Colombia es un país de músicas y ritmos tan diversos como su geografía y sus gentes, de extremo a extremo abundan sonoridades que han acompañado a los colombianos en todo tipo de fiestas o reuniones, en las que los cuerpos se abandonan –muchas veces– al baile.
Uno de estos ritmos, tal vez el más importante y fundamental y que ha ayudado a configurar una idea de lo colombiano desde el patrimonio musical, es el vallenato.
Ese ritmo en el que los aires del Caribe se cuelan en los fuelles del acordeón –que llegó a La Guajira gracias a los inmigrantes alemanes a finales del siglo XIX– para crear armonías que son acompañadas por la caja vallenata –un pequeño tambor cónico de orígenes afro– que marca el tiempo junto a la guaracharaca –de origen indígena–.
Pero el vallenato, además de la música es la historia del Caribe –ese que se cuenta solo– y de sus habitantes, con sus mitologías y cosmovisiones –bien conocida es la leyenda de Francisco el Hombre, que se enfrentó al diablo en un duelo de acordeón–, así como de sus amores y desamores.
El mismo Gabriel García Márquez, natural de Aracataca en el caribe colombiano, ponderaba la belleza y capacidad emotiva y narrativa del vallenato.
Esto escribió en 1984: “en Colombia existe un género de música que se llama vallenato, oriundo de la región que lleva ese nombre. Es más o menos de la estirpe del son y del merengue dominicano. Originalmente, hace muchos años, fue una canción de gesta, es decir, cantaba un acontecimiento real. Los autores de vallenatos pasaban por un pueblo, conocían un acontecimiento y lo divulgaban cantando por toda la región. Después, con el tiempo, se popularizó y ya hay una producción comercial, paralela a la producción natural. El hecho de que sean canciones que cuentan hechos reales me dio la idea de Cien años de soledad”.
Para conocer más de cerca la historia de este género musical, que fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2015, el próximo 21 de julio llega a las salas de cine colombianas: Leyenda Viva, el alma del pueblo, un documental que, de la mano de algunos de los compositores fundamentales del género, recorre la historia de la música de los juglares vallenatos.
El documental, dirigido por Martín Nova, que en 2015 fue el promotor y productor ejecutivo de Colombia Magia Salvaje, es un homenaje a aquellos que han fusionado la palabra con la poesía para cantarle al amor, a la tierra, a la vida y al día a día.
“Los colombianos aunque nos sepamos las canciones de memoria, no conocemos el vallenato. En este proyecto queremos mostrarle a Colombia qué es el vallenato y quiénes son los hacedores de la música vallenata más allá del intérprete, conocer realmente de dónde viene nuestra música, patrimonio de la humanidad, y sus orígenes”, dijo Nova, según lo citan en Semana.
Sobre el documental, en el que también participa, Carlos Vives –tal vez el responsable de popularizarlo a nivel mundial en los noventa y los primeros años del siglo XXI– dice: “Leyenda Viva trae los recuerdos de caminos, lugares, historias y las voces de los hombres y mujeres que forjaron la leyenda de la música vallenata”.
Para Nova: “el interés surge de ver la fuerza, la potencia de la música vallenata hoy en nuestro país, pero que al mismo tiempo es algo que no se había hecho antes. Contar la historia del vallenato, de una manera ambiciosa en su contenido, llegando al alma de los compositores y hacedores del vallenato, que es hoy la música más potente de Colombia”.
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