El rumbo de la política colombiana tomará un cambio importante de dirección gracias a Gustavo Petro, quien se quedó con la presidencia de la República tras haber salido victorioso en las elecciones de segunda vuelta. El candidato de izquierda, quien será el nuevo mandatario del país desde el próximo 7 de agosto, ha puesto en vilo no solo a los opositores de sus ideologías y su plan de gobierno, sino también a aquellas personas que no han podido experimentar lo que es vivir en un gobierno progresista. Esto, teniendo en cuenta que Colombia es uno de los países con más problemáticas sociales y económicas a nivel mundial, la incertidumbre de cómo Petro se acercará a cada uno de ellos es una constante, incluso en los actuales gobernadores departamentales.
Apenas se dio a conocer el nombre del nuevo jefe de estado colombiano, los dirigentes nacionales salieron a expresar su opinión y aclarar de una vez lo que esperan del Gobierno de Gustavo Petro. Este fue el caso de John Rojas, gobernador de Nariño, quien aprovechó para hacerle un pedido expreso al nuevo presidente, enfocado en uno de los problemas que más ha aquejado a todo el territorio nacional, las drogas.
Desde inicios de este año el departamento de Nariño ha visto un incremento preocupante en la plantación de cultivos ilícitos de cocaína especialmente en los resguardos indígenas del pueblo Awá Gran Rosario, Inda Zabaleta, La Turbia, El Cedro, Las Peñas, La Brava, Pilví y La Pintada, ubicados en zona rural de Tumaco. Según Rojas esto representa un peligro para el orden público y la vida de los habitantes de la región. Sumado a eso, la presencia de grupos armados ilegales que buscan obtener control de estas hectáreas de tierra hace que se altere la implementación del Acuerdo de Paz que el gobernador ha intentado forjar durante su dirigencia.
Por esta razón una de las principales recomendaciones que le pidió Rojas al nuevo presidente electo, Gustavo Petro, es que establezca un plan de erradicación de cultivos ilícitos, que no tengan que ver con la implementación del glifosato para su eliminación. Dentro de sus comentarios, el mandatario local afirmó que espera una estrategia de sustitución voluntaria de cultivos donde se puedan producir productos como el café o el limón en vez de la cocaína.
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Esta estrategia ha sido planteada desde años anteriores como opción para dejar atrás el narcotráfico y la producción masiva de drogas a nivel nacional; sin embargo, esta representa una gran inversión económica que, de hecho, ha sido la razón principal por la que el Gobierno de Iván Duque decidió continuar con la eliminación de estos terrenos forzadamente, aunque este plan también ha fomentado la violencia.
Al año 2020, según el Ministerio de Justicia, se encontraban dispersas en todo el territorio colombiano un total de 142,783.97 hectáreas de cocaína. Dos años después, la cifra se ha reducido aunque en un nivel mínimo y esta sustancia sigue siendo el método primario de financiación de los grupos ilegales que se siguen instaurando en diferentes territorios amenazando a la población local.
El nuevo gobierno que iniciará con Gustavo Petro tendrá que acercarse a estas problemáticas con guantes de seda, la eliminación de la cocaína del panorama nacional es quitar de raíz un problema histórico que puede conllevar graves consecuencias si no se enfrenta de manera adecuada.
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