Un policía y dos guerrilleros muertos por ataque contra estación de policía en Tibú, Norte de Santander

La situación en este municipio del Catatumbo tiene en alerta máxima a las autoridades

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Soldados del Ejército de Colombia vigilan en Tibú, Norte de Santander (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo
Soldados del Ejército de Colombia vigilan en Tibú, Norte de Santander (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo

En la madrugada de este sábado 11 de junio, una posición de seguridad ubicada cerca de la estación de policía del municipio de Tibú, zona denominada como Catatumbo, en Norte de Santander, fue atacada por presuntos integrantes de la guerrilla denominada ‘Ejército de Liberación Nacional’ o ‘ELN’.

En el hecho perdieron la vida el patrullero Jesús Solano Quintero, de 34 años, y que se encontraba adscrito al Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía de Norte de Santander desde hace 15 años, así como dos presuntos subversivos.

“Nuestro compañero fallecido recibirá un sepelio con honores como reconocimiento al ser un héroe de la patria, un abrazo fraterno a su familia y un reconocimiento a los valientes policías que lo dan todo en cumplimiento con su deber”, indicó el Coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander.

El coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander, lamenta la muerte de un uniformado en ataque contra estación de policía de Tibú.

Por otro lado, en el corregimiento de Campo Dos, también en Tibú, dos policías fueron atacados por hombres armados mientras patrullaban. Un uniformado identificado como Julián David Garzón Piñeros, de 22 años, resultó herido y fue trasladado a una clínica privada de la ciudad de Cúcuta.

Las autoridades de dicho departamento se encuentran en máxima alerta por los constantes ataques de grupos armados a la fuerza pública justamente en el municipio de Tibú. En esta zona tienen presencia el Frente Juan Fernando Porras Martínez del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“Acá en Tibú pareciera que la Policía y el Ejército están sometidos por la disidencia del Frente 33 de las Farc. A cualquier hora llegan hombres armados con fusiles y pistolas y comienzan a dispararles desde cualquier parte, manteniéndolos encerrados en la estación o en el batallón”, aseguró un habitante para el diario La Opinión.

“La disidencia es la que pone las reglas y leyes, acá nadie puede hacer nada indebido, como vender droga, robar o pelearse con los vecinos, pues se sabe que quien lo haga, se tiene que ir del pueblo, lo amarran a un poste con un letrero o lo matan. Acá las autoridades están de adorno”, agregó otro habitante de la misma zona.

Al parecer, la zona es dominada por hombres de Jhon Velazco, alias ‘Jhon Mechas’, máximo líder del frente 33 de las disidencias de las FARC.

Algunos ciudadanos han grabado con mucho sigilo las acciones delincuenciales de estos grupos, y hay evidencia de que actúan a sus anchas, disparando en medio de las calles sin ninguna restricción y hasta burlándose de las mismas autoridades, que poco pueden hacer por el peligro que corren.

Esa zona históricamente fue dominada por la extinta guerrilla de las FARC, motivo por el cual siempre existió mucha violencia y siempre fue considerada una zona de alto riesgo para las autoridades y la fuerza pública. Sin embargo, durante las negociaciones del proceso de paz llevadas a cabo por el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, los hostigamientos bélicos dejaron de ser frecuentes, en el casco urbano y en las zonas rurales.

Pero todo empezó a cambiar desde finales del año 2019, cuando ‘Jhon Mechas’ empezó controlar la zona y a atemorizar a sus habitantes con acciones violentas y demostrando tal poderío que nunca nadie se atrevió a detenerlo o hacerle frente.

Los tibuyanos ya saben que tienen que llevar su vida diaria en medio de restricciones y cuidados para evitar caer en medio de algún enfrentamiento que podría cobrarles la vida.

Lo único que ha demostrado esta situación es que aquel municipio de la zona de Catatumbo, Norte de Santander, está completamente dominada por los grupos delincuenciales.

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