Este jueves 23 de junio tuvo lugar una cabalgata de cinco kilómetros de recorrido en el marco de la edición 65 de la Feria de Tuluá (Valle del Cauca), una fiesta que fue suspendida durante dos años por cuenta de la pandemia por covid-19. No obstante, este evento dejó el saldo lamentable de un caballo muerto y quince heridos, además de incidentes con personas en estado de embriaguez.
Al evento fueron llevados aproximadamente 3.000 equinos y fue vigilado por la Policía de Carabineros y la Policía Ambiental, así como por un equipo de veedores, encabezados por la diputada Catherine Morales Buitrago e integrados por el Movimiento Animalista del Valle, gestores de convivencia y ciudadanos voluntarios.
La funcionaria reportó, entre otras cosas, que la cabalgata no cumplió con los horarios establecidos.
“La cabalgata no termina a las once de la noche: termina pasadas las dos de la mañana, y aún después seguían deambulando equinos por las calles de la ciudad”, denunció la funcionaria.
Durante la observación que hicieron los veedores, hallaron que siete caballos previamente heridos fueron llevados al punto de partida, con la intención de que participaran en la cabalgata pese a sus lesiones. Quince equinos más resultaron lesionados durante el evento, dos de los cuales no podían caminar más.
Asimismo, dos yeguas fueron llevadas al recorrido en estado de gestación. Una de ellas fue vista a tiempo y se evitó su salida, pero la otra fue sorprendida a medio camino.
También hubo actos de irresponsabilidad: los veedores dieron cuenta de tres reportes sobre uso de látigo, quince jinetes menores de 14 años, un adulto sobre un poni y cinco más que cayeron de los caballos en aparente estado de embriaguez. Por el alcohol también se presentó una riña entre dos asistentes.
Pero lo más grave de la noche fueron los cuatro caballos que colapsaron durante el recorrido: dos de ellos cayeron al suelo por deshidratación, otro chocó contra una camioneta y un equino más sufrió un infarto. Este ejemplar murió a las once de la noche, pese a los esfuerzos del equipo veterinario por atenderlo y salvar su vida.
La diputada Morales invitó a las administraciones municipales para que se replanteen la organización de este tipo de eventos con animales, que ya fueron cancelados en ciudades como Cali tras fuertes discusiones sobre el maltrato animal y el abuso del alcohol.
“Tenemos que relacionarnos de manera distinta con los demás animales. Son seres sintientes, sujetos de derecho. No puede ser que este tipo de eventos continúen. Vamos a seguir trabajando por la regulación muy restrictiva de estas cabalgatas hasta que logremos su abolición”, dijo la funcionaria.
No obstante, hay sectores de la sociedad que se resisten a que se cancelen las cabalgatas de esta feria patronal. Una de las personas que insisten en estos eventos es el famoso exfutbolista Faustino Asprilla, oriundo y residente de ese municipio, quien es coleccionista de caballos de paso fino y aparece en la publicidad de la Alcaldía de Tuluá que promovía este evento.
Ante el informativo regional Telepacífico Noticias, el Tino afirmó que al incidente del infarto se le está dando más importancia de la que merece. Según él, los caballos se pueden infartar en la finca o en cualquier parte y puede deberse a la edad del equino.
“De resto, la cabalgata fue un éxito: la gente se comportó bien, y las cabalgatas en Colombia tienen que seguir porque es una forma de darle empleo a muchísima gente: usted no tiene idea de cuántas personas trabajaron ayer en esa cabalgata y eso mueve muy bien la economía de las ciudades, así que sigo insistiendo en que una cabalgata bien realizada, con todo el cuidado que se requiere, no hay ningún problema, se puede hacer en cualquier ciudad de Colombia”, aseguró el exfutbolista.
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