Un primer grupo de víctimas de secuestro por parte de la extinta guerrilla de las Farc, quienes fueron privados de la libertad para forzar intercambios por guerrilleros presos, comparecieron durante la primera parte del primer día de la audiencia de reconocimiento en el Caso 01 por parte de los exintegrantes del secretariado de la organización subversiva.
Las víctimas acreditadas participarán para confrontar las versiones de reconocimiento de los siete máximos responsables de la guerrilla, quienes aceptarán la comisión de crímenes de lesa humanidad y de guerra. Los que sufrieron esos flagelos podrán exigir sus demandas de verdad y realizar observaciones a lo que ocurra en el desarrollo del proceso.
Según la magistrada Julieta Lemaitre quien dirige la audiencia, en el 2001 el Secretariado de las Farc estableció como política el secuestro de políticos, para forzar intercambios por guerrilleros presos, ante la negativa del Estado a realizar los canjes con militares y policías. En ese proceso, terminaron siendo víctimas varios civiles que afrontaron privaciones de la libertad hasta por ocho años.
El primero en tomar la palabra fue el congresista, actual representante a la Cámara, Óscar Tulio Lizcano, quien fue víctima de secuestro en Riosucio, Caldas, desde el 5 de agosto del 2000, hasta el 26 de octubre de 2008, cuando se fugó.
“Saludo a mis victimarios que, en un don gratuito que otorga individualmente la víctima a los victimarios, perdoné y muchos hemos perdonando. Perdoné porque consideramos o considero que seguir con odios es estar todavía secuestrado mentalmente”, sostuvo.
Lizcano recordó las palabras que le habría expresado el nobel Gabriel García Márquez: “La primera víctima de la violencia es la verdad”. Por eso le pidió a los comparecientes de la extinta guerrilla y a los mandos medios que aporten sus versiones para reconstruir los hechos del conflicto.
Entre ellos, como lo resaltó la magistrada Lemaitre, uno de los crímenes más execrables y del que fueron testigos mientras eran víctimas de secuestro en las selvas colombianas, como fue el reclutamiento de menores y el régimen al que fueron sometidos en las filas armadas.
Lizcano recordó el caso de un niño de 14 años a quien describió que era más pequeño que el fusil que cargaba, “que en su ignorancia me decía camarada y el comandante lo regañaba, que le decían comidita porque se comía el arroz crudo y el aceite, que se trató de escapar y lo degollaron”. Así mismo, otros tres niños, una de ellas a quien le decían ‘Natalia’, quien pedía que la mataran antes de fusilar a su hermano porque no se sentía capaz de soportarlo.
El representante pidió que el nuevo gobierno ayude al diálogo. Así como le pidió a la JEP reforzar la protección de las víctimas porque denunció que “hay alianzas entre paramilitares y algunos disidentes que aún nos siguen amenazando y estamos corriendo graves peligros”.
Otras de las víctimas en participar en esta primera parte fue Orlando Beltrán, exrepresentante a la Cámara por el Huila, quien fue secuestrado con fines de intercambio, en el municipio de Gigante, Huila, desde el 20 de febrero 2002, hasta el 27 de febrero de 2008.
“Las Farc no era otra cosa sino una empresa criminal que le causó un enorme dolor a la sociedad y al país. El rótulo de movimiento político no era cierto, era simplemente el querer de enriquecerse con el narcotráfico, con el secuestro, con la violación, con causar el terror de los más pobres y humildes”, sostuvo.
“Lo mismo que hizo los paramilitares, causarle dolor al pueblo colombiano, a una víctima inocente, lo mismo que hizo el Estado con las desapariciones forzadas, con los falsos positivos, pero en el fondo el dolor es uno solo. Ustedes son genocidas al igual que fue Hitler, una manada de asesinos criminales que merecen el repudio de la sociedad colombiana”, agregó Beltrán.
El exrepresentante solicitó que el reconocimiento de los victimarios sea condicionado a la verdad plena de quiénes estuvieron detrás del delito de secuestro desde la civilidad, así como si se presentó apoyo político o económico por parte de sectores civiles a ese crimen.
“Dónde esta misma empresa criminal se prestaba a cumplir favores de crimen o si no díganme por qué desaparecieron 11 concejales en Rivera Huila”, señaló Beltrán.
Finalmente, participaron Sigifredo López y Gloria Narváez, como sobreviviente y representante de los familiares de los 11 diputados de la Asamblea departamental del Valle quienes fueron secuestrados el 11 de abril de 2001 y después de 5 años y dos meses fueron asesinados 11 de los 12 políticos.
“Colombia no entiende que la JEP es un organismo de justicia diferente a la justicia tradicional, que es transicional de un estado de guerra a la paz, tampoco entiende el papel de la JEP y este proceso ha sido visto como un proceso donde ha reinado la impunidad, donde se acordó en La Habana una serie de privilegios y muchas cosas más”.
López señaló que ha trabajado por el cumplimiento del Acuerdo, lo ha apoyado públicamente, pero considera que requiere ajustes para lograr la reparación real a las víctimas de todos los delitos en el país.
“No basta solamente pedir perdón. ¿De dónde acá, en nombre de la justicia restaurativa estamos borrando de un solo brochazo el componente de la reparación económica para las víctimas? ¿De dónde se está pensando que estos millones de desplazados se les puede hablar de restauración cuando no ha podido retomar el proyecto que le fue truncado por el hecho victimizante?”, señaló
López señaló que la mayoría de las víctimas está viviendo muy mal, como quienes tuvieron que abandonar sus hogares y territorios en medio del desplazamiento que produjo la violencia. “Ustedes no van a alcanzar jamás el perdón social si no contribuyen eficazmente a la reparación de esas víctimas que también merecen vivir sabroso”, dijo.
“Yo perdoné al día siguiente porque no quería seguir siendo secuestrado por el odio, pero si ustedes quieren que esta sociedad los perdone tienen que pensar en la dimensión política del perdón y reparar a las víctimas. No conozco una sola víctima que hayan reparado. Hay que pensar en un ajuste al Acuerdo de Paz que permita realmente la reparación a las víctimas y donde ustedes no pasen de agache a esa reparación”, sostuvo el único sobreviviente de los diputados del Valle secuestrados.
“Digo de una vez, yo renuncio a esa reparación, porque no la estoy pidiendo para mí, la estoy pidiendo para las millones de víctimas que están allá pasándola muy mal mientras ustedes están viviendo sabroso en el Congreso”, señaló López y agregó: “En Colombia ustedes en nombre de la libertad secuestraron, en nombre de la vida asesinaron, llenaron esta patria, al igual que los otros actores, los paramilitares también, al igual que el Estado, esta patria se llenó de sangre”.
López sostuvo que los comparecientes de las Farc mintieron en el caso de los diputados del Valle, porque no se presentó un cruce de disparos para la masacre en la que murieron los 11 secuestrados. Además, que él cuenta con documentos de correos del secretariado que fueron incluso utilizados para lo que llamó un segundo secuestro en su contra por parte del Estado que lo acusó de ser cómplice de la masacre.
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