¿Por qué ganó Gustavo Petro?

Ocho acontecimientos que llevaron a Gustavo Petro y a las izquierdas a la presidencia Colombia

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Gustavo Pero y Francia Márquez, en el Movistar Arena, luego de haber sido elegidos en las urnas, el 19 de junio de 2022,  como el presidente y la vicepresidenta de Colombia.  (AP Photo/Fernando Vergara)
Gustavo Pero y Francia Márquez, en el Movistar Arena, luego de haber sido elegidos en las urnas, el 19 de junio de 2022, como el presidente y la vicepresidenta de Colombia. (AP Photo/Fernando Vergara)

Voy a enumerar los ocho acontecimientos que llevaron a Gustavo Petro y a las izquierdas a la presidencia de la república:

El acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC abrió las puertas para que la sociedad colombiana pudiera votar con tranquilidad por una opción de cambio. Las derechas, con suprema habilidad, asociaban las izquierdas a las guerrillas y a la violencia, alimentaban el miedo elección tras elección. No les importaba que los líderes de esta corriente hubiesen tomado distancia de la guerra y se hubieran comprometido radicalmente con la democracia. El argumento tramposo perdió fuerza al sellarse el acuerdo con la guerrilla más vieja y poderosa del país.

El voto de opinión, especialmente en el entorno urbano, empezó a crecer en el siglo XXI y primero les dio algunas alcaldías importantes a las fuerzas alternativas y luego se convirtió en el factor decisivo en las presidenciales. Así fue como Petro ganó en esta oportunidad por un margen importante en Bogotá, Cali, Barranquilla, Cartagena y otras ciudades. Uribe vio con claridad el fenómeno y por eso alentó una coalición entre exalcaldes, pero la maniobra no le alcanzó para derrotar a la izquierda.

La Pandemia del covid-19 tuvo a Colombia en vilo por más de dos años, agravó todos los males estructurales del país y dejó una estela de muerte, hambre, pobreza y desempleo que hizo saltar “lo social” al primer lugar en la agenda de los colombianos y, cuando no es la seguridad la principal preocupación, las derechas pierden atractivo.

De la mano de la pandemia llegó el estallido social de abril de 2021. Siete millones de colombianos salieron a las calles en seiscientos municipios en la mayor demostración de inconformidad en la historia nacional. El gobierno de Iván Duque respondió con la militarización del país y enfrentó por igual a las manifestaciones pacíficas y los hechos de vandalismo con un saldo de 89 muertos y más de mil heridos, la mayoría de ellos jóvenes. En cambio, las izquierdas se solidarizaron con la movilización y la protesta.

Volvió la ola de gobiernos de izquierda en América Latina y los Demócratas derrotaron a Donald Trump en Estados Unidos. También es probable que Lula y el Partido de los Trabajadores regresen al poder en Brasil, el gigante de la región.

Esta vez la ola alcanzó a llegar nuestro país, tan ajeno a lo que ocurría en el continente a lo largo del siglo XX. Incluso se presentó la inusual situación en la que al Uribismo le dio por inmiscuirse en las elecciones de Estados Unidos apoyando a Trump, propiciando un acercamiento de Biden a la izquierda colombiana.

El efecto Francia Márquez. Por más que hablamos del aporte de esta mujer negra, feminista, ambientalista, carismática, inteligente y combativa, a la campaña de Gustavo Petro, aún no logramos descifrar su enorme contribución. Hay un hecho puramente simbólico: los más de setecientos mil votos de ventaja que le sacó Petro a Hernández en segunda vuelta, son los mismos que obtuvo Francia en la consulta del Pacto Histórico; pero hay realidades indiscutibles, como el enorme jalón que le pegó al voto de las mujeres y a los votos de la costa pacífica.

Los malos candidatos de la derecha y las cualidades de Petro. La verdad sea dicha, tanto Federico Gutiérrez —quien a lo largo de la campaña de primera vuelta fungió como candidato de esta corriente política— como Rodolfo Hernández que —con su salto a segunda vuelta y la amenaza cierta de que podía derrotar a Petro— reunió a su alrededor a todas las fuerzas de la derecha, eran candidatos sin mayores conocimientos sobre el país, con grandes limitaciones en los debates, sin trayectoria política nacional. Lo único que tenían a su favor era el miedo de una parte del país a la izquierda y a Petro. En cambio, el candidato de la izquierda demostraba en cada intervención, en cada entrevista, un conocimiento profundo de la realidad nacional y una especial destreza en el debate.

Y una última y potente razón. Álvaro Uribe y el uribismo entraron en un declive irreversible acosados por graves procesos judiciales y por el fantasma de las 6.402 ejecuciones extrajudiciales de personas inermes documentadas por la JEP. Así se produjo esta gran ironía: Uribe acusaba a Santos de entregarle el país a la izquierda y es un gobierno del uribismo, con su pésima gestión, el que le abre las puertas de la victoria del primer presidente de izquierda en Colombia.

*León Valencia Agudelo es analista político experto en temas relacionados con el conflicto armado en Colombia. Director de la Fundación Paz & Reconciliación. Columnista de opinión en las revistas Semana, Diners y Credencial, y en los diarios El Tiempo y El Colombiano. Escritor de textos de políticos como: ‘Adiós a la política, bienvenida la guerra’ (2002) y ‘Miserias de la guerra, esperanza de la paz’. Recientemente presentó la segunda edición del libro ‘Mis años de guerra’, que relata sus experiencias como militante del ELN.

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