Este miércoles 22 de junio, la Defensoría del Pueblo de Colombia evidenció cambios significativos en las dinámicas migratorias que se presentan en la zona del Urabá-Darién, señalando que la mayoría de los migrantes que buscan atravesar la frontera con Panamá provienen de Venezuela, a diferencia del año anterior, cuando la población migrante era mayoritariamente haitiana.
La entidad, que adelanta un recorrido por el municipio de Necoclí, Antioquia, con el propósito de verificar la situación de derechos humanos, señaló que la mayoría de los ciudadanos extranjeros que transitan por esta región al noroccidente de Colombia, en su travesía por alcanzar la frontera sur de los Estados Unidos, no cuentan con recursos suficientes para continuar su viaje, razón por la cual permanecen algún tiempo en estas localidades desarrollando actividades informales.
Durante su recorrido, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, “advirtió que le preocupan dos circunstancias particulares. La primera es que tenemos reportes que muchos migrantes siguen recurriendo a transportadores informales para hacer su recorrido por rutas irregulares y sin el control de las autoridades, colocando en riesgo la vida, seguridad e integridad, como ha quedado evidenciado en varios naufragios recientes”, señaló la entidad.
Asimismo, el funcionario señaló que la segunda circunstancia que devenga mayor preocupación en esta localidad, ubicada en el Pacífico colombiano, es el número de menores de edad no acompañados que se integran a las caravanas de migrantes provenientes de diferentes países del África y el Caribe con su propósito de superar la frontera con Panamá para continuar su travesía al norte del continente.
El defensor “reiteró su llamado a las autoridades de Colombia y de los demás países por donde se da este tránsito de menores de edad no acompañados para que adopten las medidas de protección necesarias a fin de evitar que esta población, que goza de especial protección del Estado, caiga en manos de redes criminales que los utilicen para actividades ilícitas como la trata, tráfico y explotación sexual, mendicidad, tráfico de estupefacientes, entre otras”.
A su vez, la Defensoría evidenció el incremento en el número de familias migrantes que buscan atravesar el Tapón del Darién, frontera natural entre Colombia y Panamá, los cuales están acompañados de menores de edad que, según datos registrados por la entidad, superan los 4.700 al año, de los 19.000 migrantes que atraviesan la frontera con su objetivo de alcanzar una vida más digna.
Por tal razón, la entidad adelanta una nueva revisión de la situación de los niños migrantes no acompañados, con quienes la Defensoría ha venido trabajando con el propósito de enfrentar las vulneraciones de las cuales son víctimas y representan una de los casos más complejos para las instituciones del Estado.
“En el año anterior, según el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) se presentó el cruce fronterizo de al menos 134.000 personas, de las que predominaba la presencia de grupos haitianos, la mayoría hombres, y unos 29.000 niños, niñas y adolescentes”, concluyó la Defensoría.
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