Según la Cámara Fedemol, quien velan por los intereses de la industria de molinería del trigo en Colombia, afirma que, por la “casi inexistente producción nacional de trigo que representa el 0,3%”, se debe importar más del 90% vía marítima de Canadá y Estados Unidos, lo que hace que la producción de varios productos sufran un incremento por cuenta de los costos de importación y el precio del dólar, además de la situación que vive Ucrania con Rusia.
Uno de esos productos que podría sufrir un posible incremento es el pan, que podría llegar a $1.000 por unidad; por ejemplo, Henry Vanegas, gerente general de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya, dijo a Bloomberg Líneas que “de acá a final de año no tendremos pan de $700. Llegamos a los mil pesos″.
Además de lo anterior, el alza de los insumos de la producción del trigo, como los fertilizantes ha afectado el precio a los productores de cereales, según el análisis del gremio, quien también afirma que el país consume alrededor de 25 logramos al año por persona de pan.
“Normalmente el costo de la fertilización en el caso del maíz, que es uno de los (cereales) más sembrados, está en 1 millón de pesos, hoy está en $3′000.000”, afirmó Vanegas para Líneas.
La producción de trigo en Colombia fue la mejor en la década de los noventas, en ese entonces el país llegó a producir cerca de 760.000 hectáreas, pero en la actualidad se habla de 400.000.
En palabras de Vanegas, después de la apertura económica de los novena, a manos del gobierno de César Gaviria, no hubo políticas que estimularan la producción nacional de materias primas ni alimentos, al igual que la casi nula exportación de productos, por lo que los puertos colombianos se encontraron llenos de mercancía importada, pero rara vez para exportar.
“La industria sustituyó el sorgo en la industria de balanceados y empezaron a utilizar maíz a partir de la apertura. Se abandonó la materia prima del sorgo, que la misma industria había traído en la década del 60, y quedamos dependiendo solamente de maíz, eso hace que hoy en día el 80% del maíz que se consuma en el país sea importado”, dijo Vanegas para Bloomberg.
“Nosotros éramos autosuficientes del maíz hasta el 91, pero se empezó a estimular fue la importación. Estamos beneficiando a los productores de otras latitudes y no al productor local”, dijo el líder gremial.
Para Vanegas, es imperante revisar los tratados de libre comercio con otros países (TLC), como Estados Unidos, y mirar políticas que incentiven la producción nacional.
“Sin necesidad de cerrarnos debemos tener opciones de producción competitiva, crédito mucho más barato, más asequible y con mayor cobertura. Y que exista por parte del Gobierno una infraestructura de secamiento y de almacenamiento para lograr los básicos agroalimenticios porque todo eso desapareció”, resaltó Vanegas para Bloomberg.
Para el líder gremial, el error de los gobiernos ha sido que los altos precios de insumos y materia prima iban a caer, al igual que están subiendo:
“Hay que volver a tener la infraestructura de postcosecha, para secar y almacenar, y luego los molinos, que ya hoy están en desuso y en obsolescencia. Entonces el problema es que el Gobierno y la industria creyeron que esto era temporal, de ‘todo lo que sube baja’, dicen muchos de los conocedores del mercado, pero resulta que llevamos dos años y no baja”, dijo.
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