El 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre. Este día se estableció con el fin de acrecentar la concienciación mundial sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguíneos seguros para transfusiones.
Las transfusiones de sangre son necesarias para mejorar o salvar la vida de niños con anemias graves, madres en emergencias obstétricas, pacientes con hemoglobinopatías, pacientes con cáncer, pacientes trasplantados, pacientes con enfermedades crónicas relacionadas con la edad, como hemorragias causadas por problemas vasculares y cirugías ortopédicas, personas heridas en accidentes, entre otras causas.
Además de poner de relieve la crucial contribución que efectúan los donantes de sangre voluntarios no remunerados a los sistemas nacionales de salud y prestar apoyo a los servicios nacionales de transfusión de sangre, las organizaciones de donantes de sangre y otras organizaciones no gubernamentales para contribuir al mejoramiento y la ampliación de sus programas de donantes de sangre voluntarios, mediante el fortalecimiento de las campañas nacionales y locales.
En el marco del Día Mundial del Donante de Sangre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hace un llamado a ser solidarios y donar sangre, tras la caída del 20% de la sangre donada en América Latina y el Caribe durante el primer año de la pandemia de COVID-19, en comparación con 2017, según los últimos datos reportados por los países de la región.
Por ejemplo en 2020 se recolectaron 8,2 millones de unidades de sangre que beneficiaron a más de un millón de personas que necesitaban una transfusión.
Tal como se evidenció durante la pandemia, “el aporte de los donantes de sangre es esencial: sin donantes no son posibles las transfusiones” que ayudan a salvar millones de vidas cada año, afirmó el Subdirector interino de la OPS, Marcos Espinal, durante su participación virtual en el evento mundial se llevó a cabo hoy en México, país elegido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ser anfitrión de las celebraciones.
“La necesidad de sangre es universal, pero el acceso a ella no lo es”, destacó el doctor Espinal sobre una situación que es particularmente grave en los países de bajos y medianos ingresos. En América Latina y el Caribe se recolectaron 8,2 millones de unidades de sangre en 2020, las que beneficiaron a más de un millón de personas que necesitaban una transfusión. Pero en muchos países la demanda de sangre supera la oferta, y los servicios de sangre enfrentan el desafío de asegurar la disponibilidad de sangre y sus componentes seguros y de calidad.
Para prevenir su escasez y garantizar su seguridad, la OPS recomienda que el 100% de las donaciones de sangre y componentes sanguíneos provengan de donantes voluntarios y regulares, y no se necesite recurrir de urgencia a familiares o amigos de pacientes para reponer este recurso que puede salvarles la vida. Sin embargo, la región todavía está lejos de alcanzar esa meta.
En 2020, el 48% de la sangre recolectada provino de donantes voluntarios, un 2% más que en 2017. Y mientras en diez países más del 80% de la sangre fue de donantes altruistas regulares, en otros nueve esa proporción no alcanzó el 10%.
La OPS trabaja con los países para aumentar las donaciones voluntarias y asegurar la seguridad de la sangre. El Día Mundial del Donante de Sangre, establecido por la OMS en 2005, se celebra cada el 14 de junio para resaltar la importancia de la disponibilidad de sangre y productos sanguíneos seguros y suficientes para todos, y agradecer a los donantes voluntarios, repetitivos y no remunerados por su acto de solidaridad. El lema de este año es “Donar sangre es un acto de solidaridad. Súmate al esfuerzo y salva vidas”.
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