Las audiencias de reconocimiento de los excomandantes de las Farc este martes 21 de junio dejaron varios momentos que han suscitado múltiples reacciones. Uno de los que, quizá, llamó más la atención, fue en el que Milton de Jesús Toncel Redondo, más conocido por su seudónimo Joaquín Gómez, que fue uno de los cabecillas de la extinta guerrilla, hizo polémicas declaraciones sobre quienes fueron sus víctimas hace años.
En una de sus intervenciones, el excomandante del que hasta hace cinco años era uno de los grupos subversivos más temibles del país, dijo que los secuestrados tenían algunos ‘beneficios’, como poder fritar carne cuando quisieran, entre otros. Ingrid Betancourt, que estuvo por más de seis años en cautiverio, fue una de las víctimas con las que se ejemplificó.
“En el caso de Ingrid y Clara -Rojas-, y ellas pueden desmentirme, si uno llegaba a su campamento y no las conocía tampoco sabía que eran secuestradas, ellas estaban ahí y cuando les provocaba fritaban carne (...) estaban libres”, señaló Joaquín Gómez en su declaración ante la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).
Es más, reconoció que la hoy excandidata presidencial le contó que había intentando escaparse del cautiverio al que la tenían sometida. Y, al preguntarle a Betancourt si eran ciertas sus afirmaciones, una de las magistradas de la JEP lo regañó y le recordó que, en medio de la audiencia, solo debía hablarle a los togados y no al público.
Luego de que las declaraciones del exjefe de las Farc causaran sinsabor en la Biblioteca Virgilio Barco, donde se celebró la audiencia, Ingrid Betancourt reaccionó y desestimó los polémicos dichos de Gómez y aseguró que esas afirmaciones revictimizaban a quienes vivieron el flagelo de la guerra.
“Es inexacto tratar de pintar esto -el secuestro- como si fuera algo idílico. Esos comentarios nos hacen daño. Nosotros no íbamos a la rancha y no había carne. Nunca la hubo. Lo que sí hubo, perdón los detalles, habían dos gallinas y nosotros olíamos el olor de huevo frito por las mañanas. Eso nunca fue para nosotros. Eso era para los comandantes y su gente gente. A nosotros no nos trataban igual”, aseveró Betancourt, hoy dirigente del partido político Verde Oxígeno.
Joaquín Gómez también dijo que la guerrilla de la que hizo parte jamás quiso secuestrar a Ingrid Betancourt de manera intencional. Sin embargo, esas afirmaciones también causaron que la también excongresista lo cuestionara y le recordara que los mismos militantes de las Farc le revelaron que sí querían subyugarla al cautiverio.
“Yo supe en el momento en que me secuestraron hablando con la guerrillerada que me secuestró, eran un grupo de 10, yo les pregunté: ustedes ¿cómo supieron que yo iba a pasar por la carretera y me dijeron, a nosotros nos advirtieron del aeropuerto, ellos venían por mí, ellos sabían que yo cogía esa carretera antes de que yo pasara pasaron muchos carros, había un operativo de seguridad, o eso me dijo a mí el gobierno que esa es la otra mentira, que me dijeron que a mí me hubieran advertido, si lo hubieran hecho yo no iba a correr riesgos”, indicó Betancourt durante una de sus intervenciones.
Además, la hoy aliada política del excandidato presidencial Rodolfo Hernández, dijo que las palabras de sus exsecuestradores eran “dagas en el corazón, no son simplemente comentarios o narrativas neutras”.
Este suceso ocurrió en el marco del reconocimiento oficial del primer crimen y caso que sigue la JEP con el objetivo de determinar los hechos más graves del conflicto armado colombiano cometidos, principalmente, por los miembros de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hasta la firma del Acuerdo de Paz.
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