en Estados Unidos, mientras que otros envíos en contendores por el Atlántico llegaron a puertos en Europa. El país es el más frecuente emisor de envíos de cocaína identificado por las autoridades de los países miembros de la ONU, 74 % en Norteamérica y 48 % en Europa.
La marihuana, según detalla el informe, se ha identificado su cultivo principalmente distribuido en los países donde se consume. Así mismo, tiene una menor incautación debido a que varios países han legalizado su uso medicinal y recreativo, como en lo Estados Unidos, que a su vez ha registrado aumentos en las cifras de consumo entre personas adultas en ese país.
En cuanto a Colombia, según las cifras del 2020, alcanzó una producción de más de 500 toneladas ubicándose detrás de India, que lidera el listado, seguido de Estados Unidos y Brasil. Para Suramérica, es el país más mencionado como originario y tránsito del cannabis entre 2016 y 2020.
Para el sector de los opiáceos, Colombia y México son las principales rutas hacia los Estados Unidos, sin embargo, en términos de incautaciones, ambos países representan apenas un 5 % del comercio mundial de ese tipo de sustancias que se concentra principalmente en Asia y Europa.
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