Durante los últimos meses, Carolina Cruz ha sido una de las famosas que más comentarios ha generado en las redes sociales y en la prensa rosa, luego de su separación del Lincoln Palomeque, padre de sus hijos Matías y Salvador. Sin embargo, hay otros detalles de la vida de la modelo y presentadora que todavía muchos de sus seguidores desconocen.
Por ejemplo, recientemente se revivieron en redes sociales imágenes de la vallecaucana cuando fue porrista del equipo América de Cali. La instantánea en la que se ve a una Carolina Cruz muy joven fue publicada por una cuenta de hinchas del conjunto escarlata y recordó uno de los episodios de la vida de la famosa que ella misma narró en su libro ‘Mi mundo, mis huellas’.
En su libro, así como en un testimonio que publicó en Soho en 2009, Cruz revela que inició en las porras cuando tenía 13 años y estudiaba en el Sagrado Corazón, en Cali. “En el colegio uno escogía una electiva y cuando yo estaba en primero de bachillerato —tenía 13 años— escogí porras”, escribió para la revista de entretenimiento colombiana y agregó que su altura fue clave para destacarse dentro del grupo tanto en el colegio como en el equipo de fútbol caleño.
El director de ese grupo, en ese entonces, era Jimmy Aristizábal, quien también dirigía a las porristas de ‘Los Diablos Rojos’, como es también conocido el equipo de fútbol. “Jimmy había dirigido algunas coreografías para unos Juegos Panamericanos en Cali, luego había entrado al colegio a dirigirnos como porristas y, por eso, después fui porrista del América”, se lee en el libro de la presentadora.
En su escrito, la mujer reveló que siempre le ha gustado el fútbol, pero que no es tan aficionada como su padre y su hermano, quienes estuvieron muy orgullosos de que ella fuera porrista de ‘la mechita’ pues ellos sí eran unos apasionados del equipo; “¿Cómo no? Si al ser yo porrista del América, ellos tenían entrada gratis a todos los partidos”. Sin embargo, a su madre, que era hincha de Atlético Nacional, le preocupaba que a la en ese entonces joven de 13 años le sucediera algo en el estadio.
“Mi primer sueldo fue de 50.000 pesos, me sentí millonaria y empecé a comprar mis cosas ya que desde chiquita he odiado ser mantenida y soy muy independiente. Me retiré de este trabajo a finales de 1992 con el título del América y dando la vuelta olímpica agitando los pompones”, escribió la vallecaucana que hoy por hoy es una de las presentadoras más reconocidas del país.
En su tiempo como porrista, Carolina Cruz no recuerda conflictos entre barras bravas ni comentarios inapropiados hacia las porristas por parte de los jugadores del equipo, “casi nunca nos hablaban y nunca se presentó un comentario salido de tono o un coqueteo de ellos hacia nosotras”. Sin embargo, reconoció que le parece curioso que, años después, se ha encontrado con Leonel Álvarez, entonces jugador del América, pero que él ni se acuerda de que ella era una de las niñas que los animaba.
Por esa misma época, revela la presentadora en su libro, fue cuando Pelé vino a Colombia para promocionar el Mundial de 1992 y le regaló a Cruz un balón de fútbol con su firma. Sobre el valioso objeto, Carolina Cruz reveló en su escrito que no lo conserva por una “bobada” que cometió ese año.
Según relató la vallecaucana, en ese año ella tenía un novio del que estaba muy enamorada, y como ella no era tan apasionada al fútbol como él, le regaló el balón autografiado por Pelé, y ahora se arrepiente de haberlo hecho.
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