Después de vivir durante varios años en Buenos Aires, muy cerca de la Avenida Rivadavia, Camila Bohorquez, una joven redactora bogotana, apasionada por la literatura y la edición, regresó al país con la idea de iniciar una librería. Siempre le pareció atractiva la idea de poderle ayudar a otros a conseguir el libro preciso, de poder brindarle a los lectores ese espacio ideal en el que refugiarse y encontrarse a sí mismos.
Todo empezó a concretarse hace cuatro años, cuando Camila se obsesionó con las librerías y el libro como objeto. Si bien ya tenía un amor profundo por los libros y su contenido, fue en este momento en que todo comenzó a subir de nivel. Le interesaba estar cerca de su origen, quería sentir cómo era todo antes de que llegaran a las manos de los lectores. Estudió a fondo las dinámicas alrededor del mundo del libro y cuando reconfirmó su amor por todo esto, se aventuró. Es así como después de mucho andar, finalmente, en 2022, la librería Rivadavia ve la luz.
“Palabras y Café para llevar”, es lo que dice su eslogan en su jovensísimo perfil de Instagram. Allí hay algunas fotos y un par de historias destacadas en donde se puede apreciar la fachada y el concepto de la librería. En la entrada hay plantas, y adentro también. Hay café, y hay libros. ¿No es todo lo que necesita un lector?
Camila Bohorquez se trajó Rivadavia desde Argentina y hoy nos la ofrece como un espacio propicio para el refugio. “Curiosamente, todos mis apartamentos siempre quedaban a dos o tres cuadras de Avenida Rivadavia. La facultad de Filosofía estaba a unas cinco cuadras. Cuando me iba a encontrar con alguien, cuando salía a caminar y visitaba librerías, cuando iba a trabajar, todo pasaba por ahí. Entonces, cuando estoy buscando el nombre para la librería, ya tenía claro que tenía que evocar algo de todo eso. Sabía que este sitio, este hogar de libros, era una deuda con Bogotá y la sentía así mientras viví en Argentina. Me pareció armónico y precioso poder traer un pedazo de Buenos Aires a mi ciudad”.
Si bien la librería se debe a ella, Camila reconoce que el espacio tiene a más personas detrás, manos que le han ayudado a concretar su idea. “Este proyecto es de muchas personas. Si bien lo encabezo yo y fui la persona responsable de darle el rumbo que hoy tiene, hay varias manos y cabezas que han tenido que ver, que han opinado dónde puede ir tal libro, en dónde se ve mejor, que me han ayudado a ajustar la llave del agua, a instalar la luz. Mis amigos y familia, que han tenido que escucharme durante horas mientras hablo de libros”.
En la fachada se lee “Librería-Café” y adentro, arribita de las sillas y las mesas, hay un cuadro que dice “Aquí hay mucho amor”. En Rivadavia son bienvenidos todos, hasta los perritos y los gatos, las palomas del frente. No sé si también los hurones, pero lo cierto es que hay espacio para todo el mundo, hay posibilidad de que todos se sientan en casa.
Hay más lugar, sin embargo, para los lectores detallistas. Es preciso aclararlo. “Aquí hay una obsesión por los detalles. Cada cosa está ubicada de manera estratégica. El cuadro de las flores, las flores de los libros, los libros del café... Hay de todo un poco aquí, un orden desordenado que a algunas personas les ha encantado y a otras no tanto. No utilizamos etiquetas, por lo que los lectores podrán encontrar fácilmente un ensayo sobre danza al lado de una novela rusa. Esa es la magia que le ofrecemos al curioso de los libros”.
Le pregunto a Camila por los libros que leen quienes atienden en Rivadavia, los que les han generado ese amor que hoy los tienen al frente de esta librería. “Nos gusta Walter Benjamin, Susan Sontag... Hace poco nos llegaron varios libros de Piedad Bonnett y los hemos devorado todos. Nos encaprichamos recién con Isaac Asimov”.
Pues bien, esta es la nueva librería en Bogotá que tiene aire argentino y promete café caliente y un espacio más que grato para los lectores. En su cuenta de Instagram atienden casi que todo el tiempo (no olviden seguirlos aquí) y se encuentran ubicados frente la Universidad Javeriana, a la altura de la carrera séptima, y atienden de lunes a sábado, entre 11 a.m. y 7 p.m.
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