Desde hace algún tiempo se han venido denunciando las mafias que usan a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad para exponerlos a trabajos forzados en las calles de algunas ciudades. En Cartagena, tras un seguimiento a estas bandas, el Grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana capturó a cinco personas, cuatro de nacionalidad venezolana y una colombiana, por el delito de explotación de menores de edad.
“Eran tres mujeres y dos hombres quienes inducían a los menores de edad a la mendicidad. Gracias al trabajo de la Policía de Infancia y Adolescencia ocho niños fueron recuperados”, anotó el brigadier general Nicolás Zapata, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena.
De acuerdo con la investigación, los capturados obligaban a menores de entre los 11 y los 12 años a pedir dinero en el Centro Histórico de la ciudad durante largas jornadas. Pese a que la situación es preocupante y sigue creando alertas, las autoridades encargadas dieron a conocer que en estos primero 6 meses del año se ha logrado una reducción significativa.
“La cifra, en comparación con 2021, evidencia una reducción del 84 % donde se rescataron 146 niños y adolescentes. Es de precisar que los niños y niñas rescatados fueron dejados en protección de la Comisaría Familia Permanente para el restablecimiento de sus derechos mediante la Ley 1098 de 2006 Código de la Infancia y la Adolescencia”, señaló la Policía.
Los implicados en los hechos fueron dejados a disposición de la Fiscalía General de la Nación y tendrán que afrontar cargos por explotación infantil que tiene como pena el cumplimiento de 3 a 7 años de prisión, según la ley colombiana.
Así funciona el tráfico de menores
En el programa Séptimo día, del canal Caracol, un sujeto habló con los periodistas y les comenta que el alquiler de niños en Colombia es “un negocio” muy rentable. Además, les comenta la forma como funciona el procedimiento del que son víctimas los menores de edad, pues son drogados y tienen que estar extensas jornadas con desconocidos.
“Los niños, en su mayoría, son venezolanos. A los niños venezolanos los sueltan más fácil porque sus familias necesitan más plata, miramos qué tan pequeño o grande esté el niño, si el niño es muy grande no funciona, sirven los niños pequeños, los mejores son los recién nacidos”, contó al programa un miembro de una de las bandas que reside en Bucaramanga.
Y agregó: “Para controlar que lloren muchas veces los drogamos con goticas, bazuco, para que se queden quieticos. Les damos el bazuco por la boca, se los damos en una prenda de ropa y que ellos lo huelan, al principio lloran y luego se relajan. También les damos hongos en la bebida”.
En el caso de los niños más grandes, son incluso agredidos para que se vean tristes y generen lastima a las personas a las que les van a mendigar; por niño, diariamente, pueden recoger entre 300.000 y 400.000 pesos. “Un niño así que no se vea muy bonito tratamos de arreglarlo para que se vea sucio, le hurgamos los ojos con los dedos para que llore, tratamos de mantenerlos en una condición que genere lástima”, indicó.
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