Murió Juan Pablo Echeverri, el artista de las mil caras

Juan Pablo Echeverri Muñoz fue conocido por sus autorretratos. Desde muy joven, con tan solo 17 años de edad, comenzó a retratarse y este ejercicio se le convirtió en un ambicioso proyecto que marcaría su carrera artística. Su obra insignia titulada Miss Foto Japón y construida con la disciplina y la perfección que lo caracterizaban, constaba de una múltiples fotografías que a diario se tomaba en los foto boths de la tienda en donde aún se siguen haciendo estos retratos para documentos y pasaportes. Unos 20 años tuvieron que pasar, mucho antes de la existencia de las selfies y de que las fotografías tomadas con el celular revolucionaran el mundo visual y otorgaran a la imagen un valor más fugaz, para que su obra creciera hasta transformarse en una exploración camaleónica constante. Basado en los fundamentos del autorretrato, hasta el final Echeverri jugó con su apariencia adrede, haciendo cambios constantes con su imagen. Un día vestido como enfermero, monja, colegiala (como sucede en su obra PRES.O.S.) y en otra oportunidad como emoticón en su obra Homoticones.

“Era un coleccionista incansable, de destinos, de momentos, de objetos, su obra era una colección infinita de él mismo. Marcó mi generación, nuestra “escena” nocturna y la del arte bogotano con su obsesión haciéndonos muy felices en innumerables parches con sus ocurrencias, sus pintas, sus comentarios afilados y esa crítica siempre certera”, cuenta Nicolás Ramírez, uno de sus amigos.

Así fue como Echeverri terminó construyendo una colección entera de personajes en obras como La muerte me sienta bien, Famoustros, HUMAN E.T, en donde como dice Andrés Moreno Hoffman, él sería la gran estrella. “Él es una de las figuras más relevantes del panorama del arte contemporáneo. Era como una clase de estrella en música y esta muerte prematura va a dejar una fuerte impresión entre quienes lo conocimos. Creo que su legado persistirá”, señaló en diálogo para Infobae.

Dicha trayectoria artística lo llevó a conocerse con una de las personas más influyentes en su vida: el reconocido fotógrafo Wolfgag Tillmans con quien emprendería constantes viajes a muchos lugares del mundo, entre ellos Lagos (Nigeria). Siendo parte del equipo del fotógrafo durante ése viaje por África fue picado por un zancudo. A su regreso a Bogotá, Echeverri comenzó a sentir malestar. Después de varias visitas al médico, sin poder identificar qué sucedía, el lunes fue ingresado al hospital. Allí falleció el día de hoy en horas de la mañana tras sufrir un colapso renal y faltando unos pocos días para asistir a una exposición en el Museo de Arte e Historia en Guanajuato (México).

A la fecha, el artista colombiano que no dejaba de lado su amor por la música –sentimiento que se ve reflejado en una serie de videoclips en donde aparece cantando y talento que además tenía porque también se desempeñaba como guitarrista de una banda en Alemania–, lo estaban llevando, sin saberlo, a crear una última obra: 100 estrellas de Rock. Dicha serie de fotografías, según Hoffman, lo tenía muy ilusionado, pues no solo se había dado en la tarea de imprimir en cartón las guitarras de cada uno de los personajes, sino que hasta el final de sus días se sintió con deseos de continuar.

Hoy, Miss Foto Japón, esa obra con la que comenzó su carrera, que ya se había convertido en una pieza clásica para el arte en Colombia, es solo una parte del gran legado que deja este joven artista que a sus 43 años de edad logró marcar la diferencia y hacer parte de la historia del arte contemporáneo en Colombia.

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