Gustavo Petro se convirtió este domingo 19 de junio en el nuevo presidente de Colombia. El líder de la coalición política Pacto Histórico derrotó en una ajustada votación al candidato por la Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández, y asumirá como mandatario del país el próximo 7 de agosto.
El plan de Gobierno de Petro generó grandes polémicas en el transcurso de la contienda electoral, pues buscará llevar a cabo reformas de fondo en varios rubros del país. Una de las más importantes es un cambio del modelo económico, pasando de uno extractivista, es decir, dependiente del petróleo, a uno productivo, basado en la producción agropecuaria.
Otras propuestas de su mandato están enfocadas en un nuevo sistema de salud pública, preventivo, y que incluye la restricción de las EPS, empresas en su mayoría privadas, encargadas de la prestación de servicios médicos. Además, sugiere un modelo de pensiones basado en cuatro pilares y una transición progresiva hacia las energías renovables.
Como estas hay varias iniciativas que han suscitado debate y, por supuesto, las críticas de sus opositores. Sin embargo, quien reemplazará al presidente Iván Duque en el poder deberá resolver una cuestión aún más relevante: sus apoyos en el Congreso de la República. Sin el respaldo del poder legislativo puede que buena parte de sus proyectos de ley y reformas queden en el olvido.
El Pacto Histórico, la coalición política encabezada por Petro, sentó un precedente muy importante en las elecciones legislativas del pasado 13 de marzo. A falta del escrutinio definitivo, el cual se presentará a mediados de julio, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), esta bancada quedaría con por lo menos 47 congresistas.
Este grupo político tendrá mayor presencia en el Senado, en donde habría logrado 20 curules; mientras que en la Cámara de Representantes, aunque no fue el más votado, sí instalaría alrededor de 27 políticos.
Sobre el papel se antoja una abundante cantidad, pero, ¿el panorama está definido? Cristian Rojas, director de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, asegura en diálogo con Infobae Colombia que ser la bancada más grande “es un logro muy importante para cualquier partido político, pero no significa tener las mayorías”. El trabajo más importante llegará a partir de ahora.
“El Pacto Histórico, por sí solo, está muy lejos de constituir la mayoría. Sería una bancada fuerte, pero no una bancada fuerte desde la tarea que tiene que hacer la bancada oficialista, que es poder tramitar con éxito todos los proyectos de ley del Gobierno. Le falta mucho por sumar”, dijo.
No obstante, Rojas sostiene que, tarde o temprano, el presidente de turno logra sumar mayorías en el Congreso. La gran pregunta es qué sectores podrían adherirse a Petro: “Tendría que contar con el apoyo de la Alianza Verde. Tiene también las curules de las Farc (partido Comunes) a su favor, pero las cuentas no están resueltas. Dependerá de la negociación y habrá partidos y congresistas que estarán dispuestos a dialogar aunque hoy no lo parezca”.
La “oposición permanente” será el partido encabezado por el expresidente Álvaro Uribe, el Centro Democrático, el cual, según sostiene el catedrático, “no hará mayores concesiones” en la rama legislativa durante el gobierno que se avecina. En la previa pareciera que bancadas como Cambio Radical, La U y los conservadores no estarían con Petro (ya que apoyaron a Hernández en la segunda vuelta).
Exprecandidatos presidenciales y líderes dentro de estas bancadas, como Enrique Peñalosa, Dilian Francisca Toro y David Barguil, así como el expresidente Andrés Pastrana, han sido férreos contradictores de Petro. Los congresistas más afines a estos movimientos no darán el brazo a torcer; no obstante, otros sectores menos ‘radicales’ y que ya han manifestado su respaldo a Petro “podrían ayudar a sumar esas mayorías” del Pacto Histórico, según Rojas.
Un actor trascendental para desequilibrar la balanza será el Partido Liberal, dirigido por el expresidente César Gaviria, y que en este caso podría representar el llamado ‘voto útil’. Este grupo siguió acumulando una presencia importante en comparación con los comicios de 2018, ya que obtuvo la mayor presencia en la Cámara (33 curules) y se afianzó como una fuerza relevante en el Senado (15 curules), obteniendo más de dos millones de votos.
Gaviria no está con Petro, y así lo manifestó antes de la primera vuelta con su apoyo a Federico Gutiérrez, excandidato de la coalición Equipo por Colombia. No hubo un anuncio oficial sobre su ‘espaldarazo’ a Rodolfo Hernández, pero bien es sabido que hay congresistas liberales que no están del lado del nuevo mandatario nacional. Así como hay otros sectores que abiertamente expresaron su afinidad con este último y lo apoyaron en la recta final de la campaña.
Arlene Tickner, docente de carrera en la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, asegura que un grupo importante del Partido Liberal puede inclinarse hacia Petro en función de temas concretos, mas no por un apoyo total.
“Como bancada es de esperar que los liberales en algunos temas puedan tener una mayor o menor cercanía con un gobierno de Petro. En paz puede haber un margen de maniobra y de gobernanza más grande que en otros. Petro tiene que construir alianzas a partir de distintos ejes temáticos de su programa de gobierno según la afinidad de distintos grupos políticos”, resalta.
La catedrática concuerda en que Petro seguro recibirá respaldos de la Alianza Verde , así como de las curules de paz, COMUNES y otros partidos minoritarios.
Con lo anteriormente expuesto, y a falta del escrutinio total, las cargas políticas estarían de la siguiente manera. En el Senado, Petro tendría aseguradas las 20 curules del Pacto Histórico, las cinco de COMUNES y las dos de circunscripción indígena (AICO y MAIS). Los apoyos ‘negociables’ vendrían, en principio, de algunos congresistas de la Alianza Verde, La U, Cambio Radical y el Partido Liberal, que le permitirían acercarse a los 50 votos para ser mayoría.
En cuanto a la Cámara de Representantes el panorama está más apretado, ya que los partidos tradicionales cuentan con un auge importante. Con las 27 del Pacto Histórico y cinco de COMUNES, y los hipotéticos apoyos de algunos congresistas de la Alianza Verde (17), las curules de paz (16) y el partido liberal, Petro estaría sobrepasando la línea de los 41 apoyos.
El factor expectante será, asegura Tickner, la propuesta del ahora jefe de Estado de declarar o no el estado de emergencia económica, un recurso con el cual, a través de decretos, podría tener más libertades de llevar a cabo sus proyectos sin tanta oposición del Congreso.
“El argumento de Petro para declarar la emergencia económica es la crisis que enfrentan sectores vulnerables importantes de Colombia”, indica la docente. Empero, precisa que “todo Estado de excepción es problemático en una democracia. Tanto la propuesta que tenía Hernández de declarar estado de conmoción interior como la de Petro de declarar estado de emergencia, por razones distintas, inquietan a distintos sectores del electorado”.
La mesa está servida. De ahora en adelante, Gustavo Petro deberá fidelizar aún más a los sectores que lo respaldaron en su campaña electoral y ‘coqueterle’ a aquellos que le han manifestado su disconformidad no solo en este periodo electoral, sino por muchos años. Ahí debería poner a prueba ese gran acuerdo nacional que impulsó en su campaña.
Nota: el número de curules podría variar en el escrutinio final.
SEGUIR LEYENDO: