Ruptura del Canal del Dique: miles de familias se verían damnificadas

Los niveles del Río Magdalena están a punto de superar la capacidad del Canal, lo que causaría su desbordamiento y una emergencia que ya ocurrió en 2010

Guardar
Panorámica del Canal del Dique,
Panorámica del Canal del Dique, el cual se encuentra a 50 cms. de entrar en alerta roja por desbordamiento

La fuerte temporada de lluvias que está viviendo el país sigue causando emergencias en varias zonas, razón por la cual las autoridades siguen manteniendo la alerta ante cualquier eventualidad.

Tal es el caso en el sur del departamento del Atlántico, donde las comunidades que viven alrededor del Canal del Dique tienen una constante preocupación por los altos niveles que han alcanzado las aguas del Río Magdalena durante esta temporada, que ya superan los 7,5 metros de altura, por lo que faltan solamente 50 centímetros para superar el máximo del Canal, lo que causaría la necesidad de decretar alerta roja ante su posible ruptura.

Según ha informado el Ideam, el fenómeno de La Niña, que ha intensificado la temporada de lluvias en el país, podría mantenerse hasta inicios de diciembre. “Acompañará la segunda temporada de lluvias, con una probabilidad entre el 61 % y 87 %, que inicia desde septiembre hasta principios de diciembre, con una intensidad entre débil y moderada”, indicó la entidad.

“La presencia de la primera temporada de lluvias y el acompañamiento del fenómeno de La Niña mantendrán las precipitaciones normales en junio y julio”, agregó.

Este panorama genera gran zozobra en las comunidades que viven alrededor del Canal del Dique, ya que la temporada de lluvias del año anterior solo subieron el nivel del Río Magdalena hasta 6,32 metros, pero de continuar la temporada de lluvias con la intensidad con la que se ha desarrollado este año, el tope actual puede verse superado.

Según le dijo al periódico El Heraldo, Hernán Darío Villa Polo, veedor ciudadano del municipio de Santa Lucía, una de las comunidades de más alto riesgo, los niveles del río aumentan entre uno y dos centímetros a diario. Además, agregó que “si continúa lloviendo en el interior del país, podríamos inundarnos, la naturaleza es muy impredecible”.

Las comunidades temen que se repita lo ocurrido en noviembre de 2010, cuando los altos niveles del Río Magdalena causaron el desbordamiento del canal y la inundación de los municipios de Santa Lucía, Campo de la Cruz, Manatí, Suan y Repelón. Aquel hecho dejó cerca de 120 mil damnificados.

En aquella ocasión, los niveles del río fueron atípicamente altos debido al fenómeno de La Niña, situación que también se está viviendo actualmente. Las malas prácticas para la captación del agua causaron la tragedia.

“La presencia de tuberías no autorizadas que cruzaban el dique hacia algunas fincas y la poca resistencia de los materiales en algunos sectores, generó una falla geotécnica en un tramo vulnerable de la estructura, lo que ocasionó el desastre de la inundación”, indicó Humberto Ávila, director del Observatorio del Río Magdalena de la Universidad del Norte.

En esa época, las alertas tempranas de la zona funcionaban como hasta ahora: mediante Puestos de Mando Unificados que monitoreaban los niveles del río y tomaban decisiones.

Según explicó el entonces subsecretario de Gestión del Riesgo, Evaristo Martínez, todas las advertencias se hicieron a tiempo y se le informó a los habitantes de los municipios que estuvieran alerta ante la creciente subida del nivel del río. “El volumen de agua era equivalente a dos ríos hacia Barranquilla y aproximadamente a tres canales del Dique”, dijo en su momento Martínez.

Para cerrar el boquete que se hizo, fueron necesarios más de 750 pilotes, con más de 24 metros de largo cada uno, 9 mil sacos de arena de hasta 10 toneladas, 5 mil toneladas de rocas. Más de 300 hombres trabajaron durante 57 días para reparar ese punto del Dique.

Ahora, las comunidades piden a la Gobernación del Atlántico presencia de maquinaria amarilla y están instalando bolsas de arena para ganar tiempo ante la amenaza de una tragedia.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar